Tuvieran que pasar siete años para que el aficionado de Cruz Azul volviera a celebrar un triunfo ante América. Un derechazo de Cristian Giménez en los primero minutos del segundo tiempo terminó con la paternidad de las Águilas habían impuesto en los últimos 16 de partido de Liga. Ese gol desató la euforia y fu el punto del éxtasis cruzazulino en la gradas. Por fin el público de LA Máquina pudo exorcizar ese fantasma llamado América.
El estadio Azul se llenó por completo. Como cada año la afición le respondió a su equipo, cargados de esperanza pues en esta ocasión por fin se dio el anhelado triunfo. Pero pese a todo había incertidumbre y nerviosismo en la gradas, los aficionados de América en cambio llegaron confiados al inmueble de la colonia Noche Buena
Durante el primer tiempo los cánticos cruzazulinos se opacaron ante una minoría amarilla, que con autoridad ejercían presión sobre los locales.
Cruz Azul por momentos pareció visitante en su propia cancha, su gente no presionaba como debía de hacerlo, hasta que apareció el Chaco para dictar en el estadio Azul debe de gobernar La Maquina. El público lo entendió, dejo su frialdad con la que se le ha etiquetado y ahora sí dejo sentir todo su apoyo.
Los últimos cinco minutos fueron los más largos para toda la gente de La Máquina. Estaban a minutos de conseguir algo que anhelaban desde hace siete años, por eso no cesaron los cánticos ni la porras, ni los gritos. Por fin Cruz Azul se fundió con su gente. El silbatazo de Marco Antonio Rodríguez desató la euforia y permitió que esta afición vuelva a creer en su equipo.
Hubo desmanes antes del encuentro
Antes de que comenzará el partido entre Cruz Azul y América, gruidos de aficionados de ambos equipos tuvieron un enfrentamiento a golpes en la inmediaciones del estadio Azul, sin la presencia de los elementos de la SSP, que cuando llegaron al lugar de los hechos ya no encontraron a los protagonistas del altercado.