Sus derechos humanos fueron violentados para después despojarlos de sus propiedades y desterrarlos de San Matías Nuevo Zoquiapan población de la Sierra Norte por el hecho de profesar una religión distinta al catolicismo.
Andrés Santiago Hernández su esposa Rosita Alvires Paredes Cuevas, su mamá María Tomasa Hernández así como sus cuatro hijos sufrieron de persecución y amenazas por parte de las autoridades auxiliares quienes por siete años los hostigaron por ser cristianos.
En 1999, la familia decidió convertirse a la Iglesia de Cristo Restaurada del Séptimo Día mientras que en el 2010 se instauró la fiesta patronal en la comunidad en honor a San Matías Apóstol y fue ahí donde inició el calvario para esta familia.
En el 2015, las autoridades pretendieron obligar a Andrés Santiago Hernández a encabezar los preparativos de las festividades del santo patrón al negarse prohibieron los servicios básicos a la familia.
Mientras que en el 2017, fueron despojados de sus parcelas, les destruyeron sus viviendas, les robaron material de construcción para después desterrarlos.
Ante ello, los afectados solicitaron una serie de medidas cautelares ante la Defensoría de los Derechos Humanos del Pueblo de Oaxaca (DDPHO).
Carina García