En su última misión, el transbordador Discovery de la NASA llevará a un habitante permanente a la Estación Espacial Internacional, el Robonauta 2, que realizará “tareas del hogar”. El humanoide es de los más avanzados mecatrónicamente, aunque no el más inteligente; el de mayor complejidad “mental” se desarrolla en el Centro de Investigación y Estudios Avanzados (Cinvestav).
El conocido robot Asimo de Honda, en sus diferentes presentaciones y con toda las publicidades mediáticas que puede allegar, los desarrollados en el Instituto Tecnológico de Massachussets de EU, los japoneses, los coreanos… aún no pueden jactarse de contar con el humanoide más inteligente.
Es cuestión de inteligencia artificial y software del más complejo, de algoritmos geométricos y un lenguaje cercano a la relatividad y supersimetría de la física, elementos que son desarrollados en el país en Mexone, el robot humanoide más avanzado de Iberoamérica y que fue presentado en la capital.
El primer prototipo del Cinvestav Guadalajara, gestado por uno de los científicos con mayor conocimiento en el ramo del mundo: Eduardo Bayro Corrochano, tendrá la capacidad de aprender e imitar la conducta humana, a base de entrenamiento y observación.
Su cerebro son dos computadoras conectadas a un servidor inalámbrico que serán las procesadoras de información del robot incluso cuando “duerma”. Al desconectar el robot, este cerebro artificial podrá refinar el equivalente a miles de redes neuronales, optimizar parámetros usando algoritmos geométricos y encontrar reglas de inferencia que almacenen la información útil que acumuló durante su actividad, crearle memoria.
CARRERA. La carrera tecnológica ha comenzado, y si bien, piezas mecánicas de Mexone provienen de colaboraciones con centros de EU, Bayro Corrochano no duda que se puedan fabricar en México, sin embargo la mejor forma en que pueden competir con asiáticos, europeos y estadunidenses, es con su mejor arma, su especialidad, esa que involucra algoritmos geométricos en la programación, su software, “la mayor expresión de una máquina inteligente”, apunta el investigador.
En conferencia el científico recuerda que buscan desarrollar un robot que pueda caminar, subir escaleras y leer el periódico, tomar decisiones… lo que le permita hacer tareas en el hogar, actividades educativas, seguridad, servir bebidas en un bar, actividades de riesgo y todo aquello asequible a la imaginación pensando en mecatrónica.
No obstante existen aplicaciones que llevan menos tiempo y que podrían alcanzarse en tiempos más cortos. El simple desarrollo del sistema de visión del robot sería empleado por personas invidentes para identificar objetos. Sus partes motrices, que cuentan con 36 grados de libertad motora se emplearían como modelos para crear prótesis humanas.
Pero primero se necesitará completar un Mexone versión 1, 2, 3… y las que sean necesarias, con robots cada vez más completos, ligeros e inteligentes. Ese es al final el objetivo de todos los desarrolladores en el mundo, sin embargo esta es una carrera de muy pocos competidores y vedada en buena medida para los que aún no han logrado ingresar.
Pero, de acuerdo con el experto, el robot del Cinvestav podría cambiar ese panorama y “romper el cerco tecnológico” que las empresas e institutos han creado alrededor de este tipo de desarrollos, el mismo que le valió en París el calificativo de “espía” por algún colega.
“Uno de los objetivos principales es hacer de este prototipo una arquitectura que pueda ser replicada por otras instituciones y centros de investigación, con el objetivo de que avance esta área de la mecatrónica”, agrega; esto es como desarrollar un software de libre acceso.
El robot, además, tendrá un bajo costo en relación con sus pares coreanos o alemanes. El primer prototipo, con todo y piernas que llegarán en los próximos meses, se obtuvo con un financiamiento de Conacyt: 90 mil dólares, con un costo total de alrededor de 100 mil dólares, no es comparable con los 1.5 millones de dólares que cuestan otras versiones de Sony o Honda . El desarrollar una versión 2.0, acota, podría seguir bajando los precios para hacerlo accesible a otros y contribuir al desarrollo de este conocimiento.
Sin embargo para eso se necesita invertir. Ya sea la NASA, General Motors o Honda, o todas juntas, quien hizo posible llevar a la Estación Espacial Internacional al primer robot humanoide, por recursos o por investigación, pero el financiamiento se habría escatimado poco.
“En México contamos con los cerebros suficientes para lograr mayores aportaciones, sin embargo siguen faltando los gastos de operación”, enfatiza el investigador del Cinvestav Guadalajara.
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