Hace años se decía que los mexicanos usábamos alrededor de 500 palabras, pero hoy se usan más o menos 200. Esto nos hace pensar que cada día tenemos menos cerebro para retener nuevas palabras. Desde luego que dentro de estas 200 entran el “qué onda” y “güey”.
Nunca falta la gente que, por querer apantallar, utiliza un montón de frases huecas que no dicen nada, y las dice porque cree que es una persona de ideas y de abundante lectura.
También hay gente que se las da de preparada, de más leída, pero su error está en utilizar verbos que no existen. Por ejemplo, usan el direccionar en vez de dirigir; requisitar en vez de llenar un formulario; recepcionar en vez de recibir; obstruccionar en vez de obstruir; sanitizar en vez de desinfectar; legitimizar por legitimar; textear por escribir un texto.
Tal vez ustedes conozcan esas columnas de palabras que algunos políticos utilizaban para combinar unas palabras con otras y armar su discurso, y al final de cuentas no decir nada. Ese sistema seguramente lo usó ayer el Regidor de Hacienda del ayuntamiento de Huajuapan de León, Lázaro Romualdo Acevedo Reyes, en la entrega de la medalla del General Antonio de León.
Hay discursos que cuando uno los escucha, la piel se enchina porque cada palabra toca las fibras de la emoción, sin embargo, este regidor se pasó de cremas; primero, porque casi no le se entendió mucho de lo que dijo, y luego, lo poco que se le comprendió, fue la espesa zalamería hacia la presidenta municipal, Juanita Cruz Cruz.
Les voy a recordar quién es Lázaro Romualdo. Es el mismo Regidor que aseguró en sesión de cabildo, que en Huajuapan no se cerraría el comercio hasta que los mismos regidores vieran los muertos por Covid en las esquinas de la ciudad. Ahora sí ya lo identificaron, ¿verdad?
Pues él, es el que se echó el rollo principal en el evento de ayer para decir cosas como lo siguiente:
“Nosotros, los adalides de hoy, y arquetipos de los héroes del mañana tenemos el deber de cumplir nuestra tarea que nos impone el actuar de los héroes primeros, de continuar con el levantamiento de nuestra sociedad con ética, con conciencia, desde la trinchera que hemos elegido.”
Frases que, por largas, no llegan a oración, o que las tomó de quién sabe dónde. Ninguna de sus palabras nos enchinó la piel, al contrario, nos enrojeció el rostro.
Aquí otra frase:
“aquellos pueblos primigenios que apostaron por la milicia, por la guerra, por el poder y el dominio, perecieron prontamente en las categorías del tiempo y del espacio terrestre, y aquellos que usaron por la cultura, permanecen en esa misma categoría de la vida, permeando hasta hoy en nuestra vida misma”.
Perdón, creo que les estoy haciendo perder el tiempo al escuchar estas cosas.