El ascenso vertiginoso de los partidos emergentes en España no se produjo imitando las mismas prácticas de siempre.
El rechazo a las viejas formas de hacer política, la incorporación de candidatos ciudadanos, una batalla frontal contra la corrupción y el acercamiento sin trampas al elector son algunas de las claves que permitieron a las nuevas agrupaciones políticas despegar con fuerza en los últimos comicios locales.
“Son la respuesta a una sucesión interminable de casos de corrupción y a un bipartidismo que en ninguna de sus versiones ha generado una expectativa creíble de que se pueden superar las dificultades siguiendo las recetas tradicionales”, dijo a REFORMA Eugenio González, cofundador de la consultoría de política internacional Gobernas.
Los partidos emergentes, surgidos de la crisis económica, tendrán la llave para gobernar miles de ayuntamientos y varias comunidades españolas, ya que las dos grandes formaciones ibéricas a pesar de ganar a nivel municipal y regional no lograron renovar sus mayorías absolutas.
Las coaliciones de izquierda en las que participa Podemos se apuntaron sus mayores éxitos en Madrid y Barcelona, donde podrían ocupar ambas alcaldías de la mano de Manuela Carmena y Ada Colau.
Ambas candidatas están comprometidas con las causas sociales e impusieron un duro contrapeso a las políticas conservadoras y de recortes de los últimos Gobiernos locales.
Carmena y Colau se rodearon, además, de un equipo de jóvenes surgidos sobre todo de movimientos ciudadanos, alejados en su mayoría de la política profesional, que transmitieron credibilidad a los electores.
“Podemos y Ciudadanos representan también un cambio generacional, con gente mucho más joven y con una dinámica electoral más moderna, usando la capacidad de convocatoria y movilización de las redes sociales y su mayor visibilidad”, agrega el analista político.
Pero hay otros gestos que también calaron en la ciudadanía.
Colau, la previsible Alcaldesa de Barcelona, se comprometió a cobrar 2 mil 200 euros al mes, la cuarta parte de lo que percibía su antecesor en el cargo, el conservador Xavier Trías.
Lo mismo aplica a todos los concejales y parlamentarios electos de Podemos que se rebajarán entre el 60 y el 70 por ciento de los salarios oficiales.
Ciudadanos, desde la derecha moderada y más alejado de las masas, también utilizó un discurso fresco, imaginativo y que incorporó a sus filas a gente común, en especial a profesionistas de clase media que se expresaron en los mítines con un lenguaje más directo.
“En el caso de Ciudadanos hablamos de Albert Rivera, un líder joven, sin ningún tipo de mácula legal, alejado de lo que se denomina la casta política, lo que le ha procurado el voto de los jóvenes conservadores, más urbanos que rurales, presentándose como una opción de derecha no tradicional”, precisa el experto de la consultora española.
Más allá de sus reivindicaciones económicas y sociales, uno de los objetivos prioritarios de los dos partidos emergentes es limpiar a fondo las instituciones españolas, afectadas por la corrupción y el descrédito político. En esta premisa basaron parte de su exitosa campaña electoral.
La necesidad de sanear la vida pública española ocupará sin duda un lugar destacado en el programa que Podemos y Ciudadanos manejarán en su intento de desbancar a los dos grandes partidos españoles en los comicios generales de noviembre de 2015
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