Delegada de AMLO destapa a Tatiana Clouthier y Alfonso Romo para el gobierno de NL

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La delegada del gobierno federal entrante en Nuevo León, Judith Díaz, lanzó los nombres de la diputada federal Tatiana Clouthier y el coordinador de gabinete del presidente Electo, Alfonso Romo, como posibles contendientes para los comicios locales de 2021.

Luego de renunciar a descartarse como próxima candidata en la entidad, por el poder que tendrá como representante de Andrés Manuel López Obrador, mencionó que ella no trabajará para agenciarse capital político y además consideró que estas dos personas que menciona, cercanísimas a AMLO, podrían tener más posibilidades de ser presentadas como aspirantes.

“No es el tiempo de hablar del 2021. Te pido que revises el entorno político de Nuevo León. Hay más figuras que están más cercanas al presidente a nivel nacional. Tienes a Tatiana (Clouthier), tienes a Poncho (Alfonso Romo). ¿Cómo sabes si no me mandaron aquí a poner alfombras, pavimentar espacios para otros?”, dijo en entrevista.

De igual manera, señaló que está dispuesta a aceptar cualquier candado que le impongan, para evitar que, con el puesto de “vicegobernadora”, como se le ha llamado, a través del manejo de programas y presupuestos sienta la tentación de construirse una plataforma política y electoral.

Es reiterativa, cuando dice que se concentrará en su labor. Pero se niega a comprometerse públicamente a descartarse para participar en una elección futura.

“El asunto no es el candado. ¿Cómo te explico? Entiendo claramente el blindaje que quieren. A mí me gustaría entender, también, a las personas que tienen para ponerlo. ¿Por qué no hablamos de otros temas de transparencia, más profundos?

“Yo estoy dispuesta, y si la pregunta es sí o no, sí. Vamos a darle a lo que diga la sociedad, no una persona o grupo en el poder, los que pelean el poder. Si esa es una acción de transparencia, sí estoy dispuesta a que pongan un candado que diga: no te vas a postular, y no me postulo”, dijo.

Delegada superpoderosa

Con una trayectoria de más de 20 años como panista, Judith Díaz repentinamente se convirtió en seguidora de Andrés Manuel López Obrador, y fue lanzada como candidata a senadora de Morena. Luego de perder la elección, recibió la designación como delegada del gobierno federal entrante en Nuevo León, una decisión que la ubicó, en automático, como candidata natural para las próximas elecciones.

Nacida en 1958, Díaz tuvo una productiva carrera en Acción Nacional. Fue diputada local y federal y senadora de la República. Fue candidata a la alcaldía de Guadalupe y hasta buscó alguna vez la dirigencia nacional de su partido.

Desencantada de Acción Nacional, renunció al partido en enero del 2018, luego de más de dos décadas de militancia. Como todos los tránsfugas, alegó antidemocracia interna. Al cerrar la puerta, dijo que el partido necesitaba una “opción diferente” al PRI y el PAN, y que Morena era la respuesta.

Obtuvo refugio de inmediato en el Partido Encuentro Social que junto con Morena y el Partido del Trabajo conformaban la poderosa sociedad política denominada “Juntos Haremos Historia”, que encumbraría a López Obrador con el triunfo en la Presidencia de México.

Por el PES fue colocada en el tercer lugar de la lista plurinominal por el senado. Por Morena compitió por la senaduría nuevoleonesa, uninominal, junto con Álvaro Suárez. Como parte de la negociación colocó, sin fortuna, en la lista de pluris locales del PES a su hija Esther Berenice. Judith no ganó nada en las urnas, aunque hizo amarres finos para colocarse en el primer círculo del presidente electo.

Como una de las 32 delegadas del país, obtuvo la posición política más codiciada de Nuevo León en este fin de año. Explicó que fue el mismísimo López Obrador quien, horas después de las elecciones del 1 de julio, a través del coordinador de coordinadores, Gabriel García Hernández, le hizo la invitación para que se integrara a su equipo.

Habiendo tantos morenistas fundadores, con mayor trayectoria en la entidad, señaló que fue designada porque es respaldada por una trayectoria políticamente higiénica.

“Tengo antecedentes de honestidad. No todo en el PAN está podrido. ¿Qué tiene que haya llevado una trayectoria tan dilatada en Acción Nacional? Nunca lo oculté, no vengo encubierta. El presidente recalcó honestidad, congruencia y trabajo, quizás uno de esos factores fue preponderante, como él mismo me lo dijo”, mencionó.

Afirmó que, ahora que ya está instalada como delegada, ha sido recibida “con los brazos abiertos” por los mandos de Morena en la entidad. Ha hablado “uno por uno” con ellos, y si alguno tiene reservas sobre su designación, se la ha guardado muy bien, pues no ha recibido señales de animosidad de su parte.

