El dirigente nacional del PT, Alberto Anaya, fue el único de los líderes de partidos políticos nacionales que no asistió el evento de Felipe Calderón en el Campo Marte en el que nuevamente intentó tratar de achacarle a otros los pésimos resultados de su guerra contra el narco.
Como lo viene haciendo desde hace años, Calderón dijo que la estrategia contra el crimen debe ser de Estado y no sólo del ejecutivo. Es decir, de nuevo volvió a insistir en que otros tuvieran el costo político de la inseguridad provocada por su guerra contra el narco.
Dijo también que está dispuesto a modificar y perfeccionar su estrategia, aunque cabe señalar que recientemente Calderón se negó a modificarla.
Calderón pidió a los partidos políticos su capacidad de influencia para integrar una política de Estado “sin cálculos de vencedores y vencidos”, ya que, dijo, “el enemigo son los criminales.”
Es decir, una vez más intentó Calderón que fueran otros los que le ayudaran a hacer la guerra contra el narco que lanzó en 2006 para intentar legitimar el fraude electoral que perpetró en las elecciones presidenciales.
SDP
