Hay un solo responsable de la turbulencia política que agita hoy al estado de Oaxaca: el gobernador Gabino Cué Monteagudo, y esto es por la simple razón de no haber construido el entramado político del cual sí creó una expectativa como candidato, pero ya no como mandatario en funciones. Me explico. Las fuerzas que apuntalaron la candidatura de Cué en el 2006 y luego en forma determinante en el 2010 lo han abandonado, y quizá no tanto porque no les haya correspondido, sino porque no fomentó el crecimiento de otras fuerzas auxiliares, algunas de ellas que se formaron durante el 2010, y sólo correspondió a las más mercenarias como el Frente Popular Revolucionario, FPR; pero sobre todo a las de la Sección 22 como la Unión de Trabajadores de la Educación, UTE; la Coordinadora Democrática Magisterial, CODEMO, entre otras. Es decir, Gabino no creó una base de izquierda nueva, aún a la par de apoyar a estos mismos aliados mercenarios mencionados, no formó una base que le respondiera a él. Sólo se dejó rodear de los aliados más costosos e insaciables, así como de personajes enrutados a un proyecto no cuajado nunca, entre ellos Maurilio Mayoral, Fausto Díaz Montes y Víctor Raúl Martínez como ejemplo, y hoy está pagando las facturas de su visión corta en una soledad política cada día más crítica, la de organizaciones que le ayudaron a ganar, pero ahora cuando le piden más, él las ignora. No tienen el apoyo del gobernador, pero el gobernador tampoco tiene ahora su respaldo.
LA INEXPLICABLE REBELIÓN DE LA 22
Un hecho inexplicable en la lógica política normal, pero no de sorprender cuando se detectan fuerzas que actúan de fondo en el movimiento magisterial, fue la firma el pasado 10 de marzo de un “acuerdo político” entre el gobernador Gabino, el Congreso del Estado y la dirigencia de la Sección 22 al cuarto para las 12 de la fecha límite impuesta por la federación para armonizar las leyes estatales con la federal respecto a la reforma educativa, la cual era el 12 de marzo. Y digo inexplicable porque luego del desgaste de imagen del estado contra la federación por no obedecer el mandato del presidente de la República, con tal de darle un lugar a la Sección 22, al otro día de la firma de ese acuerdo, se van los maestros a paro dos días; es decir, les cumplen con la revisión de los acuerdos que están exigiendo, pero de todas maneras se manifiestan contra el gobierno federal y estatal. La única explicación a esta actitud es que la intención no es llegar a un acuerdo, sino exhibir al gobernador, quien por otra parte, ha sido hasta hoy su mejor aliado en la historia de la famosa “lucha magisterial” en los últimos 30 años. Gabino realizó un esfuerzo político extraordinario, pues tuvo en la misma mesa de acuerdos a los diputados del PRD, Jesús López Rodríguez, presidente de la Mesa Directiva del Congreso, pero extrañamente también al presidente de la Junta de Coordinación Política, el diputado priista Alejandro Avilés Álvarez, a quien no sabemos a cambio de qué logró tenerlo en ese encuentro, bajo el riesgo de ser llamado a cuentas por su partido o incluso por el propio gobierno federal y preguntarle qué diablos hacía en esa reunión de confrontación contra las instrucciones de su jefe político, el presidente de la República, Enrique Peña Nieto. Entonces estará de acuerdo conmigo Usted, amigo lector, lo inexplicable del paro laboral de la 22 al día siguiente de la firma de ese pacto, de no ser por razones ocultas.
LOS NORMALISTAS AL ATAQUE, MÁS RAZONES EXTRAÑAS
Para acabar de confrontar al gobernador con la sociedad, los normalistas realizaron durante tres días una serie de ataques con los cuales lesionaron directamente a la sociedad; es decir, sus razones de lucha social sirvieron claramente como un parapeto de las causas verdaderas de sus movilizaciones, ataques a comercios y personas. Me explico. Hay una frase la cual refiere: “Para esconder un árbol es necesario sembrar un bosque”. De esta manera, si se quiere esconder un concepto, se crea una nube alrededor, y así lo refirieron a esta columna algunas personas al interior del IEEPO con respecto al ataque vandálico de los días anteriores, pero antes doy un breve contexto.
UNA TEORÍA SINIESTRA, PERO PROBABLE
Se habla de 15 mil empleados afiliados a la Sección 22 sin estar registrados en el techo financiero de la entidad, otros refieren 20 mil empleados en una nómina sin ese respaldo de pago, los cuales representan una cantidad muy difícil de operar año con año. Sin embargo, comentan a esta columna que la realidad de esa gente en nómina son 35 mil personas, cantidad equivalente a un verdadero boquete legal, financiero, contable y de auditoría. Dada esta realidad, el ataque de los normalistas a las instalaciones del IEEPO con su saqueo inexplicable a simple vista de oficinas administrativas, estaría relacionado con la necesidad de desaparecer documentos relativos a ese boquete; es decir, para justificar la imposibilidad de hacer auditorías posteriores al registrarse un saqueo de los normalistas, a plena luz del día, a la vista de todos y sin responsables a quienes castigar. Y no sólo la intención pudo haber sido desaparecer documentos directamente en el ataque, sino desaparecerlos intencionalmente y luego culpar al ataque de esa pérdida. Ahí los beneficiarios directos del vandalismo normalista serían funcionarios de alto nivel del IEEPO. El señalamiento de los normalistas en contra de su enlace entre el IEEPO y ellos, el maestro integrante de la Sección 22, Sócrates Santiago Chiñas, de no agilizar las mesas de negociación para distanciar inicialmente al sindicato de los normalistas, pero no aplicar acciones violentas en contra del magisterio, sino contra las autoridades, tampoco tiene explicación ni coherencia entre lo que dicen los manifestante y lo que hacen.
EL OTRO FACTOR DE LOS CONFLICTOS
Otro elemento central en la turbulencia política actual, basada de inicio con el peor de los fantasmas contra los gobiernos, la Sección 22, es la sucesión gubernamental venidera, pues a muchos de los grupos vislumbrados les conviene debilitar al gobernador y a sus posibles cartas sucesorias, en el caso de tenerlas. Fuera del PRI, el único empecinado en la candidatura, hasta ahora, había sido el senador Ángel Benjamín Robles Montoya, aún en público desacuerdo con el propio gobernador: Sus recorridos insistentes en los municipios de Oaxaca, a los cuales no tiene razón de ir, a no ser con fines electoreros; su insistencia a participar de múltiples actos, hasta en exposiciones caninas, con tal de impulsar su imagen, en fin. Sin esperarlo nadie, se sumó intempestivamente a la carrera sucesoria Alberto Esteva Salinas al integrarse a la Secretaría de Seguridad Pública, y aunque no es la mejor de las entidades para promocionar una campaña, fue la rendija abierta y se metió por ahí Esteva. La reacción no pudo ser más virulenta en su contra, tanto por sus primeras actividades más políticas que operativas, como por las posibilidades de operación a favor de una campaña a su favor en una Secretaría con varias centenas de millones de pesos de presupuesto.
LAS PRIMERAS REACCIONES DEL PRI
Quienes primero reaccionaron en contra de Esteva con una furia inusitada fueron los diputados del PRI, incluso en forma ordenada y sistemática a través de su fracción parlamentaria y de su líder cameral, Alejandro Avilés. Le comenzaron a llamar represor, “Capitán Ardilla”, “Capitán Rin Tin Tin”, y el diputado Amando Bohórquez Reyes le dijo en una declaración “ese animal”. Otro legislador, Fredy Gil Pineda Gopar, intentó meterse de lleno en la insurrección de la policía de la semana pasada cuando exigían pago de viáticos atrasados y otras prestaciones, pero los policías rebeldes mandaron al diputado Fredy por las coca colas. Pero el verdadero reto de Esteva Salinas se le ha puesto enfrente con estos movimientos inquietantes de los normalistas y la Sección 22, porque ahí los priistas no tienen mucha jugada, pero el fuego amigo –léase Robles Montoya y otros miembros del gabinete actual- sí tiene contacto y posibilidades de atacar las intenciones sucesorias de Esteva, a quien también de manera externa se le complica el asunto, porque él vendría de un acuerdo entre Dante Delgado Ranauro y Marcelo Ebrard Casaubón con el gobernador oaxaqueño, pero el escándalo de la línea 12 del Metro de la capital del país le bajó bonos a Ebrard. En fin, la consecuencia de haberse mantenido tan al margen por parte de Cué Monteagudo en muchas de las decisiones en las cuales antes el gobernador en turno tenía mano, ahora le están tocando a la puerta para cobrarle facturas en materia de gobernabilidad; el sentir de muchos sectores es de haber sido ignorados tanto en recursos como en atenciones de toda índole y ahora vienen por la revancha en contra de quien se supone debió haber sido su aliado. Como nunca le aplican la frase “estábamos mejor cuando estábamos peor”.
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