Poco a poco se comienza a definir cómo participarán los Institutos Políticos con registro estatal el próximo domingo 7 de julio. Aun cuando la fecha fatal para la presentación de los convenios de coalición fenece el 15 de febrero, el hecho de que todos hayan presentado sus plataformas electorales junto con su anuncio de intención de ir en coalición, me permite deducir que salvo algún acuerdo de última hora, el Movimiento Ciudadano (MC) irá sólo en el estado. Porque si bien la ley electoral dice que deberán manifestar su intención de ir en alianza, también deja abierta la posibilidad que sea el convenio correspondiente el que determine quienes integran dicha coalición. Así que el panorama será algo distinto al que me tocó vivir intensamente hace tres años. Veamos.
En el 2010 hubo una alianza, una coalición y dos partidos participaron solos. La alianza integrada por el Revolucionario Institucional (PRI) y el Verde Ecologista (PVEM) se denominó “Por la transformación de Oaxaca”. A la que conformaron los partidos Acción Nacional (PAN), de la Revolución Democrática (PRD), del Trabajo (PT) y Convergencia (hoy MC) se le llamó “Unidos por la Paz y el Progreso”. En ese ese entonces de última hora el partido Nueva Alianza (PANAL) decidió participar solo al igual que el Unidad Popular (PUP), partido con el registro estatal exclusivamente. Sin embargo para el proceso electoral que se desarrolla actualmente las cosas serán distintas: el PRI como ha sido su costumbre en las últimas elecciones irá en alianza con el PVEM; el PAN, el PRD y el PT irán en Coalición; mientras que el MC, el PANAL, el PUP y el recién autorizado Partido Socialdemócrata de Oaxaca participarán cada quien por su cuenta.
Hay quienes sostienen que la única forma segura de derrotar al PRI es conformando una coalición como la de hace tres años, aunque también habemos quienes consideramos que el evidente divisionismo que prevalece al interior del partido tricolor desde su última derrota, no les permitirá tener la competitividad que registraban cuando estaban en el poder estatal. Claro que no hay que olvidar que ahora han retornado a la Presidencia de la República y que eso pudiera influir en el ánimo del electorado, aunque lo más probable es que otra derrota en el estado pudiera ser el pretexto para sacudirse de una vez por todas a quienes hoy tienen secuestrado a dicho instituto político y lo administran como patrimonio personal. De parte de la Coalición del PAN, PRD y PT resulta lamentable que no se haya podido repetir la misma membresía de hace tres años. Sin duda que la inequidad en la distribución de posiciones dentro del gabinete estatal, aunado a la serie de traiciones que se registraron en los últimos dos años y que dañaron considerablemente a Convergencia (hoy MC) vinieron a ser la puntilla para que la dirigencia nacional con Dante Delgado al frente, haya determinado que es mejor ir solos; lo que indiscutiblemente se torna en un gran reto y en una gran oportunidad para demostrar la fortaleza del partido del cual emanó el hoy Gobernador Gabino Cué. De la calidad moral y del prestigio de quienes a la postre resulten los candidatos de MC, aunado a la determinación de la preferencia del voto AMLOísta dependerán los resultados que se obtenga el domingo 7 de julio por la noche. Hay quienes se preguntan ¿y el corazón de Gabino Cué estará con el partido que le otorgó el registro para hacerlo candidato, o estará con la coalición que lo llevó a ganar en forma contundente la gobernación estatal? ¿Y por qué no considerar que sus opciones para alentar candidaturas que le aseguren gobernabilidad y estabilidad en el último tramo de su mandato se incrementen?
Lo escribo con conocimiento de causa, si es complicado y difícil armar una coalición, lo es más el definir las posiciones que le corresponderán a cada uno de quienes la conforman, pues resulta lógico que cada instituto político se siente con mayores derechos y posibilidades de triunfo que el otro con el que ha acordado competir en bloque. El hecho de que el próximo viernes se confirmen como ya lo manifesté, sólo 2 coaliciones, no es sinónimo de que las definiciones sobre sus candidatos será tersa y tranquila; todo lo contrario; el jaloneó fuerte apenas comenzará. Es común que se fijen acuerdos mínimos para ir “destrabando” el tema: que quien sea gobierno en tal municipio o haya ganado tal distrito propone al candidato. Que si no se gobierna entonces le corresponde al partido que de ellos haya obtenido más votos y así hasta dejar los casos con “focos rojos” hasta el último. De entrada para efectos de la coalición, para los distritos electorales ha trascendido que de los 25, 11 serán para el PAN, 11 para el PRD y 3 para el PT. El verdadero jaloneó vendrá para definir las municipales…¡que Dios los agarre confesados!
Si la capital del estado, al igual que Tuxtepec y Huatulco se le otorgó al PAN como requisito para asegurar la pasada Coalición, en teoría les correspondería a ellos hacer la propuesta para este proceso; la pregunta es ¿lo aceptará el PRD? Al menos en el partido blanquiazul se ve una presidencia sólida, lo que no sucede en el PRD estatal en donde al menos dos bloques se han adjudicado el derecho de proponer candidatos, ¿con cuál de ellos se buscarán los acuerdos? Y si de las negociaciones que suelen ser intensas y desgastantes se les cierra el paso a personajes que en su ámbito de influencia son ampliamente reconocidos y estimados ¿habrá fuga hacia otros partidos? En verdad que no es nada sencillo, lo cierto es que posiciones como la tomada por el MC vienen a darle mayor margen de maniobra y de posibilidades de incremento en sus números electorales. Claro que no hay que olvidar a los otros partidos que pretenderán llevar agua a su molino con tal de conservar su registro.
A partir de la segunda semana de febrero y hasta el próximo mes de abril seremos testigos de una encarnizada disputa por los espacios en los que se habrá de contender.
Este es el panorama político-electoral.
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