La muerte y el robo del cuerpo de Heriberto Lazcano, “El Lazca”, líder de la organización “Los Zetas”, es más un anuncio publicitario del gobierno federal, que un golpe efectivo contra el crimen organizado, indicaron expertos en seguridad consultados por ADNPolítico.com.
“Obviamente, al finalizar este régimen, Calderón necesita un trofeo, pero ¿sin cuerpo? ¿sin evidencia? Es puro impacto mediático, funciona en los medios, pero no es un golpe de alto impacto al crimen.
“Que no nos engañen: es un error estratégico pensar que con la muerte de Lazcano se acaban ‘Los Zetas’. El gobierno ha probado ser incapaz de desarticular el crimen, sólo lo descabeza y eso hace que se multipliquen los liderazgos y que veamos muchas detenciones, pero la violencia aumenta”, señaló el criminólogo Pedro José Peñaloza.
Para el autor del libro “México a la deriva”, después de la eliminación de Heriberto Lazcano, el gobierno ha intentado convencer a los ciudadanos de que con este tipo de muertes se calmará el país, cuando puede suceder todo lo contrario.
“El crimen organizado es un negocio que vende mercancías, por eso no se extingue porque se pierda el vendedor. Se van a multiplicar, vienen más ‘Lazcas’, algunos más sanguinarios.
“El crimen organizado no es una persona, es un aparato. Si cae uno, hay 10 más que quieren tomar el lugar y están dispuestos a demostrar que son peores, más violentos, más despiadados que el anterior; si sólo se les mata, pero no se les desbarata, no sirve de nada o puede resultar contraproducente.
“Lo mínimo que podemos esperar es un reacomodo de grupos de poder en ‘Los Zetas’ y eso tiene una violencia, por decirlo así, ‘normal y explicable’, porque lo que está en juego es poder y dinero. Pero también puede ser que la violencia vaya más allá de grupos en disputa por el poder y alcance a funcionarios públicos y ciudadanos… ojalá no”, consideró.
Como muestra de esa visión “errónea” del gobierno de Calderón, Peñaloza dio un ejemplo: sólo el 8% de las 70 mil muertes en el sexenio tienen una averiguación previa que conduzca a desenredar verdaderamente al crimen.
Con él, coincidió la investigadora Elena Azaola, del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores de Antropología Social (CIESAS), quien pidió no festejar la muerte del también apodado “Verdugo”.
“Desafortunadamente, en muchas ocasiones lanzan campanas al vuelo sin el sustento necesario. Estoy convencida de que la muerte de nadie debe ser festejada, pero si algunos lo consideran así, es un triunfo ‘simbólico’, muy relativo.
“No es el éxito que está pregonando el gobierno, porque en casos anteriores esto ha demostrado que de ninguna manera se desarticula o desaparece a los grupos criminales, al contrario, exacerban la violencia”, expresó Azaola.
La experta adelantó que, lejos de abonar a la tranquilidad de los coahuilenses, la muerte de “El Lazca” traerá en los próximos días un ambiente de zozobra y miedo.
“Que vayan a las comunidades, a donde lo mataron, a esas colonias y digan si están más tranquilas ahora. Lo que viene para muchas personas es un estado virtual de sitio en sus calles y eso no es lo que presume el gobierno”, señaló.
Ambos especialistas aseguraron que, a seis años del combate contra el crimen organizado, el gobierno federal sigue buscando el aplauso fácil, sin realmente buscar golpear en sus cimientos a los cárteles y organizaciones de sicarios.
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