El municipio, base de la división político-administrativa de nuestro país, representa la estructura donde se crean condiciones para la ejecución de actividades encaminadas a la preservación del equilibrio ecológico y el aprovechamiento sustentable de la riqueza natural, ya que es a partir de su organización interna, atribuciones, alcances y extensión territorial, donde los efectos negativos de la problemática ambiental se perciben de forma inmediata por la población y por ende, surge la necesidad de reacción inmediata ante dichas situaciones.
El municipio, es el elemento esencial para la adecuada proyección y ejecución de estrategias encaminadas a mejorar el medio ambiente; por la directa y permanente interacción que existe entre la ciudadanía y las autoridades locales, lo cual permite una mejor organización y una mayor eficacia en las acciones que se implementan en cada demarcación, ya que se atienden sus necesidades específicas, a partir de su contexto particular.
La importancia del municipio en materia de protección ambiental, se encuentra reconocida en leyes como: Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente, Ley del Equilibrio Ecológico del Estado de Oaxaca, Ley General para la Prevención y Gestión Integral de Residuos, y la Ley General de Cambio Climático; mismas que le atribuyen al municipio facultades y obligaciones en materia ambiental, entre ellas, la obligación de elaborar el Programa Municipal de Prevención y Gestión Integral de Residuos y el Plan de Acción Climática Municipal, los cuales atenderán la problemática de contaminación por disposición inadecuada de residuos y la alta vulnerabilidad ante el cambio climático que presenta nuestro estado, por su posición geográfica, degradación, características topográficas y geológicas.
Los esfuerzos que los Ayuntamientos encabezan en materia ambiental, se estructuran en un ¨Sistema de Gestión Ambiental Municipal¨ definido por el Instituto Nacional para el Federalismo y el Desarrollo Municipal como: el proceso conjunto de actos normativos, operativos y programáticos orientados al manejo ordenado del ambiente y su relación con los factores económicos en el municipio, cuya ejecución efectiva, requiere de tres elementos fundamentales: aspectos organizativos, jurídicos y programáticos.
Sin duda, la participación comprometida y corresponsable de todos los sectores de la población local, es trascendental para la ejecución exitosa de un sistema de gestión ambiental municipal, que permita dar cobertura a todas las propuestas e iniciativas, tendentes al cumplimiento del objetivo de mantener el equilibrio ecológico y protección ambiental a la que como sociedad aspiramos.
Otro elemento clave en los procesos de gestión ambiental municipal, es la vinculación de los tres órdenes de gobierno, a través de procesos de interlocución constante y de forma bidireccional, en la que los niveles estatal y federal, participen activamente para la implementación de acciones en los municipios, cuya experiencia sirva como base de procesos exitosos a mayor escala y al mismo tiempo, permita cumplir con las metas sectoriales en materia ambiental del plan estatal y nacional de desarrollo.
Bajo este contexto, los procesos legislativos se ven fortalecidos a partir de aprendizajes locales que permiten incrementar las posibilidades de mejora tanto del marco legal como del programático relativo a la conservación ambiental, y es por ello que los legisladores debemos permanecer atentos a las inquietudes y propuestas emanadas desde lo local, para así para coadyuvar en los procesos de las autoridades municipales, desde una perspectiva de sensibilización y concientización que invariablemente proporciona el contacto cercano con la gente.
Ahora es cuando retomar la importancia de la protección ambiental desde el ámbito local.