Elementos de la Marina catearon ayer tres viviendas de la Colonia Miguel Hidalgo, en Culiacán, como parte de los operativos de búsqueda de Joaquín “El Chapo” Guzmán.
De acuerdo con información extraoficial, una de las viviendas es propiedad de Emma Coronel Aispuro, esposa de “El Chapo”.
Marinos han revisado desde el martes al menos 10 casas en la Culiacán.
Entre los cateos se encuentra el registrado el martes en la casa en la que vive la familia de Miguel Ángel Guzmán Loera, “El Mudo”, hermano de “El Chapo”, detenido en julio del 2005.
En la vivienda ubicada en la Calle Agricultores de la Colonia Chapultepec, se encontraban dos de las hijas del hermano del capo sinaloense.
Ayer, funcionarios del Gobierno federal dijeron que “le están pisando los talones” al líder del Cártel de Sinaloa, en el marco de un reunión con integrantes de la Comisión Bicameral de Seguridad Nacional.
En la reunión participaron el Secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, y la Procuradora General de la República, Arely Gómez, entre otros funcionarios.
Las fuentes indicaron que la Comisión Bicameral externó su preocupación por presuntas violaciones a derechos humanos cometidas durante la incursión militar en la región. En respuesta, los funcionarios afirmaron que se están respetando las garantías.
La Comisión también cuestionó a los funcionarios sobre la filtración del video con audio del escape del “Chapo” del penal del Altiplano.
El argumento del Gobierno federal fue el mismo: que no se ocultó información y que el material que en su momento se presentó a la Comisión, fue el que tenían disponible en ese momento.
A 21 días de haber huido de sus tierras en la sierra de Durango por los operativos realizados por la Marina, que buscan a Joaquín “El Chapo” Guzmán, desplazados de la zona aseguraron que no han sido escuchados por sus autoridades.
José Eraclio Peña Nájera, habitante de Tamazula, Durango, indicó a REFORMA vía telefónica que los desplazados que se encuentran en Cosalá piden a las autoridades los dejen regresar a sus casas.
Aseguró que tras manifestarse en Culiacán el miércoles los ánimos entre los desplazados se encuentran decaídos; sin embargo, están dispuestos a continuar luchando para poder regresar a sus casas.
“La gente está muy desilusionada por lo que pasó ayer (miércoles), que nadie nos resolvió nada, gastamos lo poco que tenemos para rentar los camiones y comprarnos comida y que nadie nos de avances, eso nos desilusiona”.
“Pero tenemos que juntar fuerzas para seguir luchando, tenemos que presionar a los de derechos humanos y a los de la PGR para que investiguen, porque se están robando lo poco que uno tiene allá en nuestras comunidades”, dijo.
Carmen de 44 años, residente del poblado El Limón, manifestó que han intentado regresar a su domicilio pero los marinos lo no han permitido.
“No podemos andar por los caminos, ellos son capaces de tirotearnos si nos ven caminando entre el monte, no tenemos carros o cuatrimotos para irnos al pueblo, todo eso nos bailaron, cómo vamos a irnos”, manifestó.
Los desplazados de Durango llegaron a Cosalá tras huir el 6 de octubre de sus viviendas por los operativos de la Marina en la Sierra Madre Occidental.