La madrugada de ayer elementos de la Agencia Estatal de Investigaciones aseguraron el inmueble que durante décadas ha servido como sede del sector popular del PRI en Oaxaca. La CNOP asegura que la posesión y propiedad del predio les pertenece, a pesar de que el gobierno estatal lo reclama como parte del patrimonio público. No obstante, lo que parece claro es que las casualidades no existen y que esta es una respuesta entre facciones morenistas frente a los acuerdos y recientes los acomodos entre los candidatos de dicho partido.
En efecto, la tarde de ayer la dirigencia del sector popular del PRI emitió un posicionamiento en el que asegura que la posesión del inmueble les pertenece y que para ello se desahogó un juicio en la vía de informaciones de dominio en 1994, y que desde entonces pagan regularmente los impuestos y las obligaciones propias de dicha propiedad. Horas antes, al darse a conocer la intervención de los agentes estatales en dicho inmueble, se había informado que éste presentaba problemas legales desde hace más de setenta años, y que la Beneficencia Pública del Estado era albacea de dicho inmueble. Al final, tanto el gobierno como la CNOP tendrán que resolver en un tribunal quién de ellos tiene la razón.
Lo que llama la atención, es la carga política de dicho movimiento. ¿Por qué? Porque Francisco Ángel Villarreal es el dirigente de ese sector priista, y ha sido uno de los personajes de la anterior administración a los que más señala y acusa el gobernador Salomón Jara Cruz en sus conferencias de cada inicio de semana. Básicamente, lo ubica como un personero de José Murat, y que era una de las personas que más servían a sus intereses. Lo ha señalado por su gestión en el IEEPO e incluso lo ha acusado de ser quien controla o manipula algunas cuentas de redes sociales que atacan a todos en Oaxaca.
Lo cierto es que, en lo que no está equivocado el gobernador Jara, es en ubicarlo como un agente del muratismo. Tan lo es que por eso le fue otorgada la representación de la CNOP en la entidad, y es uno de los personajes que más cómodamente se ha movido en las antípodas del régimen actual. De hecho, es el único representante del muratismo que hoy en día ostenta un cargo partidista en el PRI oaxaqueño, y ha sido uno de los pocos personajes a los que les han buscado cobijo frente a las pretensiones de la administración jarista.
Eso no es todo, ni es lo más relevante. Apenas el jueves pasado el Comité Ejecutivo Nacional de Morena formalizó la candidatura plurinominal del exgobernador Alejandro Murat para ser Senador de la República. Dicha decisión cayó muy mal en Oaxaca porque no fue un movimiento consensado con el Gobernador del Estado, sino que más bien fue producto de un acuerdo cupular entre los Murat y el presidente Andrés Manuel López Obrador. Dicha incorporación pone a Alejandro Murat y a Salomón Jara en la misma línea política, y en el mismo partido. Por eso, la requisa al inmueble de la CNOP bien puede verse, además, como un acto de fuego amigo entre morenistas.
LAS LISTAS PLURI, UN DOLOR DE CABEZA
En la suma y resta de las posiciones para el Senado por Morena, no le fue nada bien al Gobernador Jara. Si bien logró montar a Antonino Morales Toledo como cabeza de la fórmula, desde la cúpula del poder presidencial se decidió que la compañera de fórmula no sería Laura Estrada Mauro sino Luis Cortés García.
Luego, se decidió igualmente desde la capital del país que la Senadora Susana Harp repetiría en un escaño de la cámara alta pero ahora como parte de las candidaturas por la vía de la representación proporcional. Y el último golpe se dio con la sorpresiva inclusión del exgobernador Alejandro Murat a esa misma lista en la posición número 11, la cual, si bien no es de las de mayor peso, sí tiene muchas garantías de poder conseguir el acceso al Senado.
En ese mismo sentido, la suma y resta para Oaxaca tampoco tiene mucho eco en las listas de candidatos de representación proporcional a diputaciones federales. Básicamente no hubo oaxaqueños relevantes en las listas ni de Morena, ni del Partido Verde, ni del PT; las posiciones tendrán que jugarse en las urnas. Tales son los casos de todos los conocidos como Benjamín Robles Montoya, Raúl Bolaños Cacho Cué y todos los que aún faltan por revelarse conforme vayan avanzando los tiempos políticos.
Quizá por eso el gobernador Jara no ha tenido empacho en dejar ver que los acuerdos cupulares de José Murat con la dirigencia nacional de Morena y con la Presidencia de la República, nada tienen que ver con él y que por esa razón él no dejará de señalar a la administración anterior ni darle tregua a los exfuncionarios que tienen cuentas pendientes. Alejandro Murat, por su parte, ha dejado claro que el único futuro que le interesa es el propio, y por esa razón no ha movido un dedo para defender a algunos de sus colaboradores en el gobierno de Oaxaca que ahora enfrentan problemas con la justicia.
EPITAFIO
El PRI tiene que revisar bien la situación jurídica de sus demás inmuebles, particularmente de la vieja casona de Santa Rosa, las oficinas de la CTM, o la sede de la CNC localizada la calle de Leandro Valle, en el centro histórico de la capital oaxaqueña. El que un gobierno llegue y requise propiedades por irregularidades, no es algo nuevo ni raro en el país. En Puebla, el PRI perdió, por esas mismas razones, las sedes de la CNC y de la CNOP. En Durango, además, hace algunos años fue un escándalo cuando se dio a conocer que ni las oficinas del Comité Directivo Estatal del PRI, ni las de la CNOP, y tampoco las de la CNC y la CTM eran propias. En muchos casos fueron inmuebles prestados de palabra o con comodatos irregulares. Quizá lo hicieron en el tiempo en que creían que nunca iban a perder las elecciones… increíble.
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