A la memoria del general Gunther Sigfrido Reyes Romero, ejemplo de lealtad y amistad.
Si la declaración del general John Kelly, jefe de gabinete de la Casa Blanca advirtiendo que México avanzada a una crisis como la venezolana chavista-madurista, causó estragos y despertó sentimientos nacionalistas olvidados, en realidad hay que saber leer detrás de los mensajes del poder imperial.
De acuerdo con versiones de reuniones de intereses estadunidenses realizadas en México bajo el cobijo de la embajadora obamista Roberta Jacobson, ahora representante de los intereses imperiales de Trump, el problema no se localiza en el deterioro social actual sino en la preocupación de que el proceso político mexicano esté prohijando una figura que represente los perfiles venezolanos del populismo y que este personaje pueda llegar a Los Pinos en el 2018.
Es decir, en los escritorios donde se manejan los intereses geopolíticos, de inteligencia y seguridad nacional de los EE.UU. en la administración Trump existe la inquietud que el estilo atrabancado del presidente estadunidense esté despertando el viejo nacionalismo mexicano y éste pueda llegar a ganar las elecciones; es decir, en pocas palabras, que el nacionalismo anti Trump lleve a López Obrador a ganar las elecciones.
Sin embargo, poco parece dispuesto a hacer el gobierno de Trump para buscar una nueva forma de entendimiento con México en los tres temas centrales –el tratado comercial, los migrantes-muro-dreamers y la presencia de los cárteles mexicanos en la vida cotidiana en los EE.UU.– y menos están claras las concesiones políticas que podría hacer Trump si deveras quiere que México contenga el nacionalismo mexicano a la venezolana.
Las declaraciones de Kelly no tuvieron que ver con el ahora, sino que fueron una advertencia de lo que podría llegar a México: la crisis a la venezolana llegaría con López Obrador y sus estilos bonapartistas. Asimismo, esas palabras de Kelly filtradas al The New York Times fueron el primer aviso de que los EE.UU. tienen claros los escenarios electorales de México y envían mensajes en público a las agencias de inteligencia y seguridad de EE.UU. que llevan los asuntos de México para que atiendan esas vertientes de la crisis de México.
Por tanto, Kelly dejo la primera evidencia de que la Casa Blanca comenzará a meterse en el proceso electoral presidencial mexicano del 2018 para evitar que los populistas lleguen al gobierno de México, pero el grave problema de Kelly radica en el incontrolable Donald Trump que parece obsesionado con México y usa sus tuits como instrumentos de presión diplomática al margen de operaciones más institucionales y sin preocuparse por desordenar las estrategias de inteligencia y seguridad nacional.
Asimismo, la declaración de Kelly sobre el riesgo de que México caiga en un modelo como el de Venezuela de Chávez y Maduro llegó después de que Kelly comenzó a tomar en la Casa Blanca las riendas de la estrategia con México en los pocos meses que duro como secretario de Seguridad Interna y luego de que tuvo una reunión especial con el presidente Peña Nieto en Los Pinos con la presencia del director de la CIA, Mike Pompeo, un político que formó parte del grupo ultraconservador del Tea Party de los republicanos. El mensaje es más que claro: la CIA tendrá intervención significativa en el diseño e implementación de las estrategias de seguridad nacional de Washington sobre México.
Estos y otros datos han salido en reuniones especiales de políticos y diplomáticos en México bajo la supervisión de la embajadora Jacobson.
Política para dummies: La política es la habilidad para encontrar el verdadero mensaje detrás de los mensajes superficiales.
Sólo para sus ojos:
- Comienza el mes decisivo para las elecciones presidenciales: los candidatos del PRI, del PRD y de Morena tendrán que abandonar actividades actuales y adelantar vísperas bajo la vigilancia del INE por aquello de actos adelantados de campaña. Más de cuatro y medio meses de muchas en la oscuridad les van a llegar, meses de desgaste que podrían hasta establecer posibilidades para julio del 2018.
- El tema de la fiscalía sigue trabado. Y no hay más que un obstáculo: el PRI insiste en poner como aspirante al procurador Raúl Cervantes Andrade, ya no con pase automático pero con la prioridad presidencial. Sólo que el desgaste por sus errores, su priísmo, su vida privada y su Ferrari lo hacen prácticamente inelegible. A menos que sea maniobra de distracción y el presidente Peña Nieto esté jugando a la carta debajo de la manga.
@carlosramirezh