“JUAN GABRIEL…ALGÚN DÍA ME TENGO QUE IR”; así lo expresó en una de sus tantas presentaciones, el público respondió con un ¡noooooooooo! General, rió, les dio la razón y comenzó a cantar “háblame de ti, cuéntame de tu vida, sabes tú muy bien, que tu estás convencida, de que tú no puedes aunque intentes olvidarme, siempre volverás, una y otra vez, una y otra vez, siempre volverás, aunque ya no sientas más amor por mí, solo rencor”; la noticia corrió y conmocionó, a mi me llegó vía un tuiter de mi “conciencia crítica”, me emocionó, debo confesar que contuve una lágrima, en estos tiempos me he vuelto muy sentimental, recordé hace ya varios lustros, cuando por cuestiones de trabajo fui por única vez, hasta hoy, a Ciudad Juárez, mi mayor interés lo era, conocer el “Noa Noa”, por supuesto me di el gusto; ya en la cúspide del éxito Bellas Artes lo recibió, memorable aquel concierto grabado en mayo de 1990, sus presentaciones en el “Premiere” de San Jerónimo, culminaban entre luces al compás de “querida, cada momento de mi vida, yo pienso en ti más cada día, mira mi soledad, mira mi soledad, que no me sienta nada bien”; a mediados de los noventas, un servidor religiosamente concurría los fines de semana al “Circo” un lugar ubicado en Insurgentes Sur 1913, donde mi amigo Salvador Rivera cerraba la velada invocando una de sus clásicas “pero qué necesidad, para que tanto problema, no hay como la libertad de ser, de estar, de ir, de amar, de hacer, de hablar, de andar así sin penas, pero que necesidad para que tanto problema mientras yo le quiero ver feliz, cantar, bailar, reír, soñar, sentir, volar” y la verdad, estarán de acuerdo “¿pero qué necesidad?”; difícil será encontrar alguien que niegue haber vivido sus encuentros y desencuentros de pasión y amor sin haber ahogado sus penas o alegrías en sus notas “hasta que te conocí, vi la vida con dolor, no te miento fui feliz, aunque con muy poco amor, y muy tarde comprendí, que no te debía amar, porque ahora pienso en ti, más que ayer mucho más”; y el contraste llegaba “como te puedo pagar todo lo que haces por mí, todo lo feliz que soy, todo ese inmenso amor”; clásica en una noche de bohemia lo era “ya lo sé qué tú te vas, que quizás no volverás, que muy tristes hoy serán, mis mañanas si te vas, hasta cuando volverás a mis brazos no lo sé, será una eternidad”; y así, su inspiración solo la podía interrumpir el tránsito a la eternidad, decir que México está de luto es poco, con Juan Gabriel se fue un poco y un mucho de las pocas identidades que nos unen; aquí algunos de los mensajes, que así lo validan “se murió uno de los pocos consensos”, “Juan Gabriel como Novo, como Monsiváis fueron marginales en el centro, con su talento lograron dibujar un espejo en el que nos reflejamos”, “no solo era un enorme cantante y compositor, Juan Gabriel era un punk de verdad, en un país de machos, bailó como se le pegó la gana”, “me entero que Juan Gabriel se murió del corazón, no podía ser de otra manera”, “la muerte de Juan Gabriel la nota más leída en años, así su fuerza, el cariño, su diversidad nos cantaba a todos”, “Juan Gabriel retó prejuicios en México, una estrella en un país conservador y machista que no solo callaba bocas, las ponía a cantar”, “murió del otro lado, cuidado y levanten su pinche muro antes de regresárnoslo”; en lo personal, comparto la opinión de Daniel Moreno “siempre hay una canción de Juan Gabriel para el momento, ¿amor? ¿desamor? ¿ganas de amar? ¿de olvidar? Lo que quieras” y suscribo sus últimas palabras, con las que finalizó el que sería el último show de su vida “felicidades a todas las personas que están orgullosas de ser lo que son”…sean felices, no cuesta nada, la vida se nos va en un instante, ¿alguien puede asegurar que esto ya está decidido?…¡5 años de resistencia…ya solo faltan 93 días para que Gabino Cué pase a ocupar su lugar en el basurero de la historia!…
RAÚL CASTELLANOS HERNÁNDEZ / RCmultimedios.mx / @rcperseguido