El mes de mayo se destaca en el terreno meteorológico por traer consigo el inicio de lo que los especialistas llaman “la temporada de huracanes”. Haciendo un símil con esta referencia, en Oaxaca el quinto mes del año marca el recrudecimiento de los “huracanes sociopolíticos” que son alimentados por los vientos de inconformidad que prevalecen, fundamentalmente, en el terreno educativo-magisterial.
A una semana de que empiece mayo, y mientras Aurelio Nuño continúa lejos de nuestra realidad cotidiana –empecinado en imponer “su” reforma educativa en Oaxaca y atendiendo con diligencia su encargo como promotor del abanderado priista a la gubernatura del Estado de México–, los habitantes de la capital oaxaqueña vivimos en la zozobra de no saber cómo enfrentará el gobierno del estado esta preocupante situación. Lo único cierto es que el gobierno federal (léase Aurelio Nuño y Germán Cervantes) continuarán encaprichados en prolongar la agonía de su reforma confrontando inútilmente a la Sección 22.
Según los acuerdos de la más reciente asamblea estatal del magisterio, y de acuerdo con las posteriores declaraciones a los medios de parte de la dirigencia sindical, el primero de mayo los profesores aglutinados en la Sección 22 realizarán una marcha que partirá del crucero de Huayapan al Zócalo de la ciudad para conmemorar el Día del Trabajo y entregar al Gobierno del Estado su pliego petitorio correspondiente a este año. Tomando en cuenta la inoperancia que impera en el Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca (IEEPO) desde la entrada en vigor del Decreto del 20 de julio de 2015, no es difícil imaginar lo que sigue.
Y es que, si la postura obstinada del Secretario Aurelio Nuño no fuera suficiente para tener un turbulento mes de mayo, tampoco el gobierno del estado ha podido (o no ha querido) retomar el control del IEEPO. Por alguna razón inexplicable, a casi seis meses de iniciada la actual administración, la estructura de la institución que es pieza clave en la revisión del pliego petitorio de los maestros, continúa dominada por funcionarios leales al exgobernador Gabino Cué. Hasta ahora, sólo ellos se niegan a reconocer la realidad empeñados en hacernos creer que gracias a la reforma está mejorando la situación educativa para los niños y jóvenes de Oaxaca. Sólo ellos se empeñan en ver logros y avances donde reinan los rezagos y la opacidad en el manejo de los recursos (incluidas las plazas).
Así las cosas, resulta difícil pensar en la posibilidad de evitar las afectaciones que cada mes de mayo trae consigo de la mano de las movilización de la Sección 22: pérdida de clases, deterioro de la economía, etc. Por el contrario, pareciera que todos los involucrados se pusieron de acuerdo y prepararon la ¨tormenta perfecta¨ para que no tengamos nada que extrañar. Y, por si fuera poco, como en los años recientes, también en esta ocasión la demanda central de los maestros será la suspensión de la reforma educativa, fundamentalmente de la evaluación a cargo de los cuestionados Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación y del Servicio Profesional Docente como único mecanismo para ingresar, permanecer y obtener promociones en el servicio docente.
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