Matrimonio homosexual, la pena capital, el sistema de salud público y dónde pueden los gobiernos locales construir vivienda para minorías.
Éstas son algunos de los temas cuyo futuro está en manos de la Suprema Corte de Justicia estadounidense, que hoy arranca su última semana de deliberación para decidir sobre 11 casos pendientes.
La incertidumbre sobre de qué lado caerá la moneda en las 11 deliberaciones ha generado tensiones en Estados Unidos.
“Hay muchos nervios, mucha emoción y, definitivamente, mucho miedo”, dijo James Obergefell, uno de los demandantes en el caso sobre el matrimonio homosexual.
Respecto a éste, los nueve magistrados deben determinar si prohibir las bodas gay es una violación constitucional. De decidir que sí, efectivamente habrán legalizado el matrimonio entre personas del mismo sexo en todo el país.
Otro de los casos de alto perfil es King v. Burwell, que podría darle un duro revés a uno de los principales logros del Presidente Barack Obama, la Ley de Salud Asequible.
La medida busca que todos los estadounidenses tengan un seguro médico, por lo que el Gobierno ofrece subsidios a quienes no califiquen para el sistema público. Pero esas subvenciones podrían dejar de existir para los 7.5 millones de personas a partir del fallo del Tribunal.
También están pendientes un fallo sobre el uso de la droga midazolam en inyecciones letales -los reos a los que se les ha aplicado durante ejecuciones han agonizado por varios minutos- y si las autoridades estatales pueden discriminar al construir vivienda pública -con lo que podrían forzar a afroamericanos o latinos a vivir en las peores partes de los vecindarios-.
Como tal, las decisiones que tome el Tribunal tendrán efectos abarcadores en el futuro político y empresarial del país vecino.
Empero, reina la incertidumbre, pues la Corte nunca ha estado tan dividida en su historia, con una serie de fallos con cinco votos a favor y cuatro votos en contra que hasta hace poco eran impensables.
Antes del 15 de junio, siete de 46 casos habían sido definidos por el voto de un solo juez que rompiera el empate; la semana pasada cuatro de nueve fallos dependieron de un magistrado.
Además de los 11 casos pendientes, el actual periodo del Tribunal Supremo ya ha deliberado sobre temas de relevancia: determinó que los mensajes amenazadores por Facebook no ameritan una investigación policial a menos que se pueda comprobar que realmente resultará herido alguien; que las secretarías de transporte estatales pueden prohibir placas personalizadas si tienen símbolos racistas, y que una empresa no puede rechazar contratar a alguien sólo por que esa persona usa algún tipo de vestimenta religiosa, como el velo islámico.
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