El Gobierno ecuatoriano concedió este jueves “asilo diplomático” (albergar y proteger a una persona por motivos políticos en una misión diplomática) a Julian Assange, según ha declarado en una rueda de prensa en Quito el canciller ecuatoriano Ricardo Patiño. Durante una intervención de casi media hora, Patiño justificó los motivos por los que ha aceptado la petición del fundador de Wikileaks, que lleva casi dos meses refugiado en la Embajada de Ecuador en Londres. Ecuador considera que Assange puede ser víctima de una persecución política por su trabajo como activista de la “libertad de expresión” y afirma tener la certeza de que es factible la extradición del fundador de Wikileaks a un tercer país. Patiño ha afirmado que si Assange fuera extraditado a Estados Unidos, donde no hay de momento ninguna petición formal de extradición ni se han presentado cargos en su contra, el australiano no tendría un juicio justo y podría enfrentarse a la pena capital. “No es inverosímil que se le aplique un trato cruel y degradante”, ha añadido Patiño.
“No podemos aceptar el doble rasero por parte del Reino Unido”, aseguró Patiño, quien dijo que Ecuador ha convocado a los diferentes organismos regionales, como Unasur y ALBA, para estudiar lo que calificó de amenaza por parte de las autoridades británicas de entrar en la embajada en Londres. “En ningún caso se puede aceptar este chantaje, ni estas amenazas”, manifestó el canciller.
El conflicto diplomático en torno a Julian Assange escaló este miércoles tras la amenaza de Reino Unido de entrar en la sede diplomática ecuatoriana si Quito no entrega al fundador de la plataforma de filtraciones, que es requerido por Suecia para responder por cuatro supuestos delitos sexuales cometidos en 2010. El Gobierno de Rafael Correa, ha afirmado que consideraría esa decisión británica como un “acto hostil e intolerable” y como una violación a su soberanía. Londres comunicó el miércoles a Quito que conceder el asilo a Assange no cambiará nada, según ha anunciado un portavoz del Foreign Office esta mañana, que reiteró que Reino Unido tiene la obligación legal de extraditar a Assange a Suecia, según la agencia Reuters.
Ecuador considera que Julian Assange es “un profesional de la comunicación galardonado internacionalmente por su lucha a favor de la libertad de expresión, la libertad de prensa y de los derechos humanos en general”. Quito afirma que las filtraciones de Wikileaks afectaron a “funcionarios, países y organizaciones” y que existen “serios indicios de retaliación por parte del país o los países que produjeron la información divulgada por el señor Assange, represalia que puede poner en riesgo su seguridad, integridad, e incluso su vida”.
Aunque afirma que la decisión de entrar en la sede diplomática todavía no está tomada y que quiere una solución negociada, el Gobierno de Reino Unido ha señalado que, para cumplir su “obligación legal” de extraditar a Assange, llegado el caso, podría ampararse en una ley británica que le permite revocar el estatus diplomático de una embajada, lo que podría dar vía libre a la policía para acceder al interior del edificio ecuatoriano y detener a Assange. “Bajo la ley británica podemos notificarles con una semana de anticipación antes de entrar en la sede y la embajada ya no tendrá protección diplomática”, ha afirmado un portavoz del Foreign Office.
Esta mañana se han producido incidentes entre algunos simpatizantes de Assange que pedían la “libertad” del australiano y los agentes de la policía británica que montan guardia a las puertas de la oficina diplomática ecuatoriana en Londres, ubicada en el exclusivo barrio de Knightsbridge, que se saldaron con el arresto de tres de los manifestantes.
El canciller ecuatoriano denunció el miércoles las presiones del gobierno británico: “Hoy [miércoles] hemos recibido por parte de Reino Unido amenaza expresa y por escrito de que podrían asaltar nuestra embajada en Londres si Ecuador no entrega a Julian Assange”, dijo Patiño, y anunció que su Gobierno responderá “con la mayor contundencia diplomática” a cualquier acción que pueda tomar el Gobierno británico que viole su Embajada. En ese sentido, dijo que su país solicitaría una reunión de Unasur y la OEA para responder a la amenaza de Londres. La Asamblea Nacional del país analiza este jueves, en una sesión extraordinaria, la comunicación enviada por el Reino Unido, informa EFE.
Patiño reiteró que el hecho de que una autoridad británica entre a la embajada del Ecuador en Londres sería una violación a los tratados internacionales.
Una portavoz del Ministerio británico de Exteriores dejó clara la postura de su Gobierno. “Hemos dejado claro en nuestras conversaciones con el Gobierno ecuatoriano que el Reino Unido tiene la obligación legal de extraditar a Assange a Suecia para que haga frente a las alegaciones de delitos sexuales”. “Estamos decididos a cumplir esta obligación”, añadió.
Al grito de “somos soberanos, no una colonia”, un grupo de unos 40 ciudadanos, la mayoría jóvenes, se congregó el miércoles por la noche en las afueras de la Embajada del Reino Unido en Quito para manifestarse en contra de la amenaza de Londres de entrar en la legación diplomática.
El pasado 19 de junio, Assange sorprendió incluso a los seguidores que han sufragado los costes legales de su proceso, plantándose en la embajada de Ecuador en la capital británica como solicitante de asilo político. Alegó ser objeto de una “persecución política” y la convicción de que su traslado al país nórdico abriría la vía para extraditarle a Estados Unidos, donde algunos sectores han solicitado su proceso por la filtración en Wikileaks de miles de cables secretos de sus sedes diplomáticas, si bien hasta la fecha no han sido presentados cargos en su contra. Desde entonces no ha salido del recinto, porque la policía metropolitana tiene orden de arrestarle por haber violado los términos de la libertad condicional, que le fue concedida a finales del año pasado.
Justo un mes después de aquella huida hacia adelante, el alma mater de Wikileaks recibía en la legación (y a demanda propia) la visita del inhabilitado juez español Baltasar Garzón, quien aceptó representarle como abogado por considerar que los derechos de su nuevo cliente se han visto lesionados. Si el presidente Correa acaba admitiendo la demanda de asilo, Garzón estima “impensable” que el Reino Unido no le concediera un salvoconducto para arribar a un aeropuerto londinense sin ser interceptado antes por agentes policiales británicos. Sin embargo, el Foreign Office arrojó el martes un jarro de agua fría sobre esas expectativas y emitió un comunicado en el que subrayaba “nuestra obligación legal de extraditar a Julian Assange a Suecia: estamos decididos a cumplirla”. El australiano, además, no tiene posibilidad de abandonar el edificio sin poner un pie en la calle, momento en que sería detenido por la policía londinense, dado que la embajada se encuentra situada en una primera planta sin conexión interior con el parking.
El veterano exjuez ha avalado las inquietudes de la madre de Assange, Christine, de que la vida de su hijo corre peligro si acaba recalando en territorio estadounidense, donde la mujer alega que ya se ha creado un gran jurado en Alexandria (Virginia), poblado principalmente por contratistas del ministerio de Defensa, para juzgarle por espionaje y conspiración, cargos que podrían acarrearle la pena de muerte de ser declarado culpable. Garzón considera que su representado está indefenso ante la falta de información sobre los delitos que supuestamente se le imputan en aquel país, “únicamente por dar publicidad a un abultado volumen de información que llegó a poder de Wikileaks”.
El País