Del Zócalo a los Pinos: Raúl Castellanos

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ESTADO DE MÉXICO ¿ELECCIÓN PARTIDA EN TERCIOS?

La madre de todas las batallas en el 2018, en la que a juicio de no pocos analistas el péndulo de la historia girara a la izquierda; esperando que de ser así, se trate de una izquierda con vocación incluyente, de consensos amplios, respetuosa de los disensos y lejana a las visiones stalinistas, troskistas, mesiánicas o caudillistas. Como preludio, tres son las elecciones de gobernador que se celebrarán en este 2017 y una de presidentes municipales.

En Coahuila todo apunta a que el proceso electoral será transitado sin sobresaltos mayores para el PRI. Es un estado tan surrealista políticamente que el candidato de Morena se da el gustazo de invitar a su amigo Humberto Moreira al Super Bowl y presumir en las redes que lo dejó plantado; en Nayarit también se da una buena dosis de espectáculo kafkiano; el alcalde de San Blas Hilario Ramírez Villanueva, mejor conocido como “Layín”, lanzado al estrellato por su confesión de parte de robar “nomás poquito” y agarrarle las bubis a las jóvenes bailando quebraditas en su cumpleaños, aspira a ser gobernador independiente.

Veracruz, el territorio feudal de los Yunes, sólo tendrá elecciones municipales; lo cual no implica que no serán de rompe y rasga; siendo lo más lejano –políticamente- al “rinconcito donde hacen su nido las olas del mar”, en versión del “flaco de oro”, Agustín Lara –el mismo al que María Félix definió como el mejor amante en toda su vida- ; además de que en cada municipio se dirimen diferencias locales, que van desde religiosas, territoriales, económicas y familiares, tendrán como marco el fantasma del desaparecido Javier Duarte, la pugna de la versión jarocha de “Kramer vs Kramer” y por supuesto la desmedida ambición del actual gobernador, que pasando las elecciones –en las que espera golear y mandar a los Tiburones Rojos a Segunda División- anunciará su intención de ser candidato a la presidencia de la República por el partido de la “mafia azul” que comanda el “niño fidencio” quien tendrá que acudir con los brujos de Catemaco para detenerlo.

Sin embargo, la que luce -como corresponde a una elección que se respete- como la “joya de la corona”, es la del Estado de México; por varias razones de sobra conocidas, que ya hemos apuntado en otras entregas. Su altísimo grado de reserva de votos, su colindancia con la Ciudad de México que en otras ocasiones ha equilibrado resultados. En términos de apoyos en “cash” juega un papel determinante, ya que quien gobierne tendrá el control del presupuesto de los programas sociales y también de la presión a los empresarios de la zona más relevante del país en materia de inversión en obra pública; por si algo faltara es el nicho del que surgió el presidente Peña Nieto. El no conservar la gubernatura –aunque no hay dos elecciones iguales- tendría un efecto devastador para su partido y para él en lo personal; sería –me decía un analista respetado- la “Crónica de una muerte –política- anunciada”; por ello y por mucho más, PRI, PAN y Morena han puesto toda la carne al asador; el PRD lamentablemente, al momento de escribir estas líneas ni siquiera había podido “consensar” un candidato (a) designado por el CEN, donde la lucha fratricida entre tribus no permite alcanzar acuerdo alguno.

En cuanto a los candidatos, que cada vez son más determinantes para ganar o perder una elección; el PRI –asúmase Peña Nieto- optó por uno de “unidad” y postuló a Alfredo del Mazo Jr., primo del Presidente. Hay quienes afirman que si quiere ganar tendrá que invocar aquella conseja popular de “a la familia no se le escoge”; los que dicen saber aseguran que Ana Lilia Herrera hubiera sido mejor candidata, pero como el hubiera no existe, la decisión está consumada; el PRI le apuesta a la estructura que en el Estado de México aún es poderosa, a los poderes fáctico que generalmente prefieren “malo por conocido que bueno por conocer”; a una inversión sin precedente de recursos en “cash” lícitos e ilícitos y sobre todo a un discurso de contraste, recién arengó “no queremos ni merecemos populistas falsos y demagogos, tampoco queremos ni merecemos a personas frívolas y oportunistas”.

Morena, postuló a Delfina Gómez Álvarez, Licenciada en Educación Básica con maestría en pedagogía. Ganó en el 2012 la presidencia municipal de Texcoco, como candidata del MC y el PT, dejando sembrados en el camino a los candidatos del PRI y el PRD cuyas “carnitas” habían tronado por buen tiempo en ese municipio. En 2015 fue electa diputada federal en la actual legislatura ya postulada por Morena y el pasado 11 de julio de 2016 Andrés Manuel anunció que por “méritos propios” y porque así lo dispuso su “dedito”, sería candidata al gobierno del Estado de México; poco conocida y de recién incorporación a la “grilla” mayor, sin duda Delfina se advierte como un cuadro político consistente; sus detractores que no faltan, por obvias razones, la vinculan con los Abarca de Iguala por haber sido delegada de Morena en Guerrero, lo cual no deja de de ser un juicio sin consistencia ni veracidad probada. Sin embargo, su fuerza real radica en la figura de Andrés Manuel; si la cresta de la ola sigue creciendo y sobre todo si el gobierno que encabeza Peña Nieto sigue cometiendo más “errores de cálculo” sus posibilidades –que al día de hoy ya le conceden- crecerán exponencialmente.

Para completar el escenario, el partido de la “mafia azul”, después de muchos forcejeos con los panistas locales que ya se frotaban las manos con los réditos de una candidatura, se allanaron –seguramente a cambio de jugosas prebendas- y permitieron la postulación de “la señora del pan” –en versión de Elba Esther- Josefina Vázquez Mota; cuestionada por el destino aún no aclarado que le dio a cientos de millones de pesos que le fueron entregados a su membrete “Juntos Podemos” para (¿ayudar?) a paisanos del otro lado, el pasado domingo fue ungida. El acto de su presentación fue fiel reflejo del protagonismo, las contradicciones y el falso discurso, hueco y estridente de Ricardo Anaya y socios; con su clásica sonrisa forzada, de yo no fui pero quien sabe, Vázquez Mota no pudo eludir el “beso de Calderón”, el Comandante Supremo de la “Band of Brrother’s” que se cruzó –literal- el templete para que las cámaras lo tomaran; poniendo el acento en el tema de la inseguridad, habrá que esperar si a lo largo de la campaña no afloran los intereses contrapuestos y sobre todo si la detractora de la “Pinche Sota” –que no alcanzó a llegar al acto- no incurre en los mismos errores del pasado.

Como se advertirá, en el Estado de México la contienda se percibe en tercios; aunque no faltan los malosos que opinan que se definirá entre del Mazo Maza y Gómez Álvarez.

¿Alguien puede asegurar que esto ya está decidido?

RAÚL CASTELLANOS HERNÁNDEZ /@rcastellanosh