Luis Videgaray Caso, es el amigo y colaborador más cercano al Presidente Peña. Inició la actividad política en el PRI a los 19 años. Su vida académica se distinguió al estudiar la carrera de Economía en el ITAM. Cuentan que el tiempo lo aprovechaba en estudiar y poco a la fiesta. Su perfil severo, seco, lo confirma una imagen pública que no invita al acercamiento.
Verbo corto, pragmático, al grano, en ocasiones petulante, que no capta positivos cuando de sucesor a la presidencia es el tema de las charlas cafeteras.
Y, aunque la opinión en torno a su personalidad sea un punto de vista técnico, tengamos presente que técnica es: el arte del éxito político a condición de que se aplique con certeza. Videgaray, se quiera o no, aplica la técnica con éxito, aun cuando la simpatía no sea su virtud.
En las escuelas se ligó a condiscípulos y amistades que lo han acompañado en los cargos que ha desempeñado, tanto en el Estado de México como en el Gobierno Federal, cuando Carlos Sales lo invitó a colaborar en la Secretaria de Hacienda y Pedro Aspe era titular y hombre cercano al entonces presidente, Carlos Salinas.
Aquella oportunidad significó el abrir las puertas de la política nacional con ascenso franco para Luis Videgaray, pues como resultado del andar ligero en la administración pública y la dedicación a la academia, fue becado por el CONACYT para estudiar en el Instituto Tecnológico de Massachussets (MIT por sus siglas en ingles) donde obtuvo grado de doctor.
El crecimiento político fue sólido, lo cual le permitió conectarse con destacados economistas premiados con el Nobel y funcionarios del Gobierno Federal que serian clave para su ascenso político como lo fue Pedro Aspe, de quien se convirtió en brazo derecho en Protego, consultoría indispensable para los gobiernos endeudados que al llegar al límite de sus posibilidades de pago, recurrían a la financiera para que los salvara.
Su primer cliente fue Tlalnepantla, Estado de México. Protego fue un éxito al convertirse en la cura salvadora de las ruinas financieras de varios gobiernos estatales y municipales sin importar signos, partidos y religiones; la única condición era que no pudieran pagar sus deudas a los bancos.
La Fortuna no le quitó los ojos de encima, en efecto, como el negocio radicaba en renegociar las deudas con los bancos, el cabildeo de Videgaray atrajo el interés de los legisladores para modificar la ley de deuda y poder reestructurar; lobbying que lo llevó conocer a Enrique Peña Nieto y con su amistad potenciar el desarrollo político y económico con rumbo a los grandes retos…
El resto lo sabemos, la amistad creció y cuando Peña fue gobernador, Videgaray se convirtió en el alter ego y titular de las finanzas del gobierno del Estado de México, iniciándose así el largo camino desde el Paseo Tollocan a Los Pinos.
Ser Presidente de la Comisión de presupuesto de la Cámara de Diputados propicia enorme influencia política con Gobernadores, Presidentes Municipales, Diputados y Senadores de la República, Videgaray tejió fino para obtener esa virtud.
La Fortuna continúo el romance con el poderoso, rígido y autoritario legislador, y que a pesar de la dureza de su personalidad, continuaron los éxitos hasta llegar tan cerca como lo había deseado, Los Pinos.
Su amigo pactado, Enrique Peña Nieto, se convirtió, gracias a la magia mediática de televisa; de las relaciones políticas bien cuidadas; de los intereses de los grupos de presión políticos, económicos y religiosos, en Presidente de la República, y Videgaray en poderoso Secretario del Presidente en la Secretaria de Hacienda; la que da y quita los dineros, la que hace favores económicos o que castiga negando o retrasando las partidas.
No fue extraño que ese poder se extendiera hasta el punto de que cualquier tema o gestión con el Presidente Peña, tenía que pasar primero por el sinodal principal; “vean a Videgaray”, sugería Peña Nieto cuando se le solicitaba una gestión. Nombramientos, recomendaciones, dineros, apoyos a los gobiernos de los estados, todo o casi todo, se aprobaba o se negaba por la gracia de Videgaray; incluso lo pactado con el Presidente en la mañana no estaba “amarrado” si no lo aprobaba Videgaray en la noche.
Pero en el romance no existe “El para siempre”, en momentos se enfría o se acaba. La Fortuna, amiga, novia, amante o enemiga, altiva, coqueta en ocasiones, cambia el enfoque de su mirada para otros que la pretenden y desean sus favores y que están decididos a conquistarla.
En efecto, las decisiones del Secretario de Hacienda llevaron al país a contratar más deuda externa para continuar ejerciendo un gasto público que no correspondía a lo que aconseja el buen juicio; desequilibrando con ello la economía nacional. Hubo necesidad de que el presidente Peña le solicitara al gobernador del Banco de México, Agustín Carstens que detuviera su partida hacia Suiza, a fin de capotear la tempestad financiera.
Otro error que afectó el desempeño de poderoso secretario fue el precipitarse por convencer al presidente Peña, en invitar al candidato Donald Trump a México, con trato de jefe de estado sin serlo, ante el desdén de la candidata Hillary Clinton que excusó a venir a México a la pasarela ideada por Videgaray.
Una más fue la descuidada forma de ignorar y marginar a la Canciller, Claudia Ruiz Massieu de sus funciones, y Videgaray actuar como canciller sin serlo, actitud que habla de su personalidad autoritaria e impositiva, que incluso, lo llevó a convencer al presidente de nombrarlo como canciller sin contar con experiencia alguna en la diplomacia.
Tropiezos que provocaron disgusto en la opinión pública y que, obviamente, bajaron las calificaciones de Luis Videgaray y sus posibilidades de ser el candidato del PRI a la Presidencia de la República, mas no de las preferencias de su amigo el Presidente. Sin embargo, La Fortuna, veleidosa y coqueta no es fiel.
¿Podría Videgaray con estas calificaciones y arrebatos derrotar a López Obrador, a Margarita Zavala o Ricardo Anaya, en la carrera por la Presidencia de la República?
Off the record. Muro. Aunque no fue tema de agenda, los medios se encargaron de colocar la respuesta de Trump (absolutely), al final de la reunión con el presidente Peña, como si en verdad hubiera sido. El amarillismo no tiene límites.
Trump. No le fue bien en Hamburgo al presidente Trump en la reunión de los 20. Más bien fue relegado y en la toma de fotografías y en los lugares cercanos al canciller Ángela Merkel. Las conductas groseras tienen altos precios y Trump ya los empezó a pagar.
Maquiavelo. El vulgo es seducido siempre por la apariencia y por los acontecimientos; ¿y no es el vulgo quien constituye la muchedumbre?
Juchitán. No asistirá a la Guelaguetza por dimes y diretes internos de representación, lo que no es raro en el estado caracterizado por enredar siempre todo lo que pudiese ser simple y sencillo. ¡Hay paisanos!
Leopoldo Lopez. La madrugada del sábado salió de la prisión de Ramo Verde, el líder opositor Leopoldo López, y permanecerá en arresto domiciliario. “Este es un paso hacia la libertad. No tengo resentimiento alguno ni voluntad de claudicar ante el régimen”, declaró.
Ciclismo. En Oaxaca, el Gobernador aparece nuevamente en eventos deportivos, primero el Triatlón, ahora participó en la carrera Gran Fondo Nacional Oaxaca Premio Mayordomo 2017, ¿y la Gobernabilidad cuando tendrá prioridad?
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