El primer Congreso Mexicano de la Industria Siderúrgica que organiza Raúl M. Gutiérrez, presidente de Canacero, sacará chispas a partir de este miércoles en Monterrey. Se analizará el por qué la globalización está muerta, la situación del sector a nivel mundial y el caso de China, además de que se presentarán las conclusiones del estudio sobre la “desindustrialización en América Latina” que, para el caso de México, ha significado la pérdida en 10 años de “casi 700 mil empleos formales” en el sector manufacturero.
El ex presidente Carlos Salinas será el orador en la comida de clausura el jueves con el tema “Política y economía global”. Estarán dirigentes de empresas como Tamsa, Minera Autlán, ArcelorMittal, Deacero, Grupo Villacero y Ahmsa y especialistas internacionales como Clyde Prestowitz, presidente del Instituto de Estrategia Económica y Hajime Bada, presidente de Worldsteel Association.
La reunión se da en el marco de una solicitud de “carácter urgente” hecha al presidente Felipe Calderón por dirigentes sectoriales agrupados en la Concamin, de Salomón Presburger, para plantearle directamente la grave problemática que se vive en las industrias del calzado, acero, juguete, textil, dispositivos médicos, laboratorios de certificación y transporte, entre otros, y que se agravará por la competencia china que vende productos de dudosa calidad como juguetes con plomo, series navideñas “patito” y secadoras que se queman.
El estudio sobre desindustrialización realizado por Germano Mendes de Paula, profesor del Instituto de Economía de la Universidad de Uberlandia (Brasil) y Ernesto Cervera, director general de GEA, revela que el TLCAN no “desindustrializó” la economía de EU ni desvió esa producción hacia México al menos de 2000 a 2010. De hecho, en siete de las 21 ramas manufactureras del país el volumen físico de producción es hoy inferior al observado en el año 2000. China, “se ha constituido como una amenaza a la competitividad no sólo de México sino de la zona TLCAN en su conjunto”.
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