Muchos de ustedes al ver mis publicaciones notan que en ellas promuevo la frase #BuenVivir, filosofía que guía mis acciones en beneficio de la humanidad y del medio ambiente, y que en este documento explicaré para contribuir al conocimiento de este concepto.
El buen vivir o vida en plenitud, es la traducción general de los términos Sumak Kawasay o Suma Qamaña y corresponde a una filosofía de vida propuesta por los pueblos originarios de la zona andina en Sudamérica, particularmente aymaras y quechuas. Ideología que a partir de la reivindicación de la lucha indígena y del reconocimiento otorgado por gobiernos nacionales como los de Bolivia y Ecuador, en los últimos años ha retomado fuerza y difusión a nivel internacional para convertirse en un postulado político, a grado tal que actualmente es una propuesta adoptada por movimientos de izquierda progresista y ambientalistas, por su naturaleza reivindicatoria de la comunalidad con la equidad entre personas y el respeto a la naturaleza como un ser sagrado.
Ante las propuestas para atenuar la crisis socio-ambiental planetaria emanadas a partir de acuerdos internacionales, determinados mayoritariamente por grupos de poder provenientes del Hemisferio Norte, se ha generado el surgimiento de voces desde el Sur, principalmente de Abya Yala, que es la denominación dada al continente americano por sus pueblos originarios, traducidas dichas voces a propuestas como el Ecodesarrollo y actualmente el Buen Vivir, con las que se busca complementar los procesos encaminados a la construcción de la sustentabilidad, a partir de la cosmovisión de grupos humanos en constante relación armónica con la naturaleza y basada en estructuras comunitarias.
En algunos casos, se afirma que el Buen Vivir es una propuesta anti capitalista, que es el sistema dominante en la actualidad donde se privilegia el individualismo, la acumulación y apropiación de los seres naturales por un pequeño grupo de personas, naciones o empresas; contrario a lo cual, el Buen Vivir postula un cúmulo de principios construidos a partir de los valores andinos, entre los que destacan:
Promover la sabiduría, vida sana, vida colectiva y la complementariedad entre miembros de una sociedad y la humanidad.
- La afirmación que todos provenimos de la Madre Tierra (Pachamama) y debemos respetarla.
- Redescubrimiento de la identidad, sueños e ideales colectivos.
- Reconocer la interconexión entre los elementos de un todo (físicos, bióticos y sociedades humanas).
- Reivindicar las luchas para consolidar la interculturalidad y plurinacionalidad.
- La reciprocidad entre los seres humanos y de éstos hacia la naturaleza.
A nivel mundial existen diversas filosofías emanadas de los pueblos originarios, que al igual que el Buen Vivir, promueven relaciones armónicas entre los individuos, sociedades y naciones, así como de éstos hacia los seres naturales y para con la Madre Tierra; mismas que debemos conocer y reconocer, a través de la incorporación de sus postulados a nuestras prácticas cotidianas, así como a nuestras relaciones sociales y a los esquemas de manejo y conservación de la riqueza natural.
Nuestro país, que es uno de los que posee mayor diversidad cultural al contar con un aproximado de 60 grupos étnicos originarios más sus variantes; también presenta diversas visiones del mundo, en las que existen aportes para la solución de los problemas que como nación padecemos, entre los que se destacan la comunalidad, el tequio, la guelaguetza, los sistemas normativos internos, el cooperativismo y otras.
Como diputada y con la premisa que marca mi convicción como integrante del movimiento POR EL BUEN VIVIR, traducida al gran esfuerzo que representa la búsqueda del cambio de paradigmas relacionados con esquemas que han detonado en la ruptura y debilitamiento del tejido social, como: pobreza, explotación y destrucción de la naturaleza; me comprometo a trabajar para difundir y proteger la cosmovisión de los pueblos y comunidades originarias para un mundo más justo, sostenible y pacífico.