Día del taxista, algunos celebran, otros esperan

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Mientras desde la muy temprano cientos de taxistas hicieron largas filas a la altura del templo del Ex Marquesado, adornados con los tradicionales moños y flores que portan cada 12 de agosto en sus puertas, cofres y cajuelas, por ser el día del taxista, otros tan solo dijeron: por esta ocasión no, quizá para la otra, aún no somos oficiales.

Así fue para los sitios Asunción, Odisea, Cruz Blanca, Peregrinos de Juquila y Mes Patrio de Santa María Atzompa, quienes preocupados porque se les resuelva aquel asunto sobre sus concesiones, esperan para la otra, cuando puedan celebrar abiertamente ser oficiales. Actualmente junto con los antorchistas están unidos para presionar al gobierno.

El problema que enfrentan cientos de taxistas en Oaxaca es similar al que padecen quienes se mencionan. Algunos porque la oportunidad se les presentó comenzaron a echar viajes. Después rotularon disimuladamente la unidad con el color (guinda y blanco para los foráneos) y diversos colores para los demás.

“Jamás pensamos que fuera tan difícil conseguir el permiso”. Dice Juan Alvarado quien hoy narra aquellos festejos que inundaban la primera cuadra de su colonia, porque ahí se reunían para el huateque.

“Hoy ser taxista es un peligro” asegura. “Hay muchos sitios,  el agandalle del pasaje, los asaltos a cada momento, y cómo no, si somos una caja en la que nunca sabes lo que llevas, eso es parte de la adrenalina, eso es parte de los riesgos de ser taxista, vas y vienes y nunca sabes lo que traes, puedes traer un asesino, un loco, un violador o un ser maravilloso y no sabes más” relata.

Él ya no celebra, lo hizo durante 5 años en lo que anduvo detrás del volante. Su situación económica lo obligó a manejar un automóvil del transporte público. Estudio Administración pero jamás ejerció por lo que dice resignado: “aunque sea de taxista me metí”.

Acerca de la piratería, el dice que ésta no se acabará mientras el país este de la chingada, “por eso cada vez hay más taxis, pues uno tiene que buscarle”, advierte.

Armando, uno de sus ex compañeros dice por su parte que espera con optimismo que sea sólo por esta ocasión que no festejen este día en grande, como solían hacerlo. Lamenta que durante un año y medio las autoridades no hayan solucionado el problema. “La COTRAN, sigue dando concesiones a quienes  a veces ni se lo merecen, con quienes tienen amarres políticos, favores pendientes y no a quienes solicitamos por la vía legal, a nosotros simplemente nos ignoran”, se duele.

Ellos no marcharon este 12 de agosto con sus unidades adornadas por las calles de la ciudad, pero lo hicieron hace veinte días hacia Ciudad Administrativa, llevando al frente una manta en la que plasmaron su sentir y caminaron bajo la lluvia que los sorprendió esa tarde.

No desistieron, es más fuerte el acoso y las vejaciones a que han sido sometidos por parte de un grupo de profesores de la sección 59 que tienen una flotilla de 28 taxis “de dudosa procedencia” a quienes “si les siguen dando concesiones”, dijeron.

“Los verdaderos trabajadores del volante son quienes andan de sol a sol”, afirma Armando quien agrega que ya están cansados de tantas trabas burocráticas, de los caciques del transporte y de esos moldes viejos que solo reflejan egoísmo y ambición.

Hoy los contrastes de la vida se reflejan en ellos, mientras unos celebran, ellos esperan por lo menos tener un permiso para trabajar y ganarse el sustento diario. Hoy también tiene que esperar que la lleven a misa la madrina del taxi  34 del Sitio Jardines, la que ha sido una de las mejores amigas su conductor, la que siempre lo acompaña en lo bueno y en lo malo y  la que en una ocasión le salvo de la muerte: la virgen de Guadalupe.

“El taxi se vuelve nuestra casa, es el lugar que guarda nuestros secretos, es donde nos sentimos con vida propia, ahí no están los problemas y todos los días comienzas una historia… aunque sepas que en cualquier momento esa historia nueva te la puedes llevar para siempre, y tan sólo quede lo que un día fue”, dijo Armando con esa expresión resignada que de tanto practicarla ya no se le borra del rostro.