“Muchos males han venido por los reyes que se ausentan…” comenta, Rodrigo Diaz de Vivar, a Alfonso VI, al proponerle conquistar Cuenca, a lo que el monarca contesta: “Cosas tenedes, Cid, que farán fablar las piedras”. El Cantar de Mío Cid.
A unas horas de la Noche Vieja y amanecer en la Navidad, las actividades políticas y de gobierno cerraron actividades con acciones controvertidas que causaron acres comentarios en la opinión pública. Me refiero a la censura de la opinión píblica contra la “purificación” de Manuel Bartlett, que hizo el gobierno del Presidente Lopez Obrador, a través de la Secretaria de la Función Publica, Irma Eréndira Sandoval, para exonerarlo de las acusaciones de enriquecimiento ilícito y conflictos de interés.
El Director General de la Comisión Federal de Electricidad, a juicio de la Secretaría de la Función Pública, no fue encontrado responsable en actos de corrupción. Para la Institución, Manuel Bartlett está limpio de toda culpa y sospecha.
Así sucedió en el gobierno anterior en esa Secretaría de la Función Pública cuando fue nombrado, Virgilio Andrade, a recomendación de Luis Videgaray. La tarea para la que fue llamado no fue otra que liberar de toda culpa y responsabilidad al Presidente, Enrique Peña Nieto, en relación con la investigación de la Casa Blanca.
Tanto el entonces Presidente de la República como el ahora Director de la Comisión Federal de Electricidad, han sido culpados de lo mismo, es decir, haber adquirido propiedades de alto valor económico ubicadas en uno de los lugares más exclusivos de la capital, Las Lomas de Chapultepec, que no correspondieron a los salarios devengados en los respectivos cargos federales que desempeñaron.
La similitud en ambos casos se manifiesta una vez que ambos personajes no fueron encontrados culpables de ningún delito por la Secretaria de la Función Pública, pues fueron su esposa y su “pareja sentimental” las que aparecen como legitimas dueñas de las propiedades. Incluso a la entonces esposa del Presidente Peña Nieto, Angélica Rivera, la hicieron aparecer ante la opinión pública en un video informativo, diciendo que ella era la propietaria del la Casa Blanca, la cual la había adquirido con los ahorros adquiridos como resultado de su trabajo como actriz, liberando con la declaración de alguna responsabilidad al esposo Presidente.
La decisión de la cúpula de poder en el sentido de que la esposa del mandatario diera la cara no fue bien recibida. El Presidente se escondió, fue la crítica de la opinión pública.
Igualmente sucedió con el escándalo Bartlett. Según investigaciones de la Secretaría a modo de los Presidentes, la novia, pareja sentimental, compañera, amiga, o lo que usted quiera llamarle, Julia Elena Abdala Lemus, es la dueña de las propiedades, al igual que el hijo del señor Bartlett, quien a los 24 años ya es dueño de tres propiedades en Valle de Bravo.
Así, impunemente quedaron arreglados los trastupijes cometidos por los funcionarios, al no poderse probar que, en efecto, fueron ellos los que adquirieron las mansiones, toda vez que, Manuel Bartlett, no estaba obligado a incluir en su declaración de bienes las propiedades de su amiga por no ser su esposa, amante, o concubina, y, ademas, no ser funcionaria pública por lo que no está sujeta a investigaciones oficiales.
En el caso de Angélica Rivera, si se hicieron investigaciones de los montos devengados por la actriz a lo largo de su carrera artística, ahorros más que suficientes como para poder adquirir la Casa Blanca. De manera, que la estrategia de los abogados del Presidente, Enrique Peña Nieto, cuadró con exactitud para protegerlo de toda culpa. Aunque, ciertamente, su imagen como esposo que no dio la cara para defender a su esposa del escarnio público quedó dañada.
Ha pasado un año de que, Enrique Peña Nieto, dejo de ser Presidente de México, pero la corrupción no cede. El supuesto desmantelamiento del cáncer burocrático que corroe a la sociedad continúa haciendo daño, como sucede en el caso Bartlett, sobre todo, cuando el Presidente públicamente salió a defenderlo de las criticas vertidas en su contra.
Un antes y un después, dijo el defensor, lo que hizo antes cuando se le “cayó el sistema” y así validar el fraude contra Cuauhtémoc Cárdenas y con ello arrebatarle la Presidencia de la República a favor de Carlos Salinas.
Eso fue antes y por ello es criticado, pero lo que hace hoy en defensa del pueblo y en beneficio de la nación lo celebro y lo apoyo, dijo el Presidente, y para confirmar su “no te preocupes Manuel”, se lo llevó a comer la exquisita barbacoa de Santiago de Palmillas, acompañada de un consomé para eso del frío carretero.
@luis_murat