Mario Arturo Mendoza Flores
Es mucho lo que se ha dicho y escrito respecto al mega fraude cometido por diversas cajas de ahorro oaxaqueñas, pero en realidad es poco lo que se ha hecho para resarcirle a los afectados su patrimonio ganado a lo largo de muchos años y de mayor sacrificio. Como ya lo sostuve en semanas anteriores, con un poco de voluntad se pudiera conocer quiénes son los autores materiales e intelectuales de dicho delito, pero hay intereses muy oscuros que no sólo pretenden evitar que se den a conocer los nombres de los responsables de dichas quiebras, sino que adicional los protegen abiertamente; aumentando con ello el nivel de impunidad que caracteriza a la actual administración; es tal su perversidad que incluso pretenden politizarlo e involucrar a personas que sólo se han preocupado por sentar las bases para un cooperativismo más sólido, más humano y más solidario como es el caso de Othón Cuevas y que si algo tienen que ver con las Cajas de Ahorro, sin duda que lo es por su empeño y trabajo por consolidar su reglamentación y operación. Vayamos a los antecedentes.
El antecedente: las primeras cooperativas de ahorro y préstamo nacieron hace unos cincuenta años al amparo del trabajo de sacerdotes católicos en diferentes partes del país, principalmente en el occidente (Jalisco, Guanajuato y Michoacán). A Oaxaca llegaron por el movimiento de la Acción Católica; por ello la presencia de éstas en la mixteca donde este movimiento tuvo su auge, principalmente en Huajuapam y Tlaxiaco. En los Valles fueron sacerdotes como el Padre Rómulo Bautista, quienes alentaron la constitución de éstas cajas como una forma de apoyo mutualista entre los más necesitados. Hasta los años ochenta, las cajas de ahorro, en Oaxaca y en muchas partes del país, estuvieron íntimamente vinculados a las parroquias. Al final de cada misa se recogía el ahorro y se celebraban asambleas para decidir a quien se le daba el préstamo o bien para definir el destino de los remanentes, que casi siempre eran para una obra social.
Con el auge de las remesas, a mediados de los ochenta, las cajas empezaron a tener más dinero del que los propios socios requerían como préstamos y fue aquí donde, al menos en Oaxaca, empezaron los problemas, pues no pocos comenzaron a pervertir la figura de la “Cooperativa”, colocando el dinero de los ahorradores en inversiones que consideraron “rentables”, ya sea prestando a personas ajenas a la cooperativa o bien utilizándolo para fines personales.
Una ley inadecuada: En el año 2001, el Congreso de la Unión (LVIII Legislatura), promulga la Ley de Ahorro y Crédito Popular, cuyo principal error fue darle a las cooperativas un trato de bancos privados, pues con ello legitimó el lucro que ya algunos estaban haciendo a través de la figura de la cooperativa, que por naturaleza es “no lucrativa”. A las autoridades no les importó si eran cooperativas de verdad o no, lo que les interesaba es que aceptaran la Ley y que aceptaran el trato de empresas mercantiles.
Muchas cooperativas en Oaxaca y en varias entidades, enarbolando la doctrina cooperativista se opusieron a esta Ley desde su promulgación en el 2001 por considerarla injusta, por lo que muy pocas terminaron aceptándola. A las que sí aceptaron la Ley las autoridades federales les otorgaron el “Sello Rojo”, mismo que supuestamente las acreditaba como “seguras”.
Entre las que tuvieron ese famoso “sello rojo” se encontraban COFÍA, INVER-OAX y la Caja Nacional del Sureste, Cajas que hoy tienen miles de defraudados. Muchas de las Cajas que se opusieron a esta Ley conformaron en el 2001 la Alianza Cooperativista Nacional (ALCONA) y desde entonces vinieron propugnando por un marco legal adecuado que reconociera el carácter social de las cooperativas. Por cierto a esta organización (ALCONA) nunca ha pertenecido Othón Cuevas a pesar de que algunos amanuenses así pretendan hacerlo creer, y no puede pertenecer simple y sencillamente porque es una alianza de cooperativas de ahorro y préstamo y el ex diputado no es socio, ni dueño de ninguna caja, como perversamente lo ha querido manejar algun escritor a sueldo. Sin embargo es importante señalar, que hasta ahora no se sabe que alguna caja cooperativa integrante de “ALCONA” esté entre las listas de las cajas. En cambio, algunas de las que sí aceptaron la Ley y obtuvieron el SELLO ROJO se encuentran en problemas, como las que ya he señalado líneas arriba. Aquí cabe preguntar ¿hasta dónde es responsabilidad de las autoridades que otorgaron esos sellos rojos? ¡Rojo!, ¿nos recuerda algo? La Comisión Bancaria y de Valores (CNBV) debe ofrecer una explicación pues se supone que estas Cajas debieron estar supervisadas por una Federación autorizada, a su vez, por la CNBV.
El fraude: El primer registro de una cooperativa en defraudar a sus socios fue SACRIPUTLA, donde ha sido señalado como el responsable de tal delito un señor de nombre Juan Feria. Por lo que existe una orden de aprehensión girada en su contra, misma que hasta la fecha no ha sido ejecutada. Este fraude se cometió en el año 2004. Cabe señalar que el grupo de defraudados recibieron el apoyo total del propio Othón Cuevas, acompañándolos en sus gestiones para recuperar su dinero. Mismo apoyo que les otorgó durante los 3 años que fue diputado de la LX Legislatura; razón por la que a mediados del año 2009 logró que por mayoría de votos se aprobara un Punto de acuerdo para exhortar al titular de gobierno del estado de Oaxaca a que firmara con el Gobierno Federal el Convenio mediante el cual se restituyeran esos ahorros a través de un Fideicomiso creado con tal propósito.
Pero como el gobierno de Ulises Ruiz no ha querido firmar dicho convenio, no ha sido posible recuperar esos recursos.
Considero que es momento que las autoridades federales deben intervenir, concretamente la PGR, pues es evidente que esta situación ya rebasó a las autoridades estatales. No hay un solo detenido aún cuando son decenas de miles las familias que han sido defraudadas. La Procuraduría del Estado no ha podido o no ha querido detener a los defraudadores, pues al contrario les ha facilitado su defensa al canalizar las demandas de los defraudados a la vía mercantil, con lo cual no pisarán la cárcel jamás. La solicitud de la intervención de la PGR se justifica por el hecho de que estas “supuestas cooperativas” fueron registradas bajo el amparo de una Ley Federal, como es la Ley de Ahorro y Crédito Popular, y porque la situación se puede tornar peor, no solo en Oaxaca sino para el país.
Existe ya una situación de pánico y se están dando retiros masivos de inversiones en diferentes Cajas provocando quiebres en serie. No estamos lejos de vivir una situación similar a la que vivió hace unos años Argentina con un fenómeno conocido como el “corralito”, que llevó al colapso de la economía en ese país.
Por último cabe señalar que la Organización No Gubernamental llamada “Centeotl” es una Asociación Civil , que se fundó hace 20 años y que en 1996 obtuvo el permiso de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público para recibir donativos deducibles de impuestos. Este permiso se otorga solamente a las organizaciones humanitarias y no lucrativas y se renueva cada año. Dicha caja mantiene dicho permiso hasta la fecha derivada de sus prácticas contables transparentes y constantes. Que mejor busquen en dónde están los defraudadores del “sello rojo”.