Al interior del partido se acepta que es una mujer trabajadora. Sin embargo, las impugnaciones de la oficina que abrirá en la entidad vienen de los morenistas por la designación de los subdelegados que coordinarán cada una de las siete regiones en las que, adelantó, dividirá Nuevo León.

Hay disgusto, porque se esperaba que se colocaran en esos puestos militantes que hicieron chamba partidista local. De acuerdo con las quejas, fueron colocados ahijados y compadres recomendados de la dirigencia nacional. Judith adelantó los nombres de cinco: Grecia Benavides, Mario Soto, Diego Briones, Adolfo Villarreal y Artemio López. Se guardó los otros dos. Dionisio Herrera, también expanista, hará trabajo de coordinación de medios en la delegación.

Contrario a lo que se dice al interior del partido en la entidad, tan lleno de dirigentes y voceros, Díaz afirmó que bajo su mando no habrá ni compadres, ni amigos, y como mayor garantía de ello ofrece que no conoce mucha gente en Morena.

En Nuevo León existen 54 delegaciones y representaciones federales, con encargados que gozan de supersalarios, superprestaciones y superprivilegios. La mayoría serán desaparecidas. Algunas cuantas prevalecerán, por su funcionalidad. Pero la reducción del aparato delegatorio generará un millonario ahorro a la administración que iniciará el 1 de diciembre. Los recursos que ya no se gastarán serán destinados a los cuatro grandes temas con los que iniciará su gestión: adultos mayores, madres solteras, discapacitados y jóvenes becarios, expuso.

Díaz Delgado sabe que algunos encargados de las delegaciones estarán nerviosos, porque perderán considerables privilegios, pero también porque ella puede encontrar abusos o desvíos que serán puntualmente denunciados.

El Bronco es de los que más renuentes se ha mostrado al trabajo de los delegados, a los que ha llamado públicamente “huevones”. Dice que no debiera haber intermediarios entre el gobierno del estado y de la federación.

Díaz le respondió a Rodríguez que él incurre en una flagrante incongruencia, pues también tiene un representante de Nuevo León en la CDMX, que gestiona recursos ante las secretarías de la federación.

Y aunque está deseosa de sostener un diálogo, el mandatario sin partido sólo le envía recados hostiles en los medios, por lo que no es posible, por ahora, la comunicación en los dos sentidos, dijo.

“Mi trabajo va a ser coordinarme con él por lo que he estado dispuesta a hacer como que no oigo nada. Para que haya un pleito se necesitan dos y conmigo no cuenta. Sigo esperando que maduremos, que se aclaren los ámbitos de las competencias y que dejemos de elucubrar, porque no es pleito de poder”, afirmó

Las delegaciones estatales: catapultas o tumbas

Independientemente de la rebatinga política que genera la creación de este nuevo puesto, Judith concentrará en su persona el poder que tenía medio centenar de oficinas que serán borradas del nuevo organigrama. Es inevitable suponer que puede, por lo menos, ensombrecer el trabajo del gobernador y que, de inmediato, se colocará en la línea de salida para buscar una posición política.

Pero la delegada superpoderosa, que se dice moderna, respondió como los políticos de viejo cuño: “Son elucubraciones, yo me voy a dedicar a trabajar. Voy a tener mucho trabajo. No he sopesado si tendré mucho poder. ¿Qué es el poder? Es la posibilidad de que algo suceda, es la definición del diccionario. Si es así, sí quiero poder. No quiero que las personas de la tercera edad sean excluidas, quiero que el apoyo les llegue directo”.

Se le recuerda que a lo largo de su trayectoria política ha sido candidata con bastante frecuencia. Es natural suponer que volverá a hacerlo, ahora que se encuentra en este escenario de inmejorable proyección.

Pero ella se resiste a aceptarlo: “Estos espacios de servicios se pueden convertir en dos opciones: catapultas o tumbas. Si no te concentras en lo que estás, no te catapultas, te sepultas. Se necesita aquí madurez, sabiduría y humildad. Los pies fijos en la tierra. La oportunidad de catapultarte es si haces el trabajo bien”.

Sostuvo que va a cortar con la tradición política del uso de puestos públicos como trampolín político y para explicarlo filosofó:

“Hay que romper con lo que siempre se hace. Se llama ruptura de paradigmas. He visto figuras en todos lados que desperdician un bono democrático que en vez de avanzar, se entierran. No puedes tener desconectada la cabeza y el corazón enfocados cada uno hacia su propio lado, porque somos seres integrales y el hombre no se puede desintegrar. Por eso te hundes”.

Por ahora tiene la mira puesta en la elevada encomienda presidencial que le ha sido asignada. Sin embargo, se niega a clausurar la posibilidad de que la superdelegación le acarree alguna recompensa en el mediano plazo.

“Que pueda surgir algo, eso es inevitable, y pudiera venir por añadidura. Pero no tiene que ser lo que te ocupe o distraiga. Si te distraes en eso (2021), te hundes”, concluyó.

Fuente: proceso.com