Destacan evolución de la astronomía en Oaxaca

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Cuando la noche decidió cambiar para no seguir siendo negra y espantar a las niñas y los niños, se dispuso a conocer todo aquello que genera luz como la luna, los focos, rayos y sirios. Un día, mediante el Consejo de las Estrellas, la noche se enteró que si lograba expandirse de esta manera, podría convertirse en una noche resplandeciente.

Con esta historia denominada Cuando la noche no quiso ser negra, de la autoría del astrólogo Carlos Aguilar Jiménez e interpretada por los cuentistas Totopo y Galvarina,  iniciaron las actividades para conmemorar el 40 aniversario del Observatorio Astronómico Municipal Canuto Muñoz Mares.

La historia, basada en la paradoja de Olbers que establece que en un universo estático e infinito el cielo nocturno debería ser totalmente brillante sin regiones oscuras o desprovistas de luz; permitió que niños, niñas, jóvenes y personas adultas conocieran un poco más sobre el universo y se interesaran por este espacio de divulgación científica.

 “Debido a que las y los niños se emocionan al contemplar un atardecer o ver las estrellas; esta historia pretende que nunca pierdan esa capacidad e invita a las y los adultos a que la recobren”, señaló Ricardo Ramírez, mejor conocido como Totopo.

Como parte de los festejos, el astrónomo Carlos Aguilar Jiménez impartió la conferencia denominada Historia de la astronomía en Oaxaca, en la que reseñó los orígenes del estudio del cosmos desde la época prehispánica con la construcción del Observatorio Astronómico de Monte Albán, seguida del Calendario Prehispánico, hasta la época de la Colonia.

Aguilar Jiménez dijo que el interés y la fascinación por las observaciones a la luna, las estrellas y los planetas permitió que en el Instituto de Ciencias y Artes, actualmente Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca (UABJO), se impartieran clases de Cosmografía, asimismo, se creó  el Observatorio Astronómico Meteorológico, la Sociedad Astronómica de Oaxaca y el Observatorio Astronómico Municipal Canuto Muñoz Mares, el cual desde 1973 ha sido testigo de fenómenos celestes como eclipses, cometas y lluvias de estrellas.

 “Uno de los descubrimientos importantes realizados en el Observatorio Astronómico Municipal fue el asteroide Oaxaca 14217, que actualmente recibe el nombre de Dobson, en honor al astrónomo James Dobson, fabricante de monturas para telescopio”, refirió el director de este espacio.

El momento culminante de los festejos fue la develación de la placa con el nombre de los benefactores de la astronomía en Oaxaca, el cual estuvo a cargo del presidente municipal Luis Ugartechea Begué; la regidora de Cultura, Deporte y Fomento Educativo Amanda Eugenia Avendaño Castellanos Cházari; el cronista de la ciudad Rubén Vasconcelos Beltrán y el director del Observatorio Astronómico Carlos Aguilar Jiménez.

De igual forma, se llevó a cabo el soterramiento de dos cápsulas del tiempo que resguardarán documentos y objetos de la actual administración municipal. Una de las cápsulas será desenterrada en 20 años, en el marco del 500 Aniversario del Otorgamiento de Ciudad a Oaxaca de Juárez, y la otra 50 años después.

Además de estas actividades, las y los asistentes aprendieron a usar el planetario portátil, el cual está diseñado para mostrar las constelaciones en las diferentes estaciones del año y disfrutaron de un concierto de jazz cósmico a cargo de los Bunker Jazz, así como café lunar y pan galáctico.