El Defensor de los Derechos Humanos del Pueblo de Oaxaca, Arturo Peimbert Calvo, urgió este martes 24 de febrero a evitar que se impongan la discrecionalidad y el abuso de poder en el trato a las internas del Centro de Readaptación Social (Cereso) de Tanivet.
Al denunciar que las autoridades del Cereso no acataron un amparo dictaminado por un tribunal federal, ni tampoco cumplieron las medidas cautelares dictadas por la Defensoría del Pueblo de Oaxaca, el ombudsman cuestionó: “Si se atreven a hacer esto con autoridades judiciales y representantes de organismos públicos, cuál es el nivel de abuso de poder que tienen que sufrir las internas en ese centro?”
Durante la sesión pública del Consejo Ciudadano de la Defensoría, realizada este martes 24 de febrero, Peimbert Calvo agregó que durante la intervención del organismo en el seguimiento al caso de seis internas que habían sido segregadas, hallaron un uso de poder abusivo por parte de la directora del Cereso de Tanivet, de acuerdo a lo manifestado por las internas.
A pregunta de la consejera ciudadana Sara Méndez Morales sobre qué otras medidas toma la Defensoría en casos de irregularidades penitenciarias, Peimbert Calvo anunció que próximamente el organismo defensor realizará una serie de visitas de manera aleatoria a los diferentes Ceresos en la entidad, a fin de elaborar un informe sobre las condiciones del sistema de reinserción social con un equipo de trabajo interdisciplinario que realizará las evaluaciones pertinentes.
El ombudsman, al rendir informe público sobre el caso, indicó que es preocupante la actitud de las autoridades encargadas del Cereso porque, mientras realizaba su inspección, al titular de la Defensoría le negaron información, y fue objeto de intimidaciones por parte del personal del Cereso.
“Si el Defensor de los Derechos del Pueblo recibe un trato grosero, prepotente y despótico al realizar su actividad, entonces, ¿cuál será el trato hacia las internas que están en una situación de vulnerabilidad? Esto es una señal de alerta respecto a las condiciones de vida de las mujeres en el Cereso”, cuestionó el ombudsman.
Peimbert Calvo reseñó que la intervención de la Defensoría comenzó el sábado 14 de febrero último, al recibir una llamada telefónica advirtiendo sobre una posible huelga de hambre iniciada por las internas, personal del organismo autónomo acudió al lugar para corroborar la situación de las internas.
Más tarde, alrededor de la una de la mañana del domingo 15 de febrero, el propio Defensor recibió una alerta de que las internas se amotinaron en el Cereso de Tanivet, por lo cual acudió enseguida a corroborar las condiciones y sucesos en dicho centro. En su primera visita, añadió el servidor público, pudo constatar el enojo pero sobre todo el temor de las internas a ser agredidas, pues habían atrancado una puerta con una banca ante una amenaza de agresión.
En su primera visita de esa semana, al Defensor las internas le expusieron algunas inconformidades, como por ejemplo que tardan casi siete o seis meses en recibir atención médica cuando la solicitan, y que mujeres afectadas de epilepsia no reciben medicación adecuada y al sufrir crisis convulsivas nadie les proporciona cuidados, lo cual pone en riesgo su salud.
Peimbert Calvo también señaló que constató lo inadecuado e insuficiente de la alimentación que las autoridades proporcionan a las internas. El Defensor calificó de indignos los alimentos que estas internas tienen que consumir.
Las internas denunciaron que al estar ante alguna autoridad del Cereso, tienen que poner las manos atrás y agachar la cabeza, su respuesta a la Directora debe ser un “sí, señora”, pese a las declaraciones a medios de comunicación del Subsecretario de Readaptación Social de que este tratamiento es para mantener la disciplina, la Defensoría está en contra porque es un trato cruel indigno y degradante.
El titular de la Defensoría dijo que su visita esa madrugada duró cerca de tres horas, durante las cuales llegó a un acuerdo con las internas para que se fueran a sus dormitorios, y con la autoridad para que no generaran represalias.
Peimbert Calvo agregó que pese a esos acuerdos, poco después de que salió del Cereso de Tanivet, elementos de seguridad (en su mayoría hombres) irrumpieron con exceso de fuerza para sacar a las internas de sus dormitorios y las agredieron, además de desnudar a algunas de ellas frente a la tropa.
El ombudsman recapituló que, tras esta intervención, seis de las internas fueron segregadas sin justificación.
Peimbert Calvo dijo que al tener conocimiento de este nuevo incidente, personal de la Defensoría acudió nuevamente en el Cereso de Tanivet y halló a seis internas segregadas en un espacio con pésimas condiciones, por lo que trataron de desegrarlas, pero la autoridad no lo permitió.
Durante la segregación, las seis internas estuvieron sometidas a tratos indignos, como impedirles sacar la basura de sus celdas; además, una de ellas fue inyectada por un padecimiento en la columna sin informarle qué le inocularon.
Ante la gravedad del caso el organismo brindo atención médica y psicológica a las internas segregadas, y hace visitas diarias al Cereso, además de realizar más acciones para documentar posibles casos de tortura, como la aplicación del Protocolo de Estambul, el cual sirve para certificar torturas y otros tratos inhumanos.
El titular de la Defensoría destacó haber empleado un nuevo modelo de intervención en este caso, integral e interdisciplinario, además de realizar una investigación exhaustiva de las condiciones de las internas en el Cereso de Tanivet.