El secretario de Relaciones Exteriores, José Antonio Meade, aseguró que el diferendo por el tema de tortura fue de manera particular con el relator Juan Méndez y no con la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
En entrevista para El asalto a la razón, explicó que ante la redefinición que realizó el relator sobre el término “generalizado” a escala internacional, era necesaria la intervención del gobierno de México para aclarar que no se comparte la nueva acepción.
Sin embargo, reconoció que existe un problema de tortura serio e inaceptable, por lo que desde todas las instancias de gobierno se trabaja de manera integral para erradicar esa práctica.
Meade precisó que incluso el informe señala que la tortura está focalizada entre la detención y la puesta a disposición, lo que implica que no es generalizada y genera un ambiente de confusión al permitir que se concluya que se da en todos los niveles.
“Yo me refiero al término generalizado cuando no es aislado, es una definición propia y específica de él, que no encuentra soporte en un diccionario que yo conozca ni en lo internacional”, enfatizó.
El canciller expresó que el informe que se desprende de la visita a México en 2014 deja mucho que desear y, por tanto, consideran que se ha violentado el código de ética de los relatores al no haberse sujetado a la imparcialidad y a hacer públicos los comentarios de los gobiernos.
Reiteró que por parte del gobierno mexicano ya se ha puesto punto final al diferendo, pues “distrae” la atención de la importancia que tiene el tema de la tortura y su eliminación. Sobre el escrutinio al que México se ha sometido a escala internacional, aseguró que el tema de la desaparición de los estudiantes de Ayotzinapa derivó en un problema de imagen que ha sido combatida con hechos.
Anticipó que esa imagen terminará convirtiéndose en un reflejo de lo que con hechos, objetiva y claramente, han puesto a disposición de la comunidad internacional y de la sociedad, pues “México es un país abierto”.
Cuestionado sobre las críticas que ha recibido el país por la posición que se asumió ante la situación que prevalece en Venezuela, el canciller expresó que existe una relación permanente con el gobierno del presidente Nicolás Maduro, en el que se ha reiterado el llamado al diálogo respetuoso a todas las expresiones.
“Hemos tenido un diálogo permanente con el gobierno, manifestando preocupaciones cuando las tenemos (…) pero no siendo vecinos, no teniendo una relación comercial importante ni una comunidad grande en Venezuela; la mejor forma en que podemos influir y generar condiciones más adecuadas es hablando con el gobierno”, señaló.
Diálogo abierto
El representante permanente de México ante Organismos Internacionales, Jorge Lomónaco, afirmó que, pese al diferendo, se mantendrá el diálogo con el relator especial de la ONU.
“Reconocemos que hay diferendo respecto a unas partes del informe, a una en concreto, pero eso no va a impedir que trabajaremos y que continuemos con un diálogo abierto con el relator y con otros relatores”, dijo en entrevista radiofónica.
Negó que haya quedado lastimada la relación con el relator y que “la intención de voltear la pagina es concentrarnos ahora en trabajar”.