Va a ser difícil que algún día, la educación en Oaxaca alcance los estándares mínimos de aceptación de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), porque simplemente los profesores tienen una animadversión hacia las aulas… les gusta mucho más estar en la calle.
Vivimos lo que podría llamarse una DESGRACIA EDUCATIVA. Los niveles académicos están por los suelos y aunque la inversión en este rubro es mayúscula, ese dinero no se ve reflejado en los niveles de productividad de los profesores.
Un grueso porcentaje del dinero que el Gobierno Federal invierte en educación para Oaxaca, va a parar a los bolsillos de los trabajadores. Se ocupa para pagar sueldos y salarios de la actividad educativa en el estado y una parte muy precaria se utiliza en infraestructura.
Aunado a ello, la inversión en preparación y capacitación docente, es prácticamente nula y no existe una correlación entre lo que se le invierte al salario del profesor, con su rendimiento y productividad en las aulas, es decir, desperdiciamos el dinero en educación porque está mal suministrado.
Hoy Oaxaca será blanco nuevamente de las agresiones que los profesores infringen a la educación. Los profesores saldrán a las calles a protestar contra la Alianza por la Calidad Educativa y bloquearán calles, comercios, avenidas, etc.
La mira de los radicales profesores no sólo está en no presentar exámenes de conocimientos, también se aferran en pegarle duro al desarrollo del estado paralizando los comercios, los bancos y bloqueando calles y avenidas.
Las ventas de gasolina por ejemplo se estima que caerán sólo hoy, en un 40 por ciento por el paro magisterial de cinco días y supongo que las ventas y la actividad económica en general sufrirán una depresión por el paro de los profesores.
Pero eso no es nada, ni significa nada comparado con el DAÑO QUE LE HACEN A LA POBLACIÓN ESTUDIANTIL. Los profesores se dan cuenta perfectamente que manteniendo a la sociedad en la ignorancia, ellos trabajan menos y cobran más. Son los parásitos más grandes y gordos que tiene el Estado Oaxaqueño.
Más de un millón trescientos mil niños se quedarán sin clases otra vez por la intolerancia y la desvergüenza de los profesores que paralizan cualquier actividad en “aras de la lucha”, que no es otra cosa que huevonera institucionalizada.
Todos pensamos que un cambio de gobierno le sentaría bien a Oaxaca porque los profesores, ¡por fin!, no tendrían el pretexto del PRI-GOBIERNO ni de “ochenta años de corrupción y mal gobierno”. Hoy dirige el estado la persona que ellos escogieron y apoyaron.
Eso hace suponer que las marchas, los plantones y los paros habrían de acabar pues “la revolución hizo justicia y ya no gobierna el PRI”, pero todo mundo se equivocó. Los profesores se equivocaron porque no les cumplieron todo lo prometido, excepto los 8 mil empleos que le exigieron a gabino.
El gobierno se equivocó porque pensó que con esas 8 mil plazas, que puso a Oaxaca en los primeros lugares de generación de empleo, los profesores iban a estar tranquilos y no midió el estómago tan grande que tiene ese gremio para pedir y pedir y pedir dinero a manos llenas y a cambio de nada.
¿Es tan malo gabino como Ulises que no pueden controlar al magisterio?, parece que a la vuelta de un año, la gente se da cuenta que no es sólo el gobierno quien tiene que ponerle un alto a los maestros, también la ciudadanía tiene voz en este problema.
Ningún gobierno puede solo contra el monstruo que es el magisterio y por eso es importante la participación ciudadana en determinaciones importantes que puedan erigirse en leyes que regulen la actividad educativa porque los profesores, está visto, no tienen llenadero.
Sí a los aumentos salariales para aquellos profesores que realmente desquiten su sueldo con capacitación, con aprendizaje y con horas clase; sí a todas sus prerrogativas siempre y cuando se sometan a exámenes de confianza y conocimientos periódicos aplicados por los propios padres de familia o por las autoridades municipales.
Sí a lo que quieran siempre y cuando RESPONDAN EN LAS AULAS. De otra manera, ese sindicato, debe, tiene que DESAPARECER.
363 días sin Paula Moreno leyvaguilar@hotmail.com