El presidente electo Mohamed Mursi, primer islamista al frente de la jefatura suprema en Egipto, aseguró al conocer su triunfo que trabajará para “todos los egipcios”, llamó a la unidad nacional y prometió respetar los tratados internacionales firmados por su país.
Mursi logró 51.73% de votos frente 48.27% de su rival Ahmed Shafiq, primer ministro del derrocado presidente Hosni Mubarak.
Cientos de miles de personas festejaron su victoria en la plaza Tahrir de El Cairo, símbolo de la revolución que derrocó a Mubarak en marzo de 2011, después de 18 días de revuelta popular.
“Soy el presidente de todos los egipcios, sin excepción”, dijo Mursi en su primer discurso a la nación como presidente electo, horas después del anuncio oficial de su victoria.
“La unidad nacional es el único medio de salir de estos tiempos difíciles”, declaró, refiriéndose a hombres, mujeres, cristianos y musulmanes.
Mursi, que durante su campaña dijo ser el “candidato de la revolución”, comenzó su discurso rindiendo homenaje a los cerca de 850 muertos de la revuelta. Hace falta que “la revolución siga, hasta que se hayan cumplido sus objetivos”, dijo.
También se comprometió a “preservar todos los tratados y estatutos internacionales”, firmados por Egipto, entre ellos los acuerdos de paz con Israel de 1979.
Su rival Ahmed Shafiq lo felicitó anoche, deseándole “éxito en la tarea difícil que le encomendó el pueblo egipcio”.
Mursi, ingeniero de 60 años, con doctorado en Estados Unidos, también es el primer civil en convertirse en jefe del Estado desde la caída de la monarquía en 1952, ya que todos sus predecesores provenían de las filas del ejército.
“Ala akbar” (Dios es grande), “¡Abajo el poder militar!”, gritaban anoche miles de sus simpatizantes, mientras lanzaban fuegos artificiales.
El Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas (CSFA), que dirige el país desde la caída de Mubarak, se comprometió a entregar el poder ejecutivo al nuevo presidente antes del final del mes. Su jefe, el mariscal Husein Tantaui, felicitó a Mursi.
Pese a contar con la legitimidad que le confieren unas elecciones en las que los egipcios pudieron elegir libremente a su presidente, Mursi dispondrá de un margen de maniobra muy reducido frente al Consejo militar, que la semana pasada recuperó el poder legislativo luego de que a mediados de junio el Parlamento, recién ganado por los Hermanos Musulmanes, ante una sentencia judicial que declaró “ilegal” el modo de escrutinio.
Cualquier reforma estará supeditada a los militares hasta que se elija a una nueva Cámara de Diputados. El ejército también se reserva un derecho de control sobre la redacción de la futura Constitución, y prerrogativas en materia de seguridad en el país árabe más poblado, con 82 millones de habitantes.
Un vocero de los Hermanos Musulmanes, Mohamed Beltagui dijo que no se irán de la plaza Tahrir, en el centro de El Cairo, “hasta que se anule la Declaración constitucional complementaria”, porque el CSFA “no tiene derecho a confiscar el poder ejecutivo o legislativo”.
Agencias