México tiene frente así una gran coyuntura que debe aprovecharse para combatir y resolver los flagelos que lo aquejan. Los gobiernos que están por tomar posesión (en todos los niveles) tienen la oportunidad de escuchar y dialogar con la sociedad, convocar a todos los sectores y poner sobre la mesa las prioridades de la nación.
El presidente de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, Luis Raúl González Pérez, delinea cuatro posibles escenarios para el país en 2030, que son resultado del trabajo comprometido al que se sumaron 90 actores de varios ámbitos (social, empresarial, sindical, académico, gubernamental, institucional y de seguridad, entre otros), todos con posiciones divergentes, pero con un objetivo común: el bienestar nacional.
Estos ejercicios dieron inicio en 2015, con una encerrona de prácticamente todo el fin de semana, donde los participantes –entre ellos González Pérez– tenían que arriesgarse a llegar a acuerdos con quienes presentaban puntos de vista divergentes, al grado incluso de hacerlo con quien no se confiaba o agradaba.
En entrevista con este diario, señala que gracias a ello se construyeron cuatro escenarios que el país podría enfrentar en 12 años: el México agandallado, donde unos cuantos mantienen sus privilegios en perjuicio de la mayoría; el México pasmado, en el que algunos impulsan la transformación, pero es insuficiente; el México responsable, donde todos los actores convergen para un desarrollo más justo y equitativo, y el México fallido, en el que las problemáticas se agudizan.
El objetivo final del ejercicio era abordar desde diferentes perspectivas el análisis de los problemas nacionales atravesados por las que llamaron las tres I (inseguridad, ilegalidad e inequidad).
El ombudsman nacional también se da tiempo para referirse al caso Ayotzinapa, al que define como emblemático de las graves violaciones a derechos humanos que se dieron en el sexenio que está por concluir y el cual muestra la debilidad institucional en la procuración de justicia en el país.
–¿En qué consistió el ejercicio llamado Méxicos posibles?
–En 2015, un grupo se dio a la tarea de emprender estos ejercicios, en los que participamos unas 90 personas de los más variados ámbitos: líderes del sector educativo, empresarios, dirigentes sindicales, activistas, jóvenes, politólogos, representantes de las secretarías de la Defensa Nacional y de Marina, e intelectuales. Había gran pluralidad. Con base en las ideas de Adam Kahane, el objetivo fue aprender a trabajar desde la divergencia. ¿Cómo colaborar con el enemigo, con quien no estás de acuerdo, no te agrada o no confías? Esa pluralidad nos llevó a la confrontación de ideas y gracias a ese proceso llegamos a cuatro escenarios para el país en 2030.
“Buscábamos resolver tres tópicos: inequidad, inseguridad e ilegalidad, las tres ‘I’. Los tres puntos a partir de los cuales surgen los graves problemas que enfrenta el país. No se trata de diagnósticos, sino de escenarios que podríamos enfrentar en 2030.”
–¿Cómo es cada escenario?
–En el México agandallado, los grupos de poder actúan activamente con el objetivo de proteger y mantener su poder, privilegios y riqueza. Las tres ‘I’ se incrementan, se deterioran. Ello trae consigo un debilitamiento de las instituciones, se mantienen la cultura de la ilegalidad y el crimen, y se acrecientan los privilegios de pocos. Poniendo como ejemplo el juego de la pirinola, aquí unos toman.
“En el México pasmado, unos cuantos trabajan para transformar las realidades, es decir, algunos ponemos (pirinola). Hay un ejercicio desde la sociedad civil, las instituciones públicas y el sector privado para cambiar, pero se logra poco, la violencia subsiste por regiones, se toman algunas acciones económicas, políticas y sociales, pero no son integrales. El esfuerzo es insuficiente.
Estos ejercicios dieron inicio en 2015, con una encerrona de prácticamente todo el fin de semana, donde los participantes –entre ellos González Pérez– tenían que arriesgarse a llegar a acuerdos con quienes presentaban puntos de vista divergentes, al grado incluso de hacerlo con quien no se confiaba o agradaba.
En entrevista con este diario, señala que gracias a ello se construyeron cuatro escenarios que el país podría enfrentar en 12 años: el México agandallado, donde unos cuantos mantienen sus privilegios en perjuicio de la mayoría; el México pasmado, en el que algunos impulsan la transformación, pero es insuficiente; el México responsable, donde todos los actores convergen para un desarrollo más justo y equitativo, y el México fallido, en el que las problemáticas se agudizan.
El objetivo final del ejercicio era abordar desde diferentes perspectivas el análisis de los problemas nacionales atravesados por las que llamaron las tres I (inseguridad, ilegalidad e inequidad).
El ombudsman nacional también se da tiempo para referirse al caso Ayotzinapa, al que define como emblemático de las graves violaciones a derechos humanos que se dieron en el sexenio que está por concluir y el cual muestra la debilidad institucional en la procuración de justicia en el país.
–¿En qué consistió el ejercicio llamado Méxicos posibles?
–En 2015, un grupo se dio a la tarea de emprender estos ejercicios, en los que participamos unas 90 personas de los más variados ámbitos: líderes del sector educativo, empresarios, dirigentes sindicales, activistas, jóvenes, politólogos, representantes de las secretarías de la Defensa Nacional y de Marina, e intelectuales. Había gran pluralidad. Con base en las ideas de Adam Kahane, el objetivo fue aprender a trabajar desde la divergencia. ¿Cómo colaborar con el enemigo, con quien no estás de acuerdo, no te agrada o no confías? Esa pluralidad nos llevó a la confrontación de ideas y gracias a ese proceso llegamos a cuatro escenarios para el país en 2030.
“Buscábamos resolver tres tópicos: inequidad, inseguridad e ilegalidad, las tres ‘I’. Los tres puntos a partir de los cuales surgen los graves problemas que enfrenta el país. No se trata de diagnósticos, sino de escenarios que podríamos enfrentar en 2030.”
–¿Cómo es cada escenario?
–En el México agandallado, los grupos de poder actúan activamente con el objetivo de proteger y mantener su poder, privilegios y riqueza. Las tres ‘I’ se incrementan, se deterioran. Ello trae consigo un debilitamiento de las instituciones, se mantienen la cultura de la ilegalidad y el crimen, y se acrecientan los privilegios de pocos. Poniendo como ejemplo el juego de la pirinola, aquí unos toman.
“En el México pasmado, unos cuantos trabajan para transformar las realidades, es decir, algunos ponemos (pirinola). Hay un ejercicio desde la sociedad civil, las instituciones públicas y el sector privado para cambiar, pero se logra poco, la violencia subsiste por regiones, se toman algunas acciones económicas, políticas y sociales, pero no son integrales. El esfuerzo es insuficiente.
Fuente: jornada.com