“PRIMERO SE ARREGLA LA CASA Y DESPUÉS EL VECINDARIO” –Rosario Murillo dixit-; si de algo en el siglo pasado podía presumir México era de su política exterior y aunque pudiera equipararse a ser “candil de la calle” no dejaba de ser motivo de orgullo el respeto que se le reconocía a la diplomacia mexicana; avalado por el Presidente Cárdenas, Gilberto Bosques Cónsul General en Francia durante la Segunda Guerra Mundial, reconocido como el “Schindler mexicano”, salvó la vida y facilitó la huida de más de 40 000 republicanos españoles, refugiados judíos, miles de polacos, italianos y yugoslavos durante el Tercer Reich comandado por Hitler; el 13 de mayo de 1942 submarinos alemanes torpedearon y hundieron en el Golfo de México el buque petrolero “Potrero del Llano”, el 20 el “Faja de Oro”, el 28 del mismo mes el Presidente de la República Manuel Ávila Camacho solicitó al Congreso declarar la guerra a las potencias del Eje –Alemania, Italia y Japón-, en consecuencia hasta Filipinas y Formosa fue a combatir el “Escuadrón 201” participando de manera destacada en la liberación de la isla madre de Luzon; el 31 de enero de 1962 a petición de parte de Estados Unidos la OEA reunida en el balneario de Punta del Este Uruguay voto la expulsión de Cuba, el motivo “ su adhesión al marxismo leninismo”, México, en uno de sus momentos más estelares en el contexto de la ya declarada de facto “Guerra Fría”, voto en contra, fue el único; durante los setentas, aún ya cargando con el genocidio de Tlatelolco, México dio asilo a miles de latinoamericanos que huían de las dictaduras, el caso más paradigmático, el de Chile, recuerdo una conversación hace algunos años con Isabel Allende, en la que, con emoción recordó “a ese Embajador maravilloso, Gonzalo Martínez Corbalá que ayudó a muchos chilenos a salir vivos al darles refugio en la embajada” entre otros a ella y su madre Hortensia Bussi; el 20 de mayo de 1979, López Portillo anunció la ruptura de relaciones diplomáticas con el gobierno de Anastasio Somoza en Nicaragua, a quien llamó el “Frankensteinito de los EE UU”, la decisión tuvo un gran impacto internacional, el 17 de julio siguiente Somoza abandonó el país, días después el Frente Sandinista instaló un gobierno de Reconstrucción Nacional Encabezado por un “grupo de jóvenes” liderados por Daniel Ortega, soñadores de la pluralidad y la democracia; ya en los ochentas, con Ricardo Valero al frente, compañero en el PRD, México formó parte activa del Grupo Contadora, instancia multilateral para promover la paz en Centroamérica; diplomáticos de lujo México los ha tenido, en particular los que han encabezado la Misión Permanente ante la ONU, todos han dejado huella, citaría a tres, Alfonso García Robles, Premio Nobel de la Paz, artífice del Tratado de Tlatelolco referente a la NO proliferación de armas nucleares; Porfirio Muñoz Ledo, quien además era Presidente del “Grupo de los 77” con cuyo apoyo contaba para acceder a la Secretaria General de la ONU, recuerdo una larga velada con Arturo Núñez en la que Porfirio nos platicó a detalle todo lo que el gobierno mexicano hizo para evitar que ello sucediera; y Adolfo Aguilar Zínzer, siempre congruente, siendo diputados por el PRD en la LVI Legislatura, grabados están en el Diario de Debates, sus controversias con Emilio Chuayffet y su consistente argumentación en la comisión Conasupo; misma vehemencia que utilizó para oponerse a la Guerra de Irak, mientras Fox reposaba bajo los influjos de una buena dosis de prozac, oposición -a la guerra-, que a juicio de muchos le costó la vida; ya en este siglo las cosas cambiaron, salvo la posición de Aguilar Zínzer, más personal que avalada por el gobierno del “cambio”, “todo se derrumbó” en la diplomacia y en muchas cosas más, desde la indigna actitud, servil, de Fox para con Bush, culminada con el “comes y te vas” recetado a Fidel Castro, hasta las miles de miles de violaciones a los Derechos Humanos durante el “calderonato”; y para cerrar el círculo y evidenciar que la historia además de ser cíclica en ocasiones las vueltas son en reversa, recién la esposa de Daniel Ortega, aquel “joven Sandinista soñador de la pluralidad y la democracia” hoy convertido en el “Frankeisten” de Somoza, aspirante a dictadorzuelo, ante las críticas del embajador de México en la OEA, Luis Alfonso de Alba, por la expulsión de 28 diputados opositores del Congreso nicaragüense, respondió “es inconcebible que se exprese preocupación por situaciones internas de países como Venezuela y Nicaragua, cuando México presenta una situación interna que todo el mundo ha caracterizado como caótica por violaciones continuas a los derechos humanos” y sentenció “primero se arregla la casa y después se ve el vecindario”; y aunque “calienta”, doña Rosario Murillo no deja de tener razón y evidenciar, que no es lo mismo el “turismo diplomático”, por intenso que sea, cuando se está incendiando hasta la cocina, ¿alguien puede asegurar que esto ya está decidido?…¡5 años de resistencia…ya solo faltan 107 días para que Gabino Cué pase a ocupar su lugar en el basurero de la historia!…
RAÚL CASTELLANOS HERNÁNDEZ / @rcperseguido