El crimen organizado es “grave ofensa a Dios”: Papa

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El Papa Francisco arremetió hoy contra el crimen organizado, al cual calificó como una “grave ofensa a Dios”, y contra el “abominio” del tráfico de seres humanos.

  Esto en su primer mensaje con motivo de la Jornada Mundial de la Paz, cuyo contenido fue dado a conocer este jueves por la sala de prensa del Vaticano aunque la Iglesia celebrará esa efeméride el próximo 1 de enero.

El texto, de 21 páginas, denunció la corrupción difundida en todos los países de manera “capilar” y también la formación de organizaciones criminales, desde los pequeños grupos hasta los que están organizados globalmente.

“Estas organizaciones ofenden gravemente a Dios, afectan a los hermanos y dañan la creación, especialmente cuando tienen connotaciones religiosas”, sostuvo.

  Apuntó el dedo contra el “drama lacerante de la droga”, con el cual se lucra contra las leyes morales y civiles, así como contra la devastación de los recursos naturales y a la contaminación.

También lamentó la “tragedia de la explotación del trabajo”, los tráficos ilícitos de dinero y la prostitución que cada día produce víctimas inocentes, sobre todo entre los más jóvenes robándoles su futuro.

Llamó “abominio” al tráfico de seres humanos, a los delitos de abusos contra menores y a la esclavitud que aún difunde su horror en tantas partes del mundo.

Incluso el Papa llegó a relacionar con el crimen organizado a la especulación financiera, “que a menudo asume carácteres predadores y nocivos para enteros sistemas económicos y sociales, exponiendo a la pobreza a millones de hombres y mujeres”.

“Fraternidad, fundamento y camino para la paz” es el título del mensaje del Papa, que debe inspirar numerosas actividades entre los católicos de todo el mundo al inicio de 2014.

En el mensaje Jorge Mario Bergoglio también analizó el negativo impacto de la crisis financiera, que “han empujado a muchos a buscar la satisfacción, la felicidad y la seguridad en el consumo y en el beneficio más allá de toda lógica de sana economía”.

Instó a repensar los modelos de desarrollo y cambiar los estilos de vida, además de advertir la necesidad de políticas que sirvan para atenuar una excesiva brecha en el rédito.

Según el líder católico muchos son los conflictos bélicos en el mundo se consuman en medio de la la indiferencia general y reconoció que los acuerdos internacionales no son suficientes para frenar las guerras.

Por eso lanzó un “fuerte llamado” a cuantos “con las armas siembran violencia y muerte”.

“íRenuncien al camino de las armas y vayan a encontrar al otro con el diálogo, el perdón y la reconciliación para construir la justicia, la confianza y la esperanza!”, clamó.

Constató que mientras exista una gran cantidad de armamentos en circulación como la actual se podrán encontrar siempre nuevos pretextos para iniciar las hostilidades.

“Es claro que en la vida de los pueblos los conflictos armados constituyen siempre la deliberada negación de toda posible concordia internacional, creando divisiones profundas y lacerantes heridas que exigen muchos años para cerrarse”, apuntó.

Agencias