No existe absolutamente ninguna razón que justifique el espionaje de una persona a otra dentro de una relación de pareja, no sólo porque las relaciones se basan en tópicos tan desgastados e ignorados como la “confianza”, el “respeto mutuo” y la “honestidad”.
Un stalker no sólo es una persona desconocida que acecha las actividades de otras, estos siniestros personajes de la cultura contemporánea también pueden estar ocultos tras el rostro de una relación aparentemente normal que mediante el espionaje del otro ejerce su control justificándose su actitud suspicaz.
De acuerdo con The Daily Dot, la posibilidad de ser atrapado mientras se indaga en la vida privada de la pareja es de nueve de cada 10 oportunidades. No obstante, a pesar de las implicaciones morales y éticas del espionaje, existen infinidad de desarrolladores que enfocan sus esfuerzos a optimizar las actividades de los stalkers, sobre todo ahora que internet y las redes sociales suponen un nuevo terreno para que la desconfianza germine entre dos personas.
Por otra parte, cualquier razón no será suficientes para disuadir a alguien cuando esta persona esta completamente convencida de que existe algo extraño en el comportamiento de su pareja y, estar actualizado sobre las últimas innovaciones de espionaje, sin duda, resulta una información útil.
Sin embargo, si se está en el otro lado y se es objeto de desconfianza, tampoco está de más ponerse al corriente sobre las herramientas de las que se valen los stalkers para tener el control de sus parejas. Estas son siete de ellas:
1. Facebook
La más obvia de todas las herramientas digitales para un espía. Además de servir para seguir los pasos de la pareja más allá de ver las fotos en que ha sido etiquetada, los mensajes de los usuarios de Facebook a través de un dispositivo móvil habitualmente incluyen datos de tiempo y de ubicación, así que si un usuario actualiza su estado o da un “me gusta”, es posible que su pareja rastree el lugar dónde se encuentra.
2. Instagram
La red de photo sharing cuenta con un eficaz bloqueo inicial similar al de Twitter. Sin embargo, una vez sorteado este primer filtro como uno de los pasos habituales de una relación, la función “upload location” revela exactamente dónde se tomó la foto independientemente de cuándo o dónde fuera subida. De esta manera, cualquier persona que pueda ver las fotos de un usuario sabrá el lugar en el que se capturaron las imágenes.
3. ThaiSpy
Es tailandés, pero temible. Por 29.99 dólares (396 pesos) el cliente puede vigilar la actividad en las redes sociales, los contactos, las llamadas en Skype y los mensajes de texto de su pareja de manera remota, sin necesidad de hackear su teléfono celular ni de instalar el programa directamente en su dispositivo.
Si el idioma es una barrera, no hay problema. El programa incluye un servicio de traducción del tailandés al inglés con un costo de dos dólares por mensaje.
4. Couple Tracker
Está basado en la igualdad, pero no por eso deja de ser espía. Así es esta aplicación disponible en Google Play en la que la pareja debe ponerse mutuamente de acuerdo para vigilar su actividad digital, incluyendo Facebook, llamadas, textos y datos de GPS a distancia.
No obstante, deja pie a algunas dudas que seguramente se volverán un dolor de cabeza para los más desconfiados. De esta manera, ambas partes sólo tendrán acceso a los primeros 30 caracteres de los textos de cada uno, y nada más podrán seguir la ubicación mediante GPS con intervalos de media hora.
5. Find My Kids
Aunque esta es una app desarrollada originalmente para que los padres puedan rastrear lo pasos de sus vástagos, Find My Kids está dotada de la función de compartir datos, así como de seguimiento automático en tiempo real.
Esto quiere decir que si la pareja lo tiene instalado en su teléfono, uno puede saber dónde está el otro en cualquier momento, a diferencia de otras aplicaciones que sólo muestran la última ubicación conocida.
6. Camster
Las imágenes de las cámaras en lugares públicos de varias partes del mundo que se transmiten a través de este programa en tiempo real poco tienen que ver con la vigilancia personal.
Es así que si se cuenta con el suficiente capital (y desconfianza) para paga por agregar una cámara a este programa, el usuario podrá vigilar su casa, oficina o cualquier otro recinto 24 horas al día, no precisamente con el fin de buscar ladrones.
7. mSpy
Es la más vieja de las aplicaciones de vigilancia, pero no por ello está en desuso. Por 40 dólares (528 pesos) al mes se puede acceder a los contactos, los registros de llamadas, los mensajes de texto, las grabaciones telefónicas, las llamadas por Skype, las ubicaciones, las fotos y los vídeos, la actividad en WhatsApp y la historia de búsqueda por internet de la pareja.
Aunque es popular entre empleadores, la compañía asegura que es legal sólo si los vigilados están al tanto de ello. No obstante, en el caso de una pareja, quien es vigilado puede demandar al otro en caso de enterarse de que está siendo monitoreada sin su conocimiento.
Vanguardia
