Hablar de Oaxaca de Juárez, es hablar de costumbres, tradiciones e historia, memorias que nos remontan a la búsqueda de identidad y autenticidad como municipio. De ahí nace “Donají…La Leyenda”, historia inspirada por el amor que la princesa zapoteca demostró a su pueblo.
La historia inicia con su nacimiento en el año 1502, producto del amor entre el rey Cosijoeza y Coyolicatzi; años más tarde, en los enfrentamientos entre los zapotecas y mixtecos, fue herido y apresado el príncipe Nucano, de quien Donají se enamoraría y cuidó hasta su recuperación.
“Para llevar a cabo su idilio de amor, cuentan que el príncipe mixteco y la princesa zapoteca, se reunían en un sabino sembrado en la entrada de la Villa de Zaachila, esperando a no ser sorprendidos, pues ambos pueblos eran enemigos y no era bien vista una relación entre imperios en confrontación”, narra el cronista de la ciudad, Jorge Bueno Sánchez.
Nucano, después de dialogar con el pueblo mixteco y alentarlo a terminar la guerra con los zapotecos –detalló- ambos imperios firmaron un pacto de paz; sin embargo, el recelo de unos cuantos hizo que las dos comunidades volvieran a confrontarse.
Al descubrir los planes de invasión de los mixtecos contra su pueblo en aquella época, Donají dio aviso a los guerreros zapotecas de la afrenta pactada en Monte Albán.
Es ahí donde los guerreros zapotecas comandados por el Rey Cosijoeza, enfrentaron y arrasaron con el ejército mixteco. Descubierto el plan de Donají, los mixtecos decidieron vengarse decapitando a la princesa en el río Atoyac.
En su libro “Por los caminos de Oaxaca”, el escritor Alfonso Francisco Ramírez señala que un pastorcito contempló cerca del Río Atoyac, un hermoso lirio morado, que exhalaba un maravilloso aroma, la cual no se atrevió a arrancar.
Así es como el pastor llevó a sacerdotes para que practicaran una excavación encontrando los despojos mortales de la princesa, con un semblante intacto, como si estuviera dormida, cita el texto editado en el año 1958.
“Cada pueblo, municipio, ciudad y país busca algo que los represente. Donají, Nucano y todos los involucrados en esa leyenda, son quienes reflejan la identidad de las y los capitalinos”, puntualizó Jorge Bueno.
Sin embargo, Alfonso Francisco Ramírez comparte que “fue en el año de 1827, cuando el Gobierno del Estado de Oaxaca, escogió a esta heroína zapoteca para figurar como Escudo de Armas de la capital”.
Después de los libros publicados y con gran éxito de la autoría de Jorge Pérez y Martínez Barroso, que cuentan esta hermosa historia en el año de 1980, los grupos folclóricos de la Secretaría de las Culturas y el universitario, se dieron a la tarea de hacer la primera representación de “Donají… La Leyenda”, con un grupo de escasamente 20 bailarines.
A lo largo de los años, el espectáculo teatral y dancístico que antecede a la máxima fiesta de las y los oaxaqueños: “La Guelaguetza”, se ha ido perfeccionando sin dejar a un lado la originalidad de la historia.
“En la actualidad, se cuenta con una puesta en escena de más de 80 danzantes, con vestuario original, buena iluminación, entre otros factores que hacen renacer ese pasado glorioso”, finalizó el cronista al recordar que este año el espectáculo se llevará a cabo los días 16 y 23 de julio en la Rotonda de la Azucena.
Es así como vive en la leyenda, y en el alma oaxaqueña, la intrépida y generosa Donají que inmoló su existencia por su pueblo; princesa que en su faz morena llevaba impresa la melancolía de una raza vencida, y la dulzura de los crepúsculos que iluminaron de gloria su cautiverio imperial; texto del libro “Por los caminos de Oaxaca”.