Ahora comenzamos a comprender por qué el estado de Oaxaca anda de cabeza. Después de más de un año y medio de planeación, los burócratas gubernamentales y sus asesores foráneos presentaron un verdadero mazacote de vaguedades y sueños ilusos. Como recordamos, y en el mismo plan lo reconocen, poco antes del inicio formal de la campaña político electoral del año pasado, efectuaron diversos foros para recoger la demanda popular para integrar su plataforma electoral; fue la primera ronda.
En plena campaña, volvieron a efectuar foros y mesas de trabajo para recabar información para su Programa preliminar de Gobierno; fue la segunda ronda. Siendo gobierno electo, volvieron a efectuar foros, reuniones y mesas de trabajo, supuestamente para enriquecer el anterior documento; fue la tercera ronda. Ya como gobierno constitucional, volvieron a efectuar foros y mesas de trabajo para elaborar el Plan de desarrollo estatal; fue la cuarta ronda de consultas públicas. Es el resultado del desconocimiento de la realidad oaxaqueña. Millones de pesos gastados y miles de horas-escritorio se utilizaron, sólo para que presentar a la Cámara de Diputados un documento mal hecho, que al abrirlo se comienza a deshacer, lleno de fotografías, con poco escrito en cada página y totalmente fuera de tiempo. La Ley de planeación exige que en los primeros seis meses de gobierno, a partir de la fecha de toma de posesión, el Plan debía estar elaborado, discutido y publicado en el Periódico Oficial.
Pero lo más grave del caso es la irrealidad que pregona el Plan. Es un verdadero mundo de fantasías y buenas intenciones; difíciles de cumplir, porque están fuera de la realidad. Para quienes hicieron el Plan, en el año 2016, Oaxaca será la siguiente isla de la fantasía:
“…un estado con paz social y estabilidad política, basada en la corresponsabilidad entre gobernantes y gobernados… La justicia se (construirá) a través del respeto de los derechos humanos de todas las personas, grupos y comunidades, en el que los conflictos se resuelven en el diálogo y los acuerdos, dentro de un marco de tolerancia y legalidad que (consolidará) diariamente la certeza y la seguridad jurídica.”
“Oaxaca (será) reconocido a nivel nacional e internacional por sus avances en la defensa y el respeto a los derechos humanos, la equidad entre mujeres y hombres en todos los ámbitos, el reconocimiento y la respuesta efectiva a las demandas de los pueblos y las comunidades indígenas, así como la sustentabilidad de sus medios de vida.”
“Oaxaca (será) un estado de trabajo y progreso, con una economía creciente basada en la competitividad y el uso racional de los recursos naturales, que (generará) cada vez más empleos, dignos y mejor pagados. El desarrollo de las infraestructuras, el ordenamiento territorial, el clima para hacer negocios y los apoyos gubernamentales (fomentarán) la inversión en todas las regiones y en todos los sectores productivos…”
“Oaxaca (será) un modelo de compromiso social para abatir los niveles de pobreza, desigualdad y marginación de sus población. Los pilares del desarrollo social y humano (será) la ampliación de la infraestructura y los servicios básicos en los municipios y las comunidades con mayores desventajas, la mejora de calidad y eficiencia terminal de la educación, la prevención oportuna y atención eficaz de las enfermedades, así como el apoyo a los grupos vulnerables y a los migrantes.”
Oaxaca (tendrá) un gobierno transparente y honesto, que cumpla cabalmente con sus funciones, ejercerá bien su gasto, rendirá cuentas a la ciudadanía y atenderá las demandas de la sociedad con oportunidad, eficacia y responsabilidad.” (Gobierno del Estado de Oaxaca. Plan Estatal de Desarrollo 2011-2016, páginas 36-37).
No sabemos si este gobierno piensa que todavía se encuentra en campaña electoral o verdaderamente quienes hicieron este documento no terminan de comprender la diferencia entre utopías y futuribles, que los llevó a plantear esta sarta de lugares comunes y sueños ilusos, válidos para la campaña que ellos hicieron, terribles para un gobierno. Tanto dinero gastado, tantas consultas públicas, para concluir en un documento fantasioso.
Sobre estas bases, en los próximos días habremos de revisar el Oaxaca irreal del Plan Estatal de Desarrollo 2011-2016, para fijar una posición que regrese al estado de Oaxaca al camino de la realidad y la búsqueda de opciones factibles de un futuro mejor.