El “debate” organizado por el INE en Oaxaca con algunas cámaras de comercio entre las y los candidatos del distrito VIII, fue un desastre.
La transmisión del mismo por la Cortv de Oaxaca, fue mala, deficiente, pésima y primitiva. Evidenció su capacidad y su falta de profesionalismo.
Pero vayamos por partes.
¿Qué es un debate?
Por definición tendríamos que decir, que el debate es una discusión en la que dos o más personas opinan acerca de uno o varios temas, en el que cada uno expone sus ideas y defiende sus opiniones e intereses.
Tratándose de candidatos que buscan un espacio de representación popular en el Congreso Federal a través del voto de los ciudadanos, diríamos que se trata de un debate político. Cuando los aspirantes son convocados por la autoridad electoral, éste se da en un marco de diálogo donde debe existir una convergencia de opiniones y, desde luego, cada candidato expone y comparte sus ideas a través de argumentos continuos.
Los temas del debate pueden ser infinitamente amplios, desde educativos, económicos, culturales y ambientales, por poner algunos ejemplos.
Los debates son una oportunidad para estar en contacto con el electorado y enriquecer la democracia.
Desde luego que existen reglas y normas para el buen desempeño de un debate. El primero y muy importante, es que los que van a debatir conozcan el tema o los temas, por lo que previamente se les informa a todos y cada uno de ellos, los puntos que se discutirán.
Así, los participantes del mismo tienen tiempo para prepararse, revisar y estudiar con profundidad los contenidos que expondrán con conocimiento sobre la mesa.
Debe existir un moderador, toda vez que se trata de un debate formal, y un grupo de expertos que confeccionan las preguntas de acuerdo a los temas sugeridos a los participantes.
La transmisión del mismo juega un papel importante, pues se busca llegar al mayor número de electores posibles. Cuando la transmisión es mala o deficiente se corre el riesgo de que algunos ciudadanos abandonen la idea de continuar frente al aparato de televisión o de radio, o busquen alguna otra opción más atractiva o entretenida. La hora en la que se transmita el debate no es un tema menor, ya que competir con la amplia gama de telenovelas en un horario estelar prácticamente es un suicidio.
Los actores del debate.
Una vez puestas las reglas y aceptando cada una de ellas, los participantes tienen una oportunidad inmejorable frente a los ciudadanos y posibles votantes.
El reto más importante de los participantes es ganar la atención e interés de la audiencia, para después exponer sus propuestas mediante el desarrollo y el conocimiento de los temas debatidos y, desde luego, el reto mayor de cada uno de los aspirantes, es poder transmitir sus conocimientos teóricos aplicados a la realidad.
El que debate, en cada uno de los temas, tiene que revisar sus premisas, la fortaleza de sus argumentos y la claridad y precisión de sus conclusiones.
La audiencia.
Los ciudadanos que siguen un debate pueden dividirse en dos, los que ya están convencidos por algún partido político o candidato, independientemente de su formación académica o experiencia. Y el de los indecisos, que ven en el debate una oportunidad para definir por quién votar.
Los segundos son más analistas y observan la tolerancia y el respeto con el que se desarrollan los candidatos. Ls gusta que exista la crítica pero que ésta se acompañe de ideas y propuestas.
Los riesgos de un debate.
Si el candidato tiene problemas para articular palabras y no diferencia entre exclamación e interrogación y, además, carece de argumentos, está condenado al fracaso. Si es un crítico persistente pero no aporta ideas y propuestas se convierte en un mensajero de falacias.
Los debates son una fuente inagotable para la transmisión de ideas y propuestas por parte de los candidatos, al mismo tiempo, nos permiten a los ciudadanos medir la capacidad intelectual y mental de los participantes en estos maravillosos ejercicios democráticos.
Hace unos días, el INE realizó un debate político entre las y los candidatos del Distrito VIII, y para sorpresa de propios y extraños, hubo de todo menos propuestas.
Algunos nos demostraron que pueden leer bien, otros que leen hasta con faltas de ortografía. Algunas candidatas hicieron un recuento del pasado, y otras más, fueron bastante criticas pero sin propuestas. Y ni qué decir de los que mostraron una pobreza de ideas y falta de argumentos.
De los mensajeros de falacias ni hablamos.