En la actualidad que vive nuestra región latinoamericana, la correlación de fuerzas política en muchos de nuestros países ha ido creciendo a favor de los movimientos progresistas, que aunque son todos de distintas naturalezas, emanan de la permanente búsqueda de la justicia social, la ampliación de los derechos humanos, la democratización de las instituciones y la preservación de nuestro muy rico y diverso medio ambiente, pero también parten, de una visión que se opone contundente y radicalmente al neoliberalismo promovido por las grandes potencias, y en nuestro Continente, en particular, por los Estados Unidos de América.
La izquierda latinoamericana ya sea en gobierno o en la oposición parlamentaria busca, a través de políticas alternativas y legislación progresista, contrarrestar las políticas depredadoras propias del neoliberalismo, las cuales han dejado como saldo histórico en la región, más pobreza, más desigualdad, más violencia e inseguridad, y por tanto han vulnerado los derechos humanos de nuestros pueblos.
Las corrientes progresistas y sus liderazgos en América Latina, han tenido la capacidad de construir políticas y nuevos modelos de relación entre la sociedad y el propio Estado; una nueva gobernabilidad democrática, y han mostrado que un camino distinto al que marca el tristemente célebre “consenso de Washington” es posible.
Ese es el distintivo de los movimientos progresistas y de izquierda y, aun considerando que padecen de problemáticas similares, se han impulsado proyectos que perfilan nuevos rumbos en materia social y económica con políticas sociales incluyentes, es decir, de integración social y desarrollo de dichas naciones. Son los casos de Brasil, Uruguay, Chile, Ecuador, Bolivia, Venezuela, y Cuba.
Para el Grupo Parlamentario del PRD en la Cámara de Diputados, la relación con los Grupos de otros Parlamentos de América Latina y El Caribe, debe ocupar un lugar primordial, más allá de la relación formal que se establece a través de la Diplomacia Parlamentaria.
En nuestra Agenda Legislativa, recientemente aprobada, alertamos sobre la intención que hay de profundizar ahora con el Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP), que pretende profundizar El modelo fallido de liberalización e integración subordinada inaugurado por el TLCAN. Nosotros nos opondremos a esta acción del gobierno.
En nuestras Agenda reconocemos que como país de origen, tránsito, destino y retorno de migrantes, México debe de alzar la voz ante la discriminación, criminalización y abuso que sufren los connacionales en Estados Unidos, al tiempo que debemos también mejorar drásticamente el trato que nosotros como país damos a los inmigrantes que arriban o cruzan el territorio nacional.
Estamos impulsando la creación de la Procuraduría Federal de Protección al Migrante, un Ombudsman, cuyo objetivo sea proteger los derechos Humanos de los migrantes, sean indocumentados o no, ofreciéndoles asesoría y representación legal gratuita para impugnar las resoluciones del Instituto Nacional de Migración ante los tribunales correspondientes. Esta iniciativa incluye una serie de reformas a la Ley de Migración con relación a diversos tópicos.
También impulsamos reformas a la Ley de Migración para que se observe en nuestro territorio los derechos humanos reconocidos por la Constitución y los tratados y convenios internacionales de los que el Estado Mexicano sea parte, de los migrantes, nacionales y extranjeros, sea cual fuere su origen, nacionalidad, género, etnia, edad y situación migratoria, con especial atención a grupos vulnerables como menores de edad, mujeres, indígenas, adolescentes y personas de la tercera edad, así como a víctimas del delito.
Frente a los grandes retos que enfrentamos como nación y como integrantes de América Latina, consideramos estratégico tener una vinculación directa entre el GPPRD y los Grupos Parlamentarios de la izquierda y progresistas del continente, para poder incidir en las políticas y actuar con fuerza y determinación en la respuesta ante las propuestas conservadoras y neoliberales sustentando una estrategia de defensa de las soberanías nacionales frente a los intereses económicos de las instituciones financieras internacionales.
Se puede entonces, buscar un mayor acercamiento con los Grupos de Izquierda afines en aras de una Agenda común como ya se ha mencionado, lo que podría darse a través de una serie de actividades tales como:
- Invitar a las Presidencias de los Parlamentos a que acudan a la Cámara de Diputados y a la Cámara de Senadores a fin de intercambiar experiencias impartiendo Conferencias Magistrales.
- Realizar actividades culturales conjuntamente con las Embajadas de nuestras naciones hermanas en México.
- Realizar esfuerzos editoriales conjuntos, en formato impreso y en formato digital.
- Promover el intercambio académico entre docentes, investigadores y estudiantes de nuestros países, y estancias para prácticas profesionales, en toda la región
- Promover el turismo a gran escala y el ecotursimo, y
- Promover la transición energéticas hacia el uso de energías limpias y renovables entre las naciones.
Es voluntad política lo que necesitamos para hacer estos acuerdos una realidad que vigorice las relaciones entre nuestros pueblos.
Muchas gracias.