“MUÑOZ LEDO…LA INTERPELACIÓN AL PRESIDENTE”; en los momentos estelares del presidencialismo mexicano, además de la tomo de posesión, el otro momento paradigmático lo era el día del Informe Presidencial; el 1 de septiembre, el país se paralizaba para que las fuerzas vivas revolucionarias rindieran culto al “Tlatoani” en turno; recuerdo en alguna ocasión que acompañando a mi tío Gonzalo me tocó presenciar el traslado del entonces presidente Díaz Ordaz de la Cámara de Diputados ubicada en Donceles a Palacio Nacional, carro descubierto, la Banda Nacional en el pecho, los brazos en alto, agradeciendo, cobijando, acogiendo al pueblo agradecido, papelitos tricolores inundando el espacio, las matracas, los silbatos, las porras de los sectores del partido resonando en un eco interminable; luego ya en el salón de recepciones de Palacio el interminable saludo de las fuerzas vivas, los actores y factores reales del poder político, económico, la élite social e incluso de la farándula; pero todo ello no era más que el corolario, el complemento, el final de la fiesta, la demostración real del poder se daba dentro del recinto parlamentario, la llegada, el Himno Nacional, los Honores al Presidente en el vestíbulo y luego el dominio total desde la tribuna, los presidente haciendo gala de su propio estilo, informando, algunos ofreciendo cifras interminables que pocos entendían, otros mandando mensajes, unos cifrados, “aquí está mi mano extendida” y vendría Tlatelolco, otros histriónicos “defenderé el peso como un perro”, “ya nos saquearon no nos volverán a saquear” ¿y qué creen? nos volvieron a saquear, sino pregúntenle a Harp Helú; ante cada logro relevante el aplauso de pie de los diputados, senadores, gobernadores, cuerpo diplomático, invitados especiales; podríamos afirmar que con matices así fue hasta el quinto informe de Miguel de la Madrid, cuando ya la rebelión de la Corriente Democrática amenazaba con incendiar los sótanos del sistema, literal, los de Bucareli donde Chema Morfín concentraba las actas; luego vendría la elección del 6 de julio, la impugnación de los resultados, las negociaciones con el PAN y el inevitable Informe Presidencial; de lo ocurrido ese día, el 1 de septiembre de 1988 en que Porfirio Muñoz Ledo interpeló al Presidente, Martha Anaya lo describe con singular realismo en su libro “1988…El Día que Calló El Sistema”, aquí algunos fragmentos de tan excelente crónica “Porfirio estaba listo para la guerra..ocupó su curul del lado izquierdo del salón y aguardó el momento propicio, en tanto De la Madrid leyó la parte administrativa de su informe no hubo problema, pero cuando comenzó con la parte política Muñoz Ledo se levantó, alzó el brazo y pidió al presidente de la Cámara, a voz en cuello: con todo respeto señor presidente, señor presidente, señor presidente..se vino la gritería de los priístas tratando de acallarlo, Miguel Montes hacia quien reiteradamente se refería la interpelación para que le permitiese cuestionar a De la Madrid elevó el sonido del micrófono y desde lo alto de la tribuna leyó los artículos del reglamento para callar al orador, pero seguían las mentadas de madre, los puños en alto, era un escándalo”; De la Madrid, aguantó, era la primera vez que alguien se atrevía a interpelar a un Presidente, finalmente Porfirio abandonó el recinto, cuenta Martha que “Jorge de la Vega miraba a Porfirio con una sonrisa que Muñoz Ledo leería entre amistosa y de reconvención, como diciéndole ‘que cabrón eres’…”; ya con Salinas en el poder hubo varios intentos de interpelación, tal vez el más significativo el de Patricia Ruiz Anchondo que se situó con un cartel en la tribuna luciendo su gentil figura; ya con Zedillo y formando parte del la LVI Legislatura como diputado del PRD, mi compañero de bancada Marcos Rascón, colocándose una máscara de puerco se ubicó al frente con carteles de denuncias en un informe de Zedillo; luego vino la decena trágica panista y todo cambió, incluyendo el formato y las ganas de ir a San Lázaro, era más cómodo festejar en familia y con los incondicionales de siempre; ya en el actual sexenio las cosas no mejoraron, para ayer se organizó un diálogo con jóvenes; sin descalificar el ejercicio y sí se vale soñar, en un país que se precia de ser democrático como el nuestro, sería muy sano y plausible que el Presidente debatiera con el Poder Legislativo, como sucede en los regímenes Parlamentarios, la confrontación de tesis e ideas siempre ayuda a encontrar mínimos consensos, tan necesarios al día de hoy; es viernes “hoy toca” diría Germán Dehesa, ¿alguien puede asegurar que esto ya está decidido?…¡5 años de resistencia…ya solo faltan 89 días para que Gabino Cué pase a ocupar su lugar en el basurero de la historia!…
RAÚL CASTELLANOS HERNÁNDEZ // @rcperseguido