Desde la cima del Cerro del Fortín, en el Auditorio Guelaguetza, Donají… La Leyenda zapoteca se ofreció al mundo, como desde hace 30 años, en un espectáculo de luz, sonido y color que duró dos horas.
Frente a la ciudad de Oaxaca de Juárez, la que se distingue por su horizontalidad y frente a la majestuosidad del Templo de Santo Domingo de Guzmán, construido por los frailes dominicos entre 1551 y 1608, la presentación de Donají… La leyenda inició las Fiestas de Julio.
Desde las 17:00 horas, los espectadores comenzaron a llegar y a las 20:30 cuando se dio la tercera llamada para iniciar el espectáculo, unas 15 mil personas se encontraban reunidas en el Auditorio del Cerro del Fortín, la tierra donde hace más de 500 años llegaron los primeros habitantes de Oaxaca.
En una noche que poco a poco fue enfriando, debido a que el Cerro del Fortín es uno de los pulmones de la ciudad de Oaxaca y ramal de la Cordillera de San Felipe del Agua, la que provee de lluvia a la ciudad, desde su inicio, el espectáculo llamó la atención por el colorido del vestuario de las y los jóvenes, así como por la música del teponaztle, caracol, huehuetl, tambores y flautas.
Donají… La Leyenda con la que iniciaron los festejos de La Guelaguetza, que culminarán el 30 de julio, cuenta la historia de la princesa zapoteca Donají quien desde que nació, un sacerdote de Mitla descifró en el cielo el signo de la fatalidad y predijo que se sacrificaría por amor a su pueblo.
Ante el presidente municipal Luis Ugartechea Begué, su esposa, María de los Ángeles Martínez Arnaud, así como los invitados especiales Guy Lamothe, embajador de Haití; Roberto Ampuero Espinoza, embajador de Chile; José Mariano Castillo Mercado, de Honduras; General de Brigada Diplomado de Estado Mayor, Alberto Martínez Herrera, comandante de la 28ª Zona Militar y José Luis Pilar Rodríguez, comandate de la 28ª Zona Militar, el espectáculo inició con el descenso de los guerreros aztecas del emperador Ahuizotl que llegaron con antorchas en mano.
Los jóvenes bailarines oaxaqueños, ataviados con taparrabos, mazos, escudos, bandas blancas en la cabeza y adornos de cascabeles en los tobillos, bajaron rápidamente al escenario, representando la llegada de las huestes del Anáhuac sobre el valle de Oaxaca para conquistar Zaachila, sede del poder del rey Cocijoeza, padre de la princesa Donají.
Así inició el espectáculo que cada año desde hace casi tres décadas, recuerda a oaxaqueños y a visitantes de esta tierra, una historia de amor entre una pareja de príncipes prehispánicos, pero también el sacrificio de una mujer por el amor a su pueblo. También da un mensaje de unidad, concordia y trabajo unido que debe prevalecer entre pueblos hermanos.
En la presentación de Donají… La leyenda que festejó sus 30 años, los intérpretes cautivaron desde las primeras escenas que representaron el nacimiento de Donají y su funesto presagio; la guerra entre mixtecas y zapotecas, y en especial, el encuentro entre el guerrero mixteco Nucaano y la princesa zapoteca Donají y su romance, acto en el que lucieron la juventud de Alicia Martínez Ruiz, la intérprete de 15 años y la fuerza y experiencia de Carlos Alberto Rosales, bailarín de 25 años quien por cuatro años ha representado al príncipe.
En todas las escenas, las y los intérpretes, ejecutaron con precisión la trama que fue acompañada de una iluminación precisa, la música de reminiscencias prehispánicas y mestiza de México con las composiciones de Luis Sandi, Silvestre Revueltas y Pablo Moncayo, y la narración de Gustavo Pérez Jiménez, la voz de las Fiestas de los Lunes del Cerro desde hace 40 años, y el joven locutor Arturo Hernández Santos, así como la caracterización vocal de María Eugenia Moreno y Fabiola Rosales Moreno.
Los espectadores siguieron con interés el final que se sucedió rápidamente: la entrega de Donají como prenda de paz en la guerra entre mixtecos y zapotecos, el ataque sorpresivo de los zapotecos y el sacrificio de la princesa.
Luego la representación del encuentro del lirio que creció en la oreja de Donají y que fue encontrado por un pastorcillo, escena a la que siguieron los fuegos artificiales y del lado derecho del escenario, la cabeza de Donají, que desde hace 186 años es el escudo de la Ciudad de Oaxaca.
Al final, subieron al escenario los más de 75 bailarines y bailarinas del Ballet Folklórico de Oaxaca que durante tres meses se prepararon para representar con orgullo, la historia prehispánica de Donají, que ha pervivido gracias a la tradición oral.
Así culminó la representación de la historia que dio paso a la leyenda que desde hace tres décadas, las y los oaxaqueños vuelven a compartir con el mundo, en el marco de las celebraciones de las Fiestas de Julio.
Al término de la representación, los integrantes del Ballet Folklórico de Oaxaca se tomaron la fotografía oficial por su 30 aniversario y recordaron que Donají nació como un sueño entre amigos que se volvió poco a poco realidad. En 1982 con el propósito de llevar el arte al terreno de la vida cotidiana , es decir, a la cultura, Fernando Rosales García, Víctor Vásquez Labastida y María Eugenia Moreno Sandoval llevaron a cabo el proyecto.
Por su interés en el rescate y promoción culturales, por su trabajo siempre desinteresado y en beneficio de la comunidad, por su amor al arte, el Honorable Ayuntamiento de Oaxaca de Juárez en nombre del pueblo Oaxaqueño reconoció al profesor Fernando Rosales García y saludó a los primeros integrantes del Ballet.