Egipto y Rusia dudan que el avión ruso siniestrado en la península del Sinaí fuera objeto de un atentado, pese a la atribución del siniestro por parte de un grupo yihadista próximo al autodenominado Estado Islámico.
Sin embargo, hasta que se aclaren las causas del siniestro, Lufthansa y Air France-KLM han decidido no sobrevolar la zona, donde actúan grupos insurgentes.
En el avión viajaban 224 personas y no hubo supervivientes. Los restos quedaron diseminados en un radio de 5 kilómetros.
Las autoridades rusas evitaban ayer pronunciarse sobre las causas de que se estrellara el Airbus 321 de la compañía rusa Kogalymavia en la península egipcia del Sinaí, donde actúan grupos insurgentes armados.
No obstante, los responsables rusos se mostraban escépticos ante la hipótesis de que el aparato hubiera podido ser derribado. Las dos cajas negras han sido recuperadas.
El Ministro egipcio de Aviación, Mohamed Hossam Kemal, dijo en una rueda de prensa que las comunicaciones del avión con tierra fueron normales, sin que se registrase nada anormal antes del accidente.
“El avión no pidió cambiar la ruta”, añadió para desmentir un dato erróneo que había circulado.
En el vuelo KGL-9268, que despegó a las 5:51 (hora local), viajaban 224 personas, todas las cuales perecieron. De ellas, entre 17 y 24, según las fuentes, eran niños, y 7 formaban la tripulación al mando de un experto piloto con 12 mil horas de vuelo. Las víctimas son ciudadanos rusos con excepción de tres ciudadanos de Ucrania y uno de Bielorrusia.
La reivindicación de que el avión, que volaba del balneario egipcio de Sharm el Sheij a San Petersburgo, había sido abatido por un misil lanzado por terroristas próximos al Estado Islámico (EI) “no puede considerarse fiable”, advirtió el Ministro de Transporte de Rusia, Maxim Sokolov, quien aseguró que sus colegas egipcios carecen de información para confirmar “semejante fantasía”.
En un comunicado divulgado en la red social Twitter y una página web que actúa como portavoz oficioso del Estado Islámico, el grupo yihadista Welayt Sina (Provincia del Sinaí), filial del EI, se atribuyó el derribo del avión.
“(Fue) en respuesta a los bombardeos rusos que matan a cientos de civiles en Siria”, publicó.
“Los que asesinan serán asesinados”, escribió también el EI en Twitter.
La agencia aérea rusa señaló que a falta de pruebas indiciarias para formular una hipótesis de lo ocurrido, se mantienen abiertas todas las líneas de investigación. En el mismo sentido, Sokolov advirtió que sólo se podrá hablar de las causas del siniestro cuando se tengan los resultados de la investigación realizada por expertos internacionales.
Veinte minutos después del despegue, cuando había superado ya los 9 mil metros de altitud, la aeronave comenzó a perder altura vertiginosamente y se precipitó sobre una zona de accidentado relieve en la parte central del Sinaí.
Los restos del aparato y sus pasajeros quedaron extendidos en una superficie de 5 kilómetros a la redonda. Los cadáveres, de los cuales se habían recogido más de un centenar a lo largo del día, estaban siendo trasladados a El Cairo para su identificación.
Además de expertos franceses y alemanes y un equipo de expertos de Airbus, en la investigación participará una comisión rusa designada por el Presidente Vladimir Putin, que ha declarado hoy jornada de luto.
Sokolov dijo también que Rusia no tenía información relativa a la prohibición de vuelos sobre esa zona y que el avión se desplazaba por el corredor aéreo establecido.
El año pasado, 3.1 millones de rusos visitaron Egipto, dejando aproximadamente unos 2 mil 300 millones de euros en el país. Esta cifra representa más de una cuarta parte de los extranjeros que viajaron al país, aunque en la región del Mar Rojo donde se halla la localidad de Sharm el Sheij fueron casi el 60 por ciento del total.
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