Oaxaca, vive de las erogaciones federales como una fuente importante de recursos. El presupuesto federal mantiene casi todos programas y estructura operativa que para nuestro estado ha sido vital, a falta de poder generar otras fuentes de ingresos.
Ante esta realidad en el 2016 vivimos un intento de presupuesto por objetivos que se intentó instaurar desde la oficina presidencial de Los Pinos para poder controlar de mejorar manera el gasto porque teníamos finanzas malas y no se podía comprometer dinero.
Es una regla que todo gasto o inversión que el gobierno hace debe estar presupuestado. Para ello se busca asegurar un precio promedio del dólar, precio del petróleo, proyección de recaudación financiera de los contribuyentes, etc.
Hoy estamos entrando a la recta final del año 2016 y vemos con tristeza que el ejercicio de este gobierno no fue tan bueno. Vemos Problemas en sectores como el de la salud, el sector de la educación, el sector agrícola y tantos sectores que han ineficiencias en su operación.
En este 2017 aparentemente las cosas no serán mejores que en el año que termina. Está el proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación en manos del congreso federal y de acuerdo a los datos preliminares tendremos recortes importantes y no eso nos ayuda a poder vislumbrar lo que se espera para el próximo año.
En la propuesta que envía la Secretaría de Hacienda a la Cámara de Diputados tenemos recortes a los cuales no podemos dejar de poner atención ya que son sectores importantes.
Por ejemplo, comparando el PEF 2016 con el presentado para 2017 tenemos que la SEP TENDRÍA UN RECORTE DE 37,282 millones de pesos lo que representa un 14%.
En el caso de la SCT tendrá 27,494 millones menos ósea un 26% de recorte. En el caso de salud que es una de las áreas de especial importancia tendría un recorte del 7.8%, de igual manera SEMARNAT tendría un 35% menos; la SAGARPA SE LE PLANTEA QUITAR 5 mil 281 millones de pesos en seis de sus nueve programas prioritarios significando una reducción del 9.8 por ciento.
Ante este escenario se busca que las finanzas del gobierno federal no sean afectadas y sean sanas “económicamente hablando” empero la problemática irá en que los servicios o beneficios que se esperarían de un presupuesto federal no serán los esperados.
Ante este escenario Estado y municipios tendrán de igual forma atadas las manos salvo aquellos que puedan generar recursos propios para palear tal reducción.
En otras palabras: se prevé “un 2017 peor” que el 2016. Tendremos menos obras, menos medicamentos, menos carreteras y programas reducidos para el campo. Los sectores tendrán que buscar otras opciones para solventar la problemática que se presente.
También habrá un gobierno federal que no podrá ser más operativo porque tendrá más necesidades y carencias que cubrir.
Mi pronóstico para el próximo año, más con el ánimo del realismo que el pesimismo, es de más aumento de la pobreza, más encono social y volatilidad financiera. Según a analistas financieros, el dólar puede subir más de lo que hasta ahora ha llegado.
En Oaxaca, debemos prepararnos ante los escenarios y precisar con certeza la urgencia del nuevo rumbo del barco.
Si hemos cometido el pecado de esperar que los ingresos de la producción de petróleo marquen nuestro crecimiento económico también lo ha sido el dejar de lado lo que podemos hacer desde otras áreas.
Estamos frente a dos oportunidades: la urgencia de cambiar el destino y prepararnos para el cambio de capitán.
(+) Líder agrícola por naturaleza, politólogo por profesión y militante por convicción.