Han pasado 17 años desde que se estrenó la película “El diablo viste a la moda”, versión cinematográfica de la novela del mismo nombre escrita por Lauren Weisberger, y que en la gran pantalla protagonizaron Meryl Streep, Anne Hathaway, Emily Blunt y Stanley Tucci, llevándose además un Globo de Oro en la categoría de Mejor Actriz en Comedia o Musical para Meryl Streep, y obtuvo dos nominaciones al Oscar.
No podemos negar que la cinta es entrañable y se convirtió rápidamente en un clásico del cine de los últimos 20 años siendo, además, una película que nos ha entregado imágenes y frases icónicas, además de una banda sonora alucinante. Y esa producción con todo y su estructura de cuento de hadas, no ha sido suficiente para que se reviva una polémica que algunas ‘influencers’ comenzaron hace aproximadamente un año y medio.
Contextualizando. Aproximadamente en diciembre de 2021, la película fue señalada por la ‘twittera’ brasileña, Carol Moreira, de ser una cinta ‘gordofóbica’, ya que hacía alusión de forma displicente al supuesto sobrepeso de la protagonista, Andrea, interpretada por Hathaway, y enmarcando un estándar de belleza que dista del común de las mujeres en la realidad. La usuaria de esa popular red social comentó entonces en su video, que la cinta se aleja de la idea que han estado construyendo, con mucho trabajo, colectivos feministas e instituciones de salud pública, sobre la aceptación y el amor propio que deben tener todas las personas con su cuerpo, argumentando que el sobrepeso puede tener diferentes causas y no solo el comer demasiado. El estilo de vida sano no es contrario a la obesidad, sin embargo, hacer de esa condición una especie de humillación contradice la idea de aceptación y respeto, comenta Moreira.
Y en efecto, nadie duda de que tenga la razón. Sin embargo, pareciera que los ‘millennials’ se centran en criticar los sucesos pasados, intentando quitarles un estatus a las producciones que el mismo público les ha dado. Si se trata de reaprender las ideas sobre el respeto al cuerpo y demás posturas, que dicho sea de paso a nivel personal celebro, debe hacerse con producciones actuales, incluso no solo con cintas y series, también con la música, porque parece que se centran en señalar acciones que consideran ofensivas realizadas incluso en décadas pasadas, sin detenerse a revisar la música de Maluma o Bad Bunny por ejemplo; y es que creo que todo debe ser juzgado respecto al tiempo y época en que fue creado. En su momento, nadie, ni siquiera quienes tenemos sobrepeso, nos ofendimos de aquellas situaciones mostradas en la película, al contrario, esas acciones nunca se normalizaron y siempre fueron tomados por la mayoría, en tono de comedia, tal y como marca la trama de “El diablo viste a la moda”. Y es que pareciera que la capacidad de análisis de quien en su momento criticó estas acciones en la película es nulo, pues la cinta no es más que una crítica en tono de farsa a los estereotipos creados por la industria de la moda y al estilo de vida que obligan a tener a quienes pertenecen a este contexto específico.
Esta polémica se revivió en redes recientemente, justamente por los señalamientos de los que nuevamente fueron objetos cantantes como Sam Smith y Lizzo, quienes han sido blanco de burlas por un sector del público, por su cuerpo, su forma de vestir y por presentarse así ante las audiencias, mencionando que lo único que ellos hacen es ‘romantizar la gordura’. Nada más falso que eso, al contrario, ellos dan una lección de aceptación y respeto hacia su mismo cuerpo.
Aún con la polémica que, seguramente será pasajera como lo fue hace año y medio, “El diablo viste a la moda” sigue y seguirá siendo una de las películas favoritas del público por su trama y sus grandiosos personajes.
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