Durban se calienta

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La sombra del fracaso de la cumbre sobre cambio climático de Durban, convirtió ayer la ciudad surafricana en una olla a presión. En la calle, la Policía intentaba controlar a los representantes de las ONG, que protestaban por la falta de interés de las naciones más contaminantes y, sobre todo, por el miedo a un futuro incierto si no fructificaba un acuerdo de la reunión.

En esa tarea se empleaban ayer las distintas delegaciones, en una jornada que acabó de madrugada, con la esperanza de lograr un preacuerdo que se pueda ratificar durante la asamblea convocada para hoy por la mañana.

A última hora de ayer las posturas seguían bastante distantes, pero la UE trabajaba codo con codo con 50 países para intentar mejorar la propuesta inicial del país anfitrión, que fue calificado por los países de la Unión Europea de «falto de ambición».

A pesar de las interminables jornadas de trabajo y de las múltiples reuniones celebradas, la comisaria europea para Cambio Climático, Connie Hedegaard, se mostró satisfecha con la «reacción generalizada» provocada por el documento presentado por la delegación surafricana, informa Efe.

La UE, apoyada por 120 países africanos, los Estados insulares más amenazados del Pacífico y del Caribe y los países menos desarrollados, exige un acuerdo global jurídicamente «vinculante» de recorte de emisiones que entre en vigor de aquí a 2020, a cambio de sumarse en Durban a un segundo periodo de compromiso del Protocolo de Kioto, que expira en 2012.

Moderado optimismo

«Es un texto enormemente descompensado», pero la presidencia surafricana de la cumbre ha dicho que es el «máximo esfuerzo que pueden ofrecer EE UU, China e India», dijo sobre la propuesta surafricana la secretaria de Estado española de Cambio Climático en funciones, Teresa Ribera. A pesar de todo, desde la secretaría de Estado se mostraron optimistas de cara a la jornada de hoy.

 La clave es lograr un acuerdo para establecer un marco legal común para todos los países de la ONU, que obligue a la reducción de las emisiones contaminantes en función de las características de cada país. Otro reto es lograr que los objetivos de Kioto sigan vigentes. Sólo queda que la propuesta surafricana, enriquecida con las aportaciones de las distintas delegaciones, consigan convencer a EE UU, China e India, que hasta ahora han rechazado todos los planes vinculantes de reducción de emisiones.