“Cierra tus ojos para que nadie te vea”, es una frase absurda que conocí hace algún tiempo a través de una historia chusca que va así: una persona que se encontraba atrapada en el tráfico de la ciudad, se vio en la urgencia de ir al baño y al no tener uno cercano, decidió defecar en la acera más próxima, cerró los ojos, venció la vergüenza y asumió que nadie lo veía.
Pues igualito, suponiendo que no los vemos, los diputados, el gobernador electo y el gobernador en funciones, obran un pacto político para promover reformas ilegales y antidemocráticas en el Congreso de Oaxaca, que los lleven a satisfacer como al personaje historia sus necesidades urgentes, en este caso: su bono de marcha, su andamiaje autoritario, y la protección e impunidad respectivamente.
En el pacto que señalo, los legisladores locales, cerrando los ojos para que no los veamos, han aprobado en las últimas semanas una serie de reformas a las leyes que no benefician en nada el desarrollo político democrático del estado y por el contrario, reconstituyen el autoritarismo, nos alejan de la transparencia, la rendición de cuentas, lo que se traduce en mayor impunidad y corrupción.
Por citar algunos ejemplos, en la Ley de Fiscalización Superior del Estado de Oaxaca, limitaron a la Auditoria Superior de Estado (ASE) para presentar querellas contra funcionarios de elección popular que hayan cometido delitos y actos de corrupción. Pues bien, ahora la querella sólo podrá ser presentada si la Junta de Coordinación Política del Congreso lo aprueba. Esto somete y limita su autonomía para velar por el buen uso de los recursos públicos y proceder legalmente contra quien cometa actos de corrupción, ahora la ley estará sujeta a criterios de orden coyuntural, político y partidista.
Otra modificación grave se refiere al periodo de prescripción de las facultades de la ASE para fincar responsabilidades y sanciones a servidores públicos presumiblemente corruptos, la reforma limitó a 3 años esta facultad, cuando que la ley federal en la materia establece 7 años como límite y todos los estados de la república en sus leyes respectivas establecen 5 años. Con esta modificación se protege a funcionarios y exfuncionarios del sexenio actual acusados de corrupción, quienes ahora sólo tendrán que evadir la ley un corto tiempo para ponerse su capa de impunidad y caminar sin molestia alguna.
Lo que queda claro, es que todas estas acciones son parte del cierre del círculo de impunidad transversal del sexenio para dar paso a otro similar o peor puesto que las acciones del grupo político del Gobernador entrante apuntan a la regresión. Y aún hay más, existe información que en próximos días el gobierno en turno solicitara un mayor endeudamiento público que afectaría gravemente las finanzas del empobrecido e hipotecado pueblo de Oaxaca.
Por ello, quienes visualizamos un horizonte democrático para Oaxaca debemos actuar con responsabilidad. Estamos obligados a articularnos, a ser persistentes y desde distintas plataformas que nos unifiquen en la diversidad, defender las libertades sociales y políticas que tanto han costado conseguir, luchando por la justicia y la paz, pero, sobre todo, por una vida digna y con certidumbre para la mayoría de las familias oaxaqueñas que hoy carecen de lo elemental.
Hagámoslo, ¡Porque Oaxaca es Primero!
Jesús Romero López.
Diputado electo.