La rapidez del proceso privatizador produjo graves efectos de corrupción; la falta de ética y honestidad en la oferta, y la inmediatez de los procesos de licitación contribuyeron a introducir las sospechas y las dudas en relación con los procesos de asignación de las empresas públicas, y del turbio origen del dinero.
De esta forma, México ingresó a la cultura del escándalo y la barandilla en temas que asocian a priistas prófugos o en la cárcel, a nombres de prominentes y empresarios como el de Altos Hornos de México, preso en España, al ex director de Pemex Emilio Lozoya, prófugo, a su hermana, a Karime Macías Tubilla, esposa de Javier Duarte, a los hijos del ex presidente Salinas como miembros de una secta de enfermos sexuales, a la presunta participación del ex presidente, Enrique Peña Nieto, que de quebradita en quebradita y al ritmo de Los Angeles Azules, negó que haya autorizado la compra de maquinaria chatarra para Pemex; lo cual, obviamente, originó una vertiginosa pérdida de confianza en el sistema político mexicano que culminó con la derrota del PRI en la carrera que perdió la Presidencia de la República.
Las pasadas elecciones federales pulverizaron al organismo político que perdió las posiciones más importantes en los tres niveles de representación popular nacional: Presidencia de la República, de 204 diputados ahora solo tienen 47; en el Senado de 55 escaños ahora tiene 14; en la Cámara de Diputados el PRI esta al frente de 4 comisiones y cinco en el Senado.
En cuanto a las 9 gubernaturas en juego, el PRI no ganó una sola. A nivel municipal el PRI perdió Toluca, Atlacomulco, Ecatepec y Metepec.
También perdió el apoyo de los partidos como el Verde, Nueva Alianza, Encuentro Social, y el éxodo masivo de militantes que se refugiaron en Morena, a consecuencia de la debacle sufrida por un organismo político que abandonó y olvidó sus postulados a favor de las mayorías, y que se perdió en las entrañas de la corrupción, de la deshonestidad, en los desvíos de dinero, de trampas electorales y modificaciones constitucionales para favorecer candidaturas de “cuates”.
La corrupción caracterizó el perfil del régimen presidencial y del partido en el poder, tema que se volvió recurrente y fuente de agravios hacia la nación, pero que manipulados por los medios de información, y cargando culpas, que a diario acusa en las mañaneras el presidente en contra de funcionarios del anterior gobierno y del PRI, el resultado es el morbo exacerbado y la calumnia como matriz del rumor causante de la perversión del análisis político.
Han transcurrido 6 meses desde que ocurrió la más grave y desastrosa derrota electoral del PRI que hoy lo tiene en coma. No obstante hay unos cuantos que permanecen en las trincheras diezmadas que se esfuerzan por darle respiración artificial en la terapia intensiva; y otros, los carroñeros a los que se les antoja el último festín que incluye llevar a Alito, como ridículamente lo nombran, a la presidencia del PRI, utilizando las viejas prácticas, trampas, alteraciones del padrón electoral, acarreos y demás actividades que tanto perjuicio y perdida del poder le ocasionaron a un organismo político próximo a desaparecer, o que podría ser absorbido por la influencia política del hombre de Macuspana si es que logra que el tal Alitosea impuesto en la dirigencia del tricolor.
Sin embargo, José Narro, enterró el ataúd del PRI un clavo profundamente al denunciar los motivos que lo obligaron a presentar su renuncia a la candidatura de la Presidencia priista y a su militancia de más de 40 años. El daño causado provocó los lamentos del tal Alitoal registrar su candidatura.
José Narro abandonó la Matraca y regresó al Goya, corrigiendo su posición política que no coincidió con la del estudiantado universitario cuando se reincorporó a las filas de un partido y un gobierno hundidos en la más putrefacta de las corrupciones gubernamentales que México ha padecido.
Conducta que ha causado enorme daño moral ahora reflejado en el voto de castigo de las mayorías priistas, que reprobaron las decisiones de las cúpulas y la habilidad de los carroñeros para convencer e imponer candidaturas como la que ahora encabeza el tal Alitoy respalda el hombre que duerme en el Palacio.
@luis_murat
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