PEDRO INFANTE: “VERÁS LO BONITO QUE SE SIENTE CUANDO HABLEMOS DEL AMOR MUY DE QUEDITO”; hay días en que al amanecer después de librar una batalla con la necia realidad del transitar por la vida, das gracias a Dios por haber tenido el privilegio de nacer pero sobre todo de vivir; el pasado viernes fue uno de esos días, en ello andaba cuando me encontré con que ese día, el 18 de noviembre, pero de 1917 nació Pedro Infante, de vivir habría cumplido 99 años; en consecuencia y ya inmerso en el recuento de nostalgias, decidí dejar para mañana los temas de la otra necia realidad, de la política y recordar a quien ha sido, a lo largo de nuestra vida, leal camarada en el amor y el desamor; pocos son los recuerdos de nuestra infancia de los que tenemos claridad, era el año de 1957, los tiempos en que, en la mágica Oaxaca de los 50 del siglo pasado, aun se repartían las gaseosas en carretas tiradas por mulas, el “sereno” hacía sonar su silbato cada hora en las esquinas y el día de San Ramón todo aquel que tuviere un animalito se congregaba en el atrio del templo de la Merced para recibir la bendición; un día de aquellos, mi madre me tomó de la mano y cruzamos la calle a la tienda de Rosita, una linda señora, de mirada apacible, que me regalaba chocolates y contaba cuentos, al llegar se escuchaban en la trastienda, que era la sala familiar, sollozos desesperados, mi madre hizo a un lado una cortina floreada y pasamos, Coquita y Marina –las hijas de Rosita- y tres amigas más lloraban, perdón por ser tan literal “a moco tendido”, sollozaban desesperadas, la verdad yo me asusté mucho, debo confesar; mi madre tomó un frasco de alcohol y mojó varios pañuelos, las abrazó, consoló, con la ternura que le caracterizaba –que por siempre extraño y añoro-; el radio no dejaba de sonar con canciones que ni al caso, decían algo de un “amorcito corazón” que no entendía, ya de vuelta a casa le pregunté ¿Qué les pasó a tus amigas?…me respondió “se les murió Pedro Infante”; tuvieron que transcurrir muchos años para entender lo que Pedro Infante significa en nuestra cultura, “todos somos –o nos sentimos en algún momento- Pedro Infante y viceversa”; de él, mucho se ha dicho y escrito, por nuestra parte nos quedamos con el romanticismo de sus canciones que dan para todos los estados de ánimo; “compañeros en el bien y el mal” ¿quién no lo ha suscrito?, ¿¡quién no ha amado a una chorreada!?, “¿o será tu pelo, o será tu boca, o serán tu ojos, o son las tres cosas, que me han vuelto loco?”, “desde que tú te fuiste perdí todo en la vida”, “yo que diera por no recordarte yo que diera por no ser de ti” y quien no ha urgido al trovador cantar “pasaste a mi lado con gran indiferencia, tus ojos ni siquiera voltearon hacia mí, te vi sin que me vieras, te hable sin que me oyeras y toda mi amargura se ahogó dentro de mi…y sin embargo sigues unida a mi existencia…y si vivo cien años…cien años pienso en ti”, “siempre fuiste la razón de mi existir…es la historia de un amor…como no habrá otra igual”; y así entre recuerdos al despuntar el alba concluir “te quiero así, así, así, porque el amor es ciego, cuando es amor, amor, apasionado y tierno, te quiero así, así, como una cosa santa que se lleva en el alma como un rayo de luz…”; “si estás tu conmigo un ratito, verás lo bonito que se siente cuando hablemos del amor muy de quedito”; y como fin de fiesta o premonición si lo prefieren “yo se que tu recuerdo es mi desgracia…ya va mi pensamiento rumbo a ti y “aunque te pongas tan seria no podrás disimular que por dentro estas queriendo que te vaya yo a besar”, ¿alguien puede asegurar que esto ya está decidido?…¡ 5 años 11 meses de resistencia…solo faltan 9 días para que Gabino Cué pase a ocupar su lugar en el basurero de la historia !…
RAÚL CASTELLANOS / @rcperseguido