Las autoridades de Sonora confirmaron el derrumbe de la presa construida dentro del rancho del gobernador, Guillermo Padrés. Sin embargo, David Korenfeld, titular de la Conagua, aseguró que todavía no tiene información suficiente para confirmar o negar esta información.
Ayer por la tarde, diversos medios de comunicación estatales informaron que la presa ubicada en el rancho Pozo Nuevo de Padres se derrumbó. El director de comunicación social del estado les respondió que las lluvias de los últimos días causaron la destrucción de la infraestructura.
En días anteriores, el gobierno también afirmó que la construcción no era una presa, sino un bordo de tierra y cemento que contenía agua. Las precipitaciones ocurridas esta semana provocaron que la construcción cediera y el agua fluyera a través del río El Manzanar.
No obstante, medios locales de la población de Bacanuchi aseguraron que en el lugar se escuchó una explosión, por lo que de inmediato corrió el rumor de que la presa había sido dinamitada.
Incluso en las fotografías que circulan en la red, se puede apreciar que la presa –o bordo como lo llamaban las autoridades-, se abrió justo a la mitad y permitió el paso de más de cuatro millones de metros cúbicos que allí se almacenaban.
Cuestionado al respecto, David Korenfeld respondió que las investigaciones iniciadas en la Comisión Nacional del Agua (Conagua) para revisar los permisos de la construcción todavía están en proceso y la dependencia a su cargo espera la información que deberán entregar los particulares.
“No puedo confirmar ni negar la información (…) cuando se termine el tema integral del procedimiento administrativo estableceremos si hay o no presa, y cuáles fueron las condiciones”, dijo el funcionario.
Hace dos semanas, Korenfeld anunció que la Conagua investigaría los permisos de construcción de la presa del rancho de Padrés, así como otras cuatro que se construyeron dentro de predios particulares en los últimos dos años.
No obstante, esta investigación inició después de que el gobernador decidiera expulsar a los delegados de Conagua, Profepa y Semarnat de la comisión que analiza el desastre ecológico de la mina Buenavista del Cobre, que derramó más de 40 millones de metros cúbicos de metales pesados y ácidos sobre los ríos Sonora y Bacanuchi.
Eje Central