Al destapar la cloaca petrolera, de la que dimos cuenta en la entrega anterior, el gobierno descubrió que Pemex ha sido, al través de varios gobiernos, todo un sistema de corrupción jamas imaginado, algo inaudito en el que todos robaron, todos intervinieron, todos están libres porque la ley no los ha alcanzado.
Es tan grande, tan canalla el atraco contra México, que solo un sistema concebido, dirigido y ordenado por los altos mandos de gobierno, pudo hacer posible que esta enorme maquinaria de corrupción instalada en la Paraestatal pudiera operar sin que nadie la tocara.
Hoy, el Presidente empezó a sacar sus cartas, una por una, según convenga. Hoy el problema para la nación es la gasolina, el desabasto, formar kilométricas filas de vehículos para poder cargar algo del energético, ese es el tema que nos ocupa y afecta a todo aquel que depende de un vehículo para hacer la vida diaria, y en todos los rubros de la producción.
El tema de hoy es la preocupación que causa el desabasto de las energéticos, no así a la Jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, que no esta enterada de que en Ciudad de México han cerrado varias estaciones de gasolina por carecer del producto, no la tienen, no las han surtido y son largas las filas de vehículos que esperan, por largo tiempo, poder cargar el energético. ¡Así es el mundo feliz de Sheinbaum!
¿Alguien se acuerda de la tragedia ocurrida en Puebla? Creo que muy pocos, y si los hay, seguramente serán los familiares y amigos cercanos a la pareja fallecida.
El juego de ajedrez del Ejecutivo mueve sus piezas, una por una, según convenga, y Pemex es una de ellas, lo cual transparenta que el Presidente se decidió a jugar fuerte, después de los jaques recibidos la pasada temporada vacacional.
A diferencia de la señora Sheinbaum, los millones de personas que viven en Ciudad de México, que han sido afectadas por el desabasto, si se han enterado de lo que esta sucediendo en la capital del país, pues son afectados directamente. Pero, además la nación empieza a conocer lo que ha estado ocurriendo, sexenio tras sexenio de gobierno, con Pemex, la paraestatal que fue orgullo de México y que ahora se encuentra en terapia intensiva a causa del más grave crimen cometido en su contra, succionarla hasta dejarla completamente agotada y moribunda.
Revelaciones que nos ha dejado pasmados como ha sido el utilizar los oleoductos para robar con precisión, a través de la tecnología dirigida desde las oficinas de la Paraestatal. De esa forma, imposible de fallar, más aun, cuando los ladrones, funcionarios, trabajadores, sindicato, secretarios de gabinete y presidentes de la República, que sabían y participaban en el gran asalto a Pemex o vivían en el mundo feliz de la jefa de gobierno, lo cual sería difícil de creer; estaban protegidos por toda la pirámide de corrupción en la que convirtieron a Pemex. El silogismo fue: Todos robamos, todos somos ladrones todos nos protegemos. Así operaron las bandas de hampones que han gobernado a México en la época contemporánea.
El impacto que ha causado el hedor de la cloaca es repugnante, las nauseas son insoportables, más aun, cuando la logística utilizada para el abasto del combustible es insuficiente por estar utilizando camiones-tanque, al estar cerrados los ductos de corrupción que fueron utilizados para realizar el gran atraco.
Tomar decisiones delicadas que pueden afectar a las poblaciones por los efectos que causan no son aceptadas, ni bien vistas por los gobernantes que, en su mayoría, se ocupan más del cuidado de su imagen que en el bienestar de los gobernados. Pero, está ocurriendo, que México parece haber tocado fondo, al haber destapado la cloaca que enfermó y contaminó a las instituciones gubernamentales y al sindicalismo asociado como ha ocurrido en el caso de Pemex; eso tiene un gran valor y hay que ir hasta el fondo sin perdón alguno.
Por último, se entienden las molestias que causa el desabasto de los energéticos, pero no son nada comparables con el atraco a Pemex, y sí se soportó, año tras año los saqueos contra la paraestatal, pues que son unos días de apuración que no se puedan soportar.
La honestidad también tiene su costo y hay que obtenerla para ser mejores.
@luis_murat
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