Ecuador está listo para negociar respecto al destino de Julian Assange, pero exige al Reino Unido que retire la amenaza de entrar a su embajada en Londres donde el fundador de WikiLeaks ha buscado refugio, dijo el martes el presidente Rafael Correa.
Ecuador se enfureció ante una amenaza velada del Reino Unido de ingresar a la embajada para arrestar al ex pirata informático de 41 años, quien intenta evitar una extradición a Suecia, donde lo buscan para interrogarlo sobre acusaciones de violación y abuso sexual.
Correa ha ofrecido asilo a Assange y pidió al Reino Unido que le permita abandonar la embajada y viajar al país sudamericano. El líder latinoamericano dijo que Assange, quien ha permanecido en la misión diplomática durante nueve semanas, es bienvenido a quedarse en el edificio “indefinidamente”, pero también sostuvo que está abierto a negociar.
“Pese a esa impertinencia, a esa grosera e inaceptable amenaza, seguimos abiertos al diálogo”, dijo Correa a periodistas en la litoral ciudad de Guayaquil.
El presidente sostuvo que espera “que Gran Bretaña se retracte del gravísimo error cometido al amenazar al Ecuador de poder violar su sede diplomática para arrestar al señor Julian Assange”.
Los ministros de Relaciones Exteriores de América Latina respaldaron la posición de Quito tras una serie de reuniones de alto nivel en Ecuador durante el fin de semana.
Correa dice que comparte los temores de Assange de que pueda ser extraditado a Estados Unidos desde Suecia donde podría enfrentar nuevos cargos. Su sitio WikiLeaks publicó miles de documentos secretos del Ejército y cables diplomáticos en el 2010 que expusieron la forma en la que Washington usa su poder en todo el mundo.
Correa ha descrito la saga como una lucha entre un pequeño país y potencias “imperialistas”, Estados Unidos y el Reino Unido.
Analistas locales dicen que recurrir al ángulo “colonial” ayuda a Correa a realzar sus credenciales como opositor a Estados Unidos y podría mejorar sus índices de aprobación. También es positivo para su aliado y líder socialista de Venezuela, Hugo Chávez, el mayor crítico de Washington en la región.
Correa, un economista de 49 años, se ha hecho popular entre muchos ecuatorianos con la construcción de hospitales, carreteras y escuelas, y con programas de donaciones en efectivo para los más pobres. Él está en buena posición para ganar la reelección el próximo año si se postula como está previsto.
Microondas y corredora
Ecuador ha dicho que podría llevar la disputa sobre Assange a la Corte Internacional de Justicia de La Haya.
Pero quiere convencer a Londres de que debe permitir que el ciudadano australiano viaje a Ecuador o al menos darle garantías por escrito de que no será extraditado a Estados Unidos. El gobierno de Correa dice que no ha habido negociaciones desde el 15 de agosto.
Assange, cuyo pelo platino y amistades con ricos y famosos han ayudado a convertirlo en una celebridad mundial, habló desde el balcón de la embajada el domingo. Él denunció lo que calificó como una “caza de brujas” estadounidense en su contra, pero no mencionó las acusaciones vertidas en su contra por dos mujeres.
Esa omisión enfureció a muchos en Suecia, que dicen que las acusaciones de delitos sexuales formuladas por dos seguidoras de WikiLeaks en el 2010 han tenido un rol secundario frente a teorías injustificadas de una conspiración encabezada por Estados Unidos para extraditar a Assange con la ayuda de sus aliados en Europa.
Correa dijo que Ecuador no tiene la intención de evitar que Assange enfrente la justicia en Suecia. “Siempre se pidió que se garantice que el señor Assange no va a ser extraditado a un tercer país”, sostuvo el mandatario.
El líder ecuatoriano también dijo que su país ha tenido que improvisar para proporcionar a Assange tantas comodidades domésticas como ha sido posible en la misión diplomática en la zona de Knightsbridge en Londres, incluyendo una cama, microondas, ducha y una máquina para trotar.
“El señor Assange al haber recibido el asilo del estado ecuatoriano podrá permanecer en la embajada indefinidamente”, declaró Correa.
Desde que asumió el cargo en el 2007, Correa ha chocado a menudo con los periodistas a los que acusa de intentar socavar su Gobierno. Sus críticos en los medios de comunicación le acusan de amordazarlos y de comportarse como un autócrata.
A principios de este año ganó una demanda por difamación en contra de tres editores y un columnista de un periódico por un artículo que lo calificó de dictador y que sostuvo que había ordenado a las tropas abrir fuego contra civiles durante una protesta. Posteriormente los perdonó.
“Yo me pregunto qué haría Inglaterra si un periodista con el permiso, la complicidad de su respectivo periódico acusa a la Reina de Inglaterra de genocida y de haber ordenado disparar a discreción y sin previo aviso contra un hospital lleno de civiles”, dijo Correa al ser consultado por las acusaciones de que ha utilizado los tribunales para silenciar a sus críticos en los medios.
Agregó que en sus disputas domésticas con los periodistas sólo se ha opuesto a los dueños inescrupulosos de algunos medios de comunicación.
“Estamos enfrentando a los Murdoch del Reino Unido que se creyeron que estaban por encima de la ley, hasta que vino un Gobierno que aplicó la ley para todas y para todos”, dijo Correa, haciendo referencia al magnate de los medios de origen australiano Rupert Murdoch.
El brazo británico de periódicos de Murdoch está bajo investigación por intervenir ilegalmente los correos de voz de celebridades, estrellas del deporte y políticos. Esto ha llevado a más de 60 arrestos, incluyendo decenas de periodistas.
